Jul 15

LA ADORACIÓN QUE NO APRUEBA DIOS, Por: Diego Teh.

LA ADORACIÓN QUE NO APRUEBA DIOS

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Éxodo 32:1-8; Mateo 15:8.

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Bosquejo elaborado por el Pbro. Diego Teh, para la predicación del domingo 15 de julio 2018, a las 11:00 horas, en la iglesia “El Divino Salvador” de la col. Centro, de Mérida, Yucatán.

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   INTRODUCCIÓN: La historia bíblica tiene una gran cantidad de casos e historias de adoraciones, realmente solo esfuerzos de adoración, que no llegan al nivel de adoración, y que por lo tanto no fueron aprobados por Dios.  El primer caso, en la historia bíblica que se encuentra en el Génesis, se trata de dos de los hijos de Adán y Eva: Caín y Abel.  Cada uno ofreció su ofrenda como adoración a Dios, pero en cuanto a Caín simplemente se nos relata que: “trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová” (Génesis 4:3).  No hay ningún calificativo que describa la excelencia de su ofrenda.  Y en cuanto a Abel se nos relata que: “trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas” (Génesis 4:4a).  Aquí si hay un calificativo de la excelencia de su ofrenda, pues fue “de lo más gordo” de sus ovejas.  En fin, cuando Dios mira ambas ofrendas, miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda; / pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya” (Génesis 4:4b, 5a).  Para reflexionar, vale hacernos la pregunta: ¿Cómo mirará Dios nuestra adoración personal, con agrado o no con agrado?

   En nuestro pasaje bíblico de Éxodo 32:1-8, tenemos también otro caso de supuesta adoración ofrecida supuestamente a Dios, pero a final de cuentas Dios no la aprobó, sino que manifestó su desagrado al respecto.  Analizando algunos detalles de esta historia voy a predicarles hoy que Dios no aprueba una adoración que se supone es dirigida a Él pero que es hecha de maneras incorrectas. / ¿Cuáles son las maneras incorrectas que Dios no aprueba de una adoración que se supone es dirigida a Él? / Basado en el texto bíblico, voy a compartirles algunas de estas maneras incorrectas.

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   La primera manera incorrecta de ofrecer una adoración que se supone es dirigida a Dios, es:

I.- CUANDO UNO CREA UNA IMAGEN DE DIOS.

   Según el mismo Moisés, en Éxodo 24:18, relata que en la ocasión que Dios lo llamó para que suba en el monte Sinaí, donde y cuando Él le dio las dos tablas de piedra que contenían los diez mandamientos, fueron 40 días y 40 noches que él estuvo en la cima del monte.  Debió haber estado en una zona del monte en la que no podía ser visto ni siquiera de lejos por los israelitas que estaban al pie, pero a distancia del monte.  Quién sabe cuántos días habían pasado cuando los israelitas se comenzaron a preocupar porque Moisés no había regresado abajo donde se encontraba la multitud.  Nadie podía subir a verle porque Dios había dado instrucciones que a quien se le ocurriera poner un pie para subir en aquel monte, sería fulminado con la muerte.  Dios había instruido a Moisés diciéndole: Desciende, ordena al pueblo que no traspase los límites para ver a Jehová, porque caerá multitud de ellos. / Y también que se santifiquen los sacerdotes que se acercan a Jehová, para que Jehová no haga en ellos estrago” (Éxodo 19:21,22).  Antes de subir al monte, le hizo saber esta voluntad de Dios al pueblo, aunque no les dijo cuántos días tardaría sobre el monte, porque quizá ni Dios le había dicho.  Pero, ya estaban transcurriendo muchos días y se impacientaron porque Moisés no regresaba.

   Entonces, como no podían subir para ver qué pasó con Moisés, se les ocurrió juntar todos sus zarcillos de oro disponibles, para crearse según ellos una imagen que representara a Dios, y se lo trajeron todo a Aarón hermano de Moisés. El relato de nuestro texto bíblico dice de Aarón: “… e hizo de ello un becerro de fundición. Entonces dijeron: Israel, estos son tus dioses, que te sacaron de la tierra de Egipto. / Y viendo esto Aarón, edificó un altar delante del becerro; y pregonó Aarón, y dijo: Mañana será fiesta para Jehová” (Éxodo 32:4,5).  Probablemente hicieron más de una imagen porque la gente mismo comenzó a decirse entre ellos mismos: “estos son tus dioses”, pero entre aquellas imágenes la que sobresalía era “un becerro de fundición” de oro.  Ellos, realmente creían que esa era la imagen que representaba al Dios que los sacó de Egipto.  Y luego, el mismo Aarón, “edificó un altar delante del becerro”, obviamente la construcción del altar es porque tenían la intención de adorar a Dios, pensando que Dios estaba representado por un becerro.  Sus mentes estaban tan contaminadas por el pensamiento egipcio de aquellos tiempos de que casi todo animal era un dios o por lo menos con ello se podía representar a una supuesta deidad.  Pero, Dios no debería ser representado de esa manera, y de ninguna otra manera.

   Adicionalmente Aarón, el día que construyó el altar delante del becerro de oro, les dijo a los israelitas que: “Mañana será fiesta a Jehová”.  Hasta el mismo Aarón se equivocó en pensar que el becerro era la representación de la presencia de Dios mismo.  Sin duda que él no estaba pensando adorar a dioses falsos junto con todo el pueblo, pero Dios no estaría de acuerdo con lo que ellos estaban haciendo.  Precisamente, Moisés estaba a punto de descender del monte Sinaí, con las dos tablas en las que se contenía los Diez Mandamientos esenciales con respecto a Dios y al prójimo.  Estaban a punto de conocer que la voluntad del Dios que los sacó de Egipto, es que: “No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra” (Éxodo 20:4).  Es por eso que, en nuestra Confesión de Fe de Westminster, afirmamos que: “el modo aceptable de adorar al verdadero Dios es instituido por Él mismo, y está tan limitado por su propia voluntad revelada, que no se debe adorar a Dios conforme a las imaginaciones e invenciones de los hombres o a las sugerencias de Satanás, bajo ninguna representación visible o en ningún otro modo no prescrito en las Santas Escrituras”[1].  Ni siquiera debemos imaginarnos en la mente alguna representación de Dios, porque igualmente caeríamos en una idolatría.  En el momento que uno se haga una imagen, aunque no de oro, plata, yeso, barro, u otro material sensible, aunque sea en la mente misma, Dios no aprueba ser adorado de esa manera.  El único mediador para adorar a Dios es el nombre de Jesucristo, por eso cuando ofrecemos el culto y cuando oramos a Dios lo hacemos afirmando que lo que hemos dicho o estamos expresándole en el momento de la adoración es en el nombre de Jesús.

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   La segunda manera incorrecta de ofrecer una adoración que se supone es dirigida a Dios, es:

II.- CUANDO UNO SIGUE A UN HOMBRE EQUIVOCADO.

   Todo comenzó con la idea de la gente, luego buscaron la manera de acreditar o constituir ellos mismos a Aarón para que fuese el líder de su proyecto de hacer una imagen obviamente falsa acerca de Dios, porque Dios no es un becerro.  A partir de ese momento, Aarón sería el líder más equivocado que estaba ciegamente guiando a la gente que junto con su hermano Moisés, Dios les había confiado dirigir, pero centrados en el Dios invisible que no debe ser representado con ninguna imagen.  Aarón debió decirles que no se hará el becerro, pero él lo consintió. Luego no debió hacer un altar delante del becerro para que se le adore, pero dice el versículo cinco que Aarón edificó un altar delante del becerro”; y luego no debió decir que por medio de la representación del becerro estarían adorando a Jehová, pero según el versículo cinco, también “pregonó” […] diciendo: “Mañana será fiesta para Jehová” (Éxodo 32:5).   Aarón, ya estaba considerando que el becerro era la representación de Jehová, delante del cual harían una fiesta.  Lamentablemente toda la gente siguió a Aarón.  El versículo seis relata: “Y al día siguiente madrugaron, y ofrecieron holocaustos, y presentaron ofrendas de paz; y se sentó el pueblo a comer y a beber, y se levantó a regocijarse” (Éxodo 32:6).  Imagínense nada más que pensaban que estaban ofreciendo sus holocaustos y ofrendas a Jehová, pero lo estaban presentando en el altar frente a la imagen del becerro de oro.  Realmente querían adorar no a un ídolo sino a Dios, pero por seguir las equivocaciones de Aarón, realmente no adoraron a Dios, aunque eso creían que estaban haciendo.  No faltaron personas y no pocas que siguieron las indicaciones equivocadas de un hombre que solamente quiso quedar bien con la gente, antes que decirles la verdad y guiarlos bien para adorar a Dios.

   El resultado de haber seguido a una persona antes que a Dios, es que la supuesta adoración que todo el pueblo hizo, no fue una adoración aceptada por Dios.  Lo que realmente hizo todo el pueblo fue seguir a un hombre antes que a Dios.  Un líder equivocado que cambia la manera correcta de adorar a Dios, a maneras incorrectas de supuesta adoración, solamente arrastra a la gente a experimentar el desagrado de Dios, porque tal supuesta adoración ya no es vista por Dios como adoración para Él, y jamás atravesará el cielo, ni llegará a los santísimos oídos de Dios. Lamentablemente, eso es lo que ocurre no aquí entre nosotros, pero en muchos grupos que siguen a falsos guías espirituales que bajo pretexto de ser innovadores en sus cultos, inventan sus propios sistemas de adoración lejos de la verdad y del agrado de Dios.  Lamentablemente, hay gente que sinceramente quiere adorar a Dios, pero en su intención solamente siguen el error de hombres que premeditadamente en vez de guiarlos bien para acercarse a Dios, solamente les alejan de Él.

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   La tercera manera incorrecta de ofrecer una adoración que se supone es dirigida a Dios, es:

III.- CUANDO UNO CORROMPE SU PROPIO CORAZÓN.

   Moisés relatando el diálogo que hubo entre Dios y él, dice: Entonces Jehová dijo a Moisés: Anda, desciende, porque tu pueblo que sacaste de la tierra de Egipto se ha corrompido” (Éxodo 32:7). Cuando Dios mira la acción que los israelitas hicieron pensando que así estaban adorando a Dios, lo que Dios realmente vio no fue adoración sino corazones corrompidos. Inmediatamente, Dios mismo hace una descripción de lo que Él llama corrupción, y explica lo siguiente: “Pronto se han apartado del camino que yo les mandé; se han hecho un becerro de fundición, y lo han adorado, y le han ofrecido sacrificios, y han dicho: Israel, estos son tus dioses, que te sacaron de la tierra de Egipto” (Éxodo 32:8).  Cuando una persona hace lo contrario de lo que Dios ha ordenado, entonces, lo que ha ocurre en tal persona es que su corazón se ha corrompe más de lo que por naturaleza de por sí ya es corrupto por la presencia del pecado en él.  Y cuando un corazón se deja corromper por la desobediencia, aunque piense que está adorando a Dios, su supuesta adoración no puede ser agradable a Dios, a menos que manifieste arrepentimiento y obediencia enfocada en Dios.  Sin embargo, no por ello tal persona debe optar por dejar de ser adorador porque en desobediencia no puede ser agradable su adoración, sino que debe avocarse a buscar el perdón de Dios y amar la obediencia, y entonces entregarse a la adoración.  El corazón debe estar siendo sanado de su corrupción, para que Dios se agrade su adoración.

   En una conversación de Jesús con ciertos escribas y fariseos, al corregirlos Jesús en cuanto a la adoración que solo Dios merece y que no puede ser transferible a favor de algo o alguien, ni siquiera por alguna representación, les refiere al profeta Isaías citándoles aplicado a ellos que: “Este pueblo de labios me honra; mas su corazón está lejos de mí” (Mateo 10:8; cf. Isaías 29:13).  El corazón lejos de Dios es aquel que intencionalmente se aparta de toda instrucción dada por Dios, y en consecuencia, aunque tal corazón quiera ser un adorador, su supuesta adoración será solamente de labios que no tienen ninguna cercanía con Dios. La verdadera adoración tiene que ver con un corazón que no está lejos de Dios.

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   CONCLUSIÓN: Amados hermanos, nuestro Señor Jesucristo nos dejó instrucción de que la verdadera adoración solamente la presentan los verdaderos adoradores, y que Dios el Padre espera que los discípulos de su Hijo Jesucristo seamos tales verdaderos adoradores.  Jesús nos recuerda que Dios es Espíritu (Juan 4:24), por lo que nadie se haga idea alguna de que Dios tiene alguna forma corporal o que desea que sea representado con alguna forma material, eso no sería adoración sino idolatría.  Nadie sustituya a Jesucristo como mediador de la adoración para presentarla delante de Dios, dejándose arrastrar al error en vez de entregarse a la adoración y servicio a Dios.  Nadie permita que su corazón por su propia desobediencia se corrompa más de lo que por naturaleza está por causa del pecado, sino antes bien, amemos la obediencia lo cual es agradable delante de Dios, pues la obediencia contribuye para que Dios reciba con agrado la adoración que día a día queremos ofrecerle.

   Dios bendiga nuestras vidas, para que por medio de Jesucristo le rindamos cultos que verdaderamente sean de su agrado.

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[1] Confesión de Fe de Westminster, cap. 21 acerca de la Adoración Religiosa y del Día de Reposo, párrafo I.