Dic 08

MI PAZ OS DOY, Por: Diego Teh.

MI PAZ OS DOY

 Jueces 6:12-24; Juan 14:27.

Predicado por el Presbítero: Diego Teh Reyes, el domingo 08 de diciembre 2019, a las 11:00 horas, en la iglesia “El Divino Salvador” de Mérida, Yucatán.

Este sermón corresponde al sermón # 3, de la serie: JESÚS MOTIVO DEL ADVIENTO.

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   INTRODUCCIÓN: Los seres humanos siempre necesitamos PAZ, pero, generalmente no nos damos cuenta a tiempo de que la necesitamos.  Procuramos conseguir paz hasta que vemos que los problemas y conflictos están rebasando nuestra tranquilidad, y hasta ese momento es que nos damos cuenta que la necesitamos porque ya la necesitamos.  Sin embargo, la PAZ que necesitamos la debemos conseguir mucho antes que los problemas y conflictos lleguen a nuestra vida, pues una vez que hayan llegado, no es que sea imposible conseguirla, pero los mismos problemas hacen que ya sea mucho más difícil.

   Pero, ¿qué es la paz?  Desde el punto de vista más común y popular es la ausencia de problemas y conflictos.  Pero, la verdadera y completa paz que proviene de Dios, no es la ausencia de problemas y conflictos, sino la fortaleza espiritual para enfrentarlos sin perder la razón. La persona que tiene este tipo de PAZ puede tomar las mejores decisiones en la vida y conservar la calma no importando que tan fuertes sean los problemas que le estén llegando.  Este es el tipo de PAZ que Jesús anunció cuando dijo: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo” (Juan 14:27).

   Basado en estas palabras de Jesús, lo que ahora les voy a predicar es que: La PAZ de Jesús de la cual dijo: “mi paz os doy”, funciona en diversas DIMENSIONES de la vida personal. / ¿Cuáles son las diversas DIMENSIONES de la vida personal en las que funciona la PAZ de Jesús? / En el desarrollo de este mensaje les voy a presentar DOS de estas DIMENSIONES en las que funciona la paz de Jesús de la cual dijo: “mi paz os doy”.

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   La primera DIMENSIÓN de la vida personal en la que funciona la PAZ de Jesús, de la cual dijo: “mi paz os doy”, es:

I.- LA DIMENSIÓN DE LA RELACIÓN CON DIOS.

   El apóstol Pablo en su epístola a los Colosenses, explicándole a ellos acerca de la naturaleza y sacrificio de Jesucristo, les escribió: “Por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud, / y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz, / Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado(Colosenses 1:19-21).  Con estas palabras, el apóstol deja claro PRIMERO, que todo pecador necesita reconciliación con Dios porque precisamente el pecado hace al ser humano un enemigo de Dios; y si en esa enemistad Dios quisiera acabar con todos sus enemigos pecadores, tiene toda la ventaja divina de poder hacerlo, sin embargo, en vez de acabar con nosotros, Jesús aparece en la escena para hacer la PAZ entre nosotros y Dios.

   SEGUNDO, el apóstol Pablo explica que esta función de Jesús, la cumplió: “haciendo la paz mediante la sangre de su cruz”.  La PAZ ya está hecha a precio de su propia muerte.  La reconciliación necesaria entre el ser humano ya está conseguida por Jesús, mediante el derramamiento de su sangre preciosa.  Y TERCERO, que ahora, cada persona tiene la responsabilidad de aceptar la dádiva de la paz que Jesús ofrece para que estar en buena relación con Dios.  Las personas que no acepten esta PAZ ofrecida por Jesús, al final de sus respectivas vidas, lo único que van a recibir y con justa razón es la condenación eterna, por no haber aceptado la PAZ de Jesús que les reconcilia con Dios.

   Por eso, en este momento, amado oyente, usted no se debe ir de este recinto, sin haberse reconciliado con Dios aceptando la paz que Jesús nos ofrece a la humanidad.

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   La segunda DIMENSIÓN de la vida personal en la que funciona la PAZ de Jesús, de la cual dijo: “mi paz os doy”, es:

II.- LA DIMENSIÓN DEL CORAZÓN Y LOS PENSAMIENTOS.

   Cuando el mismo apóstol Pablo escribe otra de sus epístolas, la que envía a los Filipenses, al escribirles con respecto de la paz de Dios que no es distinta a la paz de Jesús de la cual estamos hablando ahora, les dice: Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús” (Filipenses 4:7).  Esta es la dimensión donde también funciona la paz de Jesús.  Tiene su efecto no solamente en la relación entre el ser humano y Dios, sino también en el corazón y en los pensamientos de todo ser humano que decide tomar para su vida la paz de Jesús.

   Cuando los problemas se incrementan o las situaciones se van de nuestro control, lo primero que ocurre no es que se vaya la paz, sino que surge la realidad de cuánta falta nos hace una paz duradera.  Al faltarnos la paz duradera y verdadera que es la que proviene de Dios, nuestro corazón y nuestros pensamientos se turban.    Dejamos de pensar y de razonar apropiadamente. El corazón se acelera causando depresiones y en casos extremos el corazón puede sufrir hasta paros cardiacos.  Todo porque nos falta paz.  Es por eso que Dios nos da su paz.

   En Juan 14: 27, cuando Jesús anuncia su entrega de la bendición de su paz a sus discípulos, después de decirles: ““La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da”, les añade la exhortación: “No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo” (Juan 14:27).  La ausencia de paz no tiene tanto que ver con las cosas externas que ocurren a nuestro alrededor, sino que tiene que ver con el espacio que uno le da a la verdadera paz de Dios en el corazón.  Es por eso, que Jesús preocupado porque el corazón de sus discípulos no se turbe solamente porque él ya no estaría más físicamente con ellos, le indica que ellos necesitan su paz en su corazón, y por eso se las ofrece y entrega.  Es en el corazón de donde también surge el miedo tan paralizante que bloquea en uno la calidad de decisiones que uno debería tomar ante cualquier circunstancia por más adversa que sea; y por ese contexto, Jesús también dice del corazón humano: “ni tenga miedo”; pues solamente un corazón que tiene la paz de Dios es el que no padece del miedo a las circunstancias adversas.

   Con respecto a este punto, amados hermanos, les comparto la traducción mucho más clara de la Nueva Traducción Viviente que al nivel de nuestro lenguaje, traduce las palabras de Jesús diciendo: “Les dejo un regalo: paz en la mente y en el corazón. Y la paz que yo doy es un regalo que el mundo no puede dar. Así que no se angustien ni tengan miedo” (Juan 14:27; NTV).  Todos necesitamos “en la mente y en el corazón” (NTV), la PAZ de Jesús que es la PAZ de Dios.  Hoy, usted no se debe ir de este santuario, sin llevarse la paz de Dios en su mente y corazón.  Después le hará tanta falta.

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   CONCLUSIÓN:  Amados hermanos, toda esta paz nos es provista única y exclusivamente “en Cristo Jesús”.   Es por eso que los ángeles que llegaron a esta tierra a cantar de Jesús en el tiempo que él había reciente nacido, cantaron: “¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!” (Lucas 2:14). Jesús trajo paz, la paz de Dios.  Es por eso que él dijo a sus discípulos: “la paz os dejo, mi paz os doy”.  Él es el poseedor de la PAZ divina y nos la da a nosotros sus hermanos.   Pero, hay una razón por la cual no se puede experimentar esta paz.   Es porque uno no haya recibido a Cristo como su Salvador.   Si usted no le ha recibido como su salvador, hoy es un día precioso para hacerlo.  Hoy también es un día precioso para pedirle perdón a Dios y comenzar a disfrutar de la paz de Dios.   Dios está deseoso de que usted experimente su paz que sobrepasa todo entendimiento.   Recuerde: Cristo pagó el precio en la cruz para que usted y yo vivamos con paz aun cuando haya tempestades.  ¿Tomará usted esta decisión de recibirle hoy y ahora mismo?