ESCUDRIÑAD LAS ESCRITURAS.
Daniel 12:1-3;
Juan 5:39-40.
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Predicado por el Presbítero: Diego Teh Reyes, el domingo 25 de agosto 2019, a las 11:00 horas, en la iglesia “El Divino Salvador” de Mérida, Yucatán.
INTRODUCCIÓN: Comenzaré con un poco de historia. En 1827, 45 años antes que la Srita Melinda Rankin iniciara en 1872 la obra presbiteriana en nuestro país, fue enviado a nuestro amado México, de parte de la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera, un colportor llamado: Diego Thomson. Después de 49 años, en 1876, a solamente 4 años de los inicios de la obra presbitertiana en nuestro país, se estableció la Sociedad Bíblica de México. Pero, fue hasta el año 1918, hace 101 años, que “los misioneros y pastores en México instituyeron el último domingo de agosto como el día de la Biblia, con el propósito de motivar a los cristianos a valorar su disponibilidad, promover su lectura y difusión, y colaborar con recursos para que llegue a más personas, es por eso que décadas después se extendió esta iniciativa para usar todo el mes de agosto como el mes de la Biblia”[1]. También quiero que sepan que en otros países el mes y día de la Biblia se celebra el mes de septiembre. La razón es porque “un día 26 de septiembre de 1569, se terminó de imprimir totalmente la Biblia en español llamada la “Biblia del Oso”, que se llamó así porque la tapa de esta Biblia tenía un oso comiendo miel desde un panal. La “Biblia del Oso” fue traducida por Casiodoro de Reina. Es esta traducción, que posteriormente fue revisada por Cipriano de Valera, y que dio origen a la famosa versión “Reina Valera” que es muy usada en los pueblos de habla hispana”[2], y que es la versión que usamos en esta iglesia El Divino Salvador. En otros países como en Colombia, se celebra en el mes de octubre, porque allí “por iniciativa del diputado Carlos Alberto Morales y aprobación de la plenaria, se establece el 31 de octubre como la fecha en la que celebrarán el Día de la Biblia, con el fin de “renovar valores, rescatando principios éticos y morales necesarios en la construcción de la sociedad”. Pero en fin, aquí en México, en agosto nuestro mes actual, y especialmente el día de hoy, aunque no limitado a este mes y día, promovemos la lectura de las Sagradas Escrituras.
El día de hoy, intencionalmente leímos parte del santo evangelio según San Juan capítulo 5, donde leímos que Jesús mismo, el hijo de Dios, con sus propias palabras dijo a los judíos que solo buscaban ocasión para matarle: “Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; / y no queréis venir a mí para que tengáis vida” (Juan 5:39-40). De estas palabras de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, hoy voy a predicarles la siguiente verdad, que: “El que escudriña las Escrituras hallará en ellas grandes CONOCIMIENTOS acerca de la salvación eterna”. / ¿Cuáles son los grandes CONOCIMIENTOS acerca de la salvación eterna que halla la persona que escudriña las Escrituras? / Analizando estas palabras de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, sabremos acerca de estos grandes CONOCIMIENTOS acerca de la salvación eterna.
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El primer gran CONOCIMIENTO acerca de la salvación eterna que halla quien escudriña las Sagradas Escrituras, es:
I.- QUE LA SALVACIÓN ETERNA DEBE PROCURARSE CON SERIEDAD.
En la primera parte del versículo 39 leemos que Jesús dijo a los judíos: “Escudriñad las Escrituras;…” (Juan 5:39a). Primero, sepan que la palabra escudriñad, no se refiere a un deber complicado o científico. En un lenguaje sencillo lo que esta palabra quiere decir es: “estudien”. Y este estudiar debe hacerse con seriedad. Dos versiones en español, acerca de estas Escrituras del evangelio según San Juan, traducen la palabra: escudriñad, como: “Ustedes estudian con diligencia” (NVI), y “Ustedes estudian las Escrituras con mucho cuidado” (DHH). Esta seriedad, diligencia, o mucho cuidado, con el que se debe estudiar las Escrituras, es primero por su propia naturaleza de ser nada menos que Palabra de Dios que presenta con seriedad el plan eterno de salvación determinado por Dios; y segundo porque según la actitud seria o no seria que uno tenga para con las Sagradas Escrituras, uno puede en ellas encontrar o no la salvación y vida eterna.
Amados oyentes, estudiar la palabra de Dios con seriedad, diligencia, o mucho cuidado, implica tener un interés serio por el regalo de la vida eterna ofrecida por Dios mediante su Hijo Jesucristo; y de un interés serio no solamente de saber por saber, sino de querer aplicar y obedecer la palabra de Dios en la vida personal. La salvación y vida eterna, es un asunto serio, pues no obtnerlo implica ir a la condenación eterna, que creo nadie está deseando acabar allí. Es tan serio que en la epístola a los Hebreos, se lee una amonestación a los que no toman con seriedad su salvación. A ellos, que podría ser alguno de nosotros, se les dice: “…es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos” (Hebreos 12:1), y “¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande?” (Hebreos 12:3a).
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El segundo gran CONOCIMIENTO acerca de la salvación eterna que halla quien escudriña las Sagradas Escrituras, es:
II.- QUE LAS ESCRITURAS DEBEN ESTUDIARSE CON FINES ETERNOS.
En la segunda parte del versículo 39 donde leemos que Jesús hablando de las Escrituras dice a los judíos: “porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna” (Juan 5:39b); la Nueva Versión Internacional, la traduce diciendo: “porque piensan que en ellas hallan la vida eterna” (NVI); y la versión Dios Habla Hoy, la traduce diciendo: “porque esperan encontrar en ellas la vida eterna” (DHH). Aquellos judíos no eran desconocedores de las Sagradas Escrituras de la Ley y los Profetas, lo que para nosotros ahora es el Antiguo Testamento. La escudriñaban o estudiaban con el fin de encontrar en ellas, la vida eterna la cual es una necesidad humana. Aquellos judíos estaban convencidos de encontrar en las Escrituras, no solamente historias fascinantes de sus antepasados, no solamente una apreciación literaria, sino la manera de cómo Dios quería ser el Salvador de ellos no solamente de problemas terrenales y temporales, sino del mismo pecado y de la condenación eterna.
Amados oyentes, muchos de nosotros, y quiero pensar que todos, también escudriñamos las Sagradas Escrituras ¿verdad?, y mucho más que aquellos judíos, pues nosotros ahora escudriñamos no solamente el Antiguo, sino también el Nuevo Testamento. Dios quiera que no solamente estudiemos la palabra de Dios para encontrar en sus páginas datos que nos parezcan interesantes, sino que la estudiemos con el fin de encontrar en sus palabras instructivas, la orientación y guía necesaria para el fin eterno de ser salvos de la condenación eterna. Debemos acercanos a sus páginas con el fin de encontrar no otros datos acerca de cuestiones terrenales y temporales, sino solución a nuestro gran problema eterno. En la misma epístola a los hebreos, se insiste en enfocarse en lo que es eterno, cuando dice que deberíamos tener: “puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe” (Hebreos 12:2). Igualmente, el apóstol Pablo escribió a los Colosenses: “buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. / Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra” (Colosenses 3:1b-2).
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El tercer gran CONOCIMIENTO acerca de la salvación eterna que halla quien escudriña las Sagradas Escrituras, es:
III.- QUE CREYENDO EN JESÚS ES LA ÚNICA MANERA DE SALVACIÓN.
Los judíos que se escandalizaban porque Jesús decía que él y el Padre son una misma cosa (Juan 10:30), Jesús no les estaba enseñando los primeros pasos acerca de la necesidad de escudriñar la palabra revelada de Dios. En realidad, aunque ellos descubrían que las Escrituras trataban acerca de él, les reclama que: “no queréis venir a mì” (Juan 5:40). En donde nuestra version Reina-Valera 1960, dice: “… no queréis venir a mí…”, el sentido de estas palabras de Jesús, es que aquellos escudriñadores de las Escrituras, deberían no solamente escudriñar las Escrituras sino también CREER en él (en Jesús). Según la versión Traducción en Lenguaje Actual, les estaba dicendo: “… a pesar de que la Biblia habla bien de mí, / ustedes no quieren creer en mí para alcanzar la vida eterna” (Juan 5:39-40; TLA). Lo que Jesús les enfatiza a los judíos es que las Sagradas Escrituras enseñan que solamente mediante el CREER en él hay vida eterna, si no, no hay vida eterna.
Amados oyentes de este mensaje, no es suficiente solamente ser lectores, estudiantes, memorizadores, maestros o hasta predicadores de las Sagradas Escrituras, sino que el objetivo principal de nuestro acercamiento a la palabra de Dios, es para CREER en Jesucristo. Quien no cree en Jesucristo como el Hijo de Dios, y Salvador de los pecadores por Su gracia, aunque lea y escudriñe las Escrituras, no puede hallar para su ser y existencia la vida eterna. Aunque la Biblia, las Sagradas Escrituras, es importante y necesaria para ser guiados a la salvaciòn, no es la simple lectura o studio de las mismas, la que dan la salvación, pues en ningún lugar de las Sagradas Escrituras dice: lee y serás salvo, sino que dice: “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa” (Hechos 16:31). Aunque el apóstol Pablo le dice a Timoteo: “que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación”, le explica que tal salvación es: “por la fe que es en Cristo Jesús” (2 Timoteo 3:15); es decir, no solo hay que saber lo que dice las Escrituras, sino hay que CREER en Jesús, pues sin él no hay vida eterna.
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CONCLUSIÓN: Amados oyentes, este bendito día del Señor, en el que usted ha venido a escuchar la predicación de la palabra de Dios, usted no se debe ir de este lugar sin haber creído en Jesucristo como su Señor y Salvador. Y si usted ya había creído en él, usted debe irse de este lugar, con un mayor compromiso, el de compartir con otras personas la palabra de Dios revelada en las Escrituras, las cuales conducirán a otras personas a un encuentro personal con Jesucristo para la salvación de sus almas y así tener segura la vida eterna.
Amados hermanos, gracias a Dios que desde el siglo XVI contamos con la palabra de Dios impresa en nuestro propio idioma, en incluso tenemos acceso a ella hasta de manera digital. Gracias a Dios que su palabra nos enseña los más grandes conocimientos que necesitamos con respecto a nuestra salvación, y gracias a Dios porque a través de su palabra nos comunica su gracia por medio de quien ahora para nosotros es nuestro Señor y Salvador Jesucristo. No dejemos de leer y compartir Su bendita palabra.
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[1] Torres Pérez, Rodolfo; Agosto mes de la Biblia; http://latrinidad.org/agosto-mes-de-la-biblia.
[2] Guzmán Selvio; Día y Mes de la Biblia; https://semana-santa-ramadan-navidad.blogspot.com/2014/04/el-dia-de-la-biblia-por-que-se-celebra.html