COMPROMETIDOS AUN EN MOMENTOS DIFÍCILES
2 Samuel 23:8-23. (Paralelo 1 Crónicas 11:10-24)
Predicado por primera vez por el Pbro. Diego Teh Reyes, en la cong. “Getsemaní” del Fracc. Paseos de Itzincab, de Umán, Yucatán; el día domingo 14 de Septiembre del 2014, a las 11:30 horas.
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http://www.diegoteh.com/bosquejos/audiodelossermones/140914comprometidosaunenmomentosdificiles.mp3INTRODUCCIÓN: ¿Alguna vez ha visto que cuando termina una fiesta o recepción social, todos los asistentes comienzan a retirarse uno por uno, hasta que un pequeño grupo se queda, muchas veces a altas horas de la noche, para hacer la limpieza correspondiente? ¿Por qué por lo general, todos los invitados se van, y no se quedan a ayudar a los anfitriones? La respuesta es muy obvia y sencilla: No era su compromiso. ¡Qué hermosa historia hemos leído en esta ocasión!, pues en ella encontramos de manera relevante los nombres de cinco personas descritas como valientes: Joseb-basebet, Eleazar, Sama, Abisai, y Benaía. Aunque los primeros tres fueron más destacados que los dos últimos, pero en fin, todos eran valientes; sin embargo, para propósitos de este mensaje, no voy a resaltar el aspecto de la valentía que cada uno de ellos tuvo, sino la actitud voluntaria de COMPROMISO que todos ellos en medio de los momentos difíciles que les tocó vivir.
En esta historia bíblica, podemos aprender que cuando una persona es parte de una agrupación de personas, debe demostrar con sus actitudes que está verdaderamente comprometido con la agrupación, y los apoyará aun en los momentos difíciles. / ¿Cuáles son las actitudes que debe demostrar una persona que está verdaderamente comprometida con la agrupación de personas a la que pertenece, especialmente cuando juntos tienen que enfrentar momentos difíciles? / Siguiendo las palabras de esta historia, conoceremos algunas de estas actitudes que demuestran si una persona está verdaderamente comprometida con el grupo de personas al que también pertenece, y que por lo tanto le servirá para actuar a favor de su agrupación en los momentos difíciles. Finalmente aplicaremos estas actitudes a nuestro compromiso con la gente de Dios, la Iglesia.
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La primera actitud que en los momentos difíciles debe demostrar una persona verdaderamente comprometida con la agrupación de personas a la que pertenece, es:
I.- NO HUYE COMO LOS QUE SOLAMENTE ESTÁN INVOLUCRADOS.
En el caso del primer valiente Joseb-basebet, tuvo que enfrentar y matar a “ochocientos hombres en una ocasión” (v. 8) cuando ninguno y ni siquiera en pelotón decidieron enfrentarlos. En el caso de Eleazar “hirió a los filisteos hasta que su mano se cansó, y quedó pegada su mano a la espada” (v. 10) cuando “se habían alejado los hombres de Israel” (v. 10). En el caso de Sama “mató a los filisteos” (v. 12) que “se habían reunido en Lehi, donde había un pequeño terreno lleno de lentejas” (v. 11) cuando “el pueblo había huido delante de los filisteos” (v. 11). Lo que podemos observar en esta historia es que cada vez que llegaba un momento difícil en la vida del pueblo de Dios, todos aquellos que NO estaban verdaderamente comprometidos con el bienestar de su propio territorio, y en consecuencia de ellos mismos y de sus familias, terminaban HUYENDO, en vez de enfrentar la situación que era lo mejor que debían hacer. Pero lo que es ejemplar en esta historia, así como en todo caso similar, es que las personas que sienten, aceptan, y mantienen un compromiso primero con Dios y luego con el pueblo que pertenecen, no huyen sino enfrentan valientemente los desafíos que traen las dificultades.
Amados hermanos, estos ejemplos en la vida de estos hombres valientes, debe servirnos de ejemplo para que cuando las cosas en esta iglesia requieran del apoyo de cada uno de nosotros, de usted también, demostremos que no solamente estamos involucrados dentro de un gran número de personas listas a desaparecer cuando más se nos necesita, sino que estamos listos a trabajar para el bien común como creyentes verdaderamente comprometidos con esta iglesia. Usted no desaparezca cuando más se necesita su apoyo a esta gloriosa tarea de servir a Dios y al prójimo mediante esta iglesia local de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, a la que usted y yo pertenecemos. Recuerde primeramente que Jesucristo nuestro Salvador, no huyó de la dolorosa responsabilidad voluntaria de haber ido en la cruz por nuestra culpa para conseguirnos una salvación segura, pues lo hizo porque estaba verdaderamente comprometido con nuestra gloriosa salvación.
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La segunda actitud que en los momentos difíciles debe demostrar una persona verdaderamente comprometida con la agrupación de personas a la que pertenece, es:
II.- NO LE IMPORTA SI EL PROBLEMA TIENE QUE ENFRENTARLO SOLO.
Esta realidad la encontramos descrita en cada uno de los cinco valientes mencionados en la historia que estamos analizando. Aun cuando en cada caso habían más personas que pudieron y debieron haber hecho algo para enfrentar las amenazas que les había sobrevenido, finalmente observamos que TODOS terminaron huyendo, sin ni siquiera intentar hacer algo a favor de ellos mismos; sin embargo, en diferentes ocasiones y lugares, estos valientes: Joseb-basebet, Eleazar, Sama, Abisai, y Benaía, aunque no contaron con la ayuda de ningún otro ser humano junto a ellos, y aunque humanamente quedaron SOLOS, no fueron capaces de huir y abandonar la causa de su pueblo, también causa de Dios, sino que como evidencia de que estaban no solo involucrados sino verdaderamente COMPROMETIDOS, a pesar de lo difícil de las circunstancias que les tocó, actuaron haciendo lo que era necesario. Así nos queda claro que cuando hay compromiso, uno no se esperanza en que otros quieran tan siquiera involucrarse o esperar a que otros se comprometan, sino que solo también se puede hacer mucho. Joseb-basebet, sólo mató a las ochocientas personas que perjudicaban a los israelitas; Eleazar, sólo hirió a los filisteos hasta que su mano se cansó; Sama, sólo acabó con los filisteos que invadieron aquel terreno sembrado de lentejas; Abisai, sólo y solo con su lanza acabó con trescientos filisteos; Benaía, sólo mató a tres leones en ambientes extremadamente peligrosos, y a un egipcio de gran estatura. No tenían por qué hacerlo solos, pero cuando hay compromiso, hay decisión y voluntariedad.
Mis amados hermanos, en la iglesia hay todo tipo de personas que nos darán sorpresas tanto gratas como no muy gratas. Algunas, frecuentemente nos van a dejar que solos hagamos las cosas que se deben hacer en equipo. El apóstol Pablo, en una de sus cartas le cuenta a Timoteo: “Demas me ha desamparado” (2 Timoteo 4:10), y en un problema que él enfrentó ante autoridades civiles le ocurrió lo mismo, y dice: “En mi primera defensa ninguno estuvo a mi lado, sino que todos me desampararon, […], / Pero el Señor estuvo a mi lado, y me dio fuerzas…” (2 Timoteo 4:16,17). Algunas, o quizá hasta muchas veces, usted puede quedar sin el apoyo de los demás que deberían apoyarlo, pero usted no se preocupe, aunque quede solo, haga lo que puede hacer, pues Dios estará con usted para que sus esfuerzos resulten en grandes logros para beneficio de su obra. Pero un detalle importante, cuando otros necesiten del apoyo de usted, no los deje solos también.
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La tercera actitud que en los momentos difíciles debe demostrar una persona verdaderamente comprometida con la agrupación de personas a la que pertenece, es:
III.- NO DEJA DE HACER LO QUE PUEDE PORQUE SERVIRÁ DE EJEMPLO.
Compromiso es asumir una responsabilidad con la vida personal, y así modelar una actitud que sirva de inspiración a los que nos están observando. Y eso fue lo que sucedió con la actitud de los primeros tres valientes. Samuel, luego de narrarnos la valentía de Joseb-basebet, Eleazar, y Sama, nos narra también que Abisai y Benaía, que no habían sido apoyo de los tres primeros en sus respectivas ocasiones, cuando llegaron problemas nuevos, Abisai derrotó con una lanza a trescientos filisteos, y Benaía mató a tres leones, uno de ellos se encontraba “en medio de un foso cuando estaba nevando” (v. 20). El ejemplo de los tres primeros sirvió de motivación para que en otros tiempos difíciles, estos dos últimos se vieran motivados a hacer lo que estaba en sus posibilidades, y en ambos casos gracias a que estuvieron conscientes de que ser parte de una comunidad conlleva responsabilidades, su heroísmo resultó en grandes beneficios para toda la región donde se encontraban. Lo que uno hace con responsabilidad para el bien de todos, siempre será apreciado, y será ejemplo para que otros se animen a hacer lo mismo.
Mis amados hermanos, por eso, aunque usted quede solo y sin el apoyo de nadie más para realizar el deber que en realidad corresponde a todos, es importante que usted no deje de hacer lo que puede hacer porque así usted está siendo ejemplo para otros. La gente se da cuenta acerca de quiénes son los que dejan de hacer las cosas, quiénes son los que solo causan problemas a otros, quienes son los que abandonan en apoyar a otros, pero también la gente se da cuenta de quiénes son los que a pesar de que no sean apoyados, están allí para hacer lo que es necesario. Son estas personas que aunque queden solas haciendo las cosas, sirven de ejemplo a otras que también se comprometerán a apoyar la sublime causa de Dios de proclamar su evangelio. Como dice el apóstol Pablo: “…vuestro trabajo en el Señor no es en vano” (1 Corintios 15:58), pues servirá de ejemplo a otros.
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La cuarta actitud que en los momentos difíciles debe demostrar una persona verdaderamente comprometida con la agrupación de personas a la que pertenece, es:
IV.- NO INTERVIENE SOLO CUANDO TODO HA SIDO SUPERADO.
Cuando se nos relata el caso de Eleazar y su hazaña de haber luchado “hasta que su mano se cansó, y quedó pegada su mano a la espada” , y luego que se nos afirma que “Aquel día Jehová dio una gran victoria”, fue hasta entonces que “…, se volvió el pueblo en pos de él (de Eleazar) tan sólo para recoger el botín” (v. 10). ¡Qué evidencia de falta de compromiso! Cuando más los necesitaban todos desaparecieron, ni siquiera uno por uno, sino todos al mismo tiempo; pero ahora que el problema ha sido superado, entonces se aparecen ofreciendo su apoyo para lo que se ofrezca. Pero no es así como se debe intervenir cuando hay un problema o necesidad que compete a todos. No se debe de dejar que uno solo resuelva el problema de todos, sino que todos deberían intervenir en hacer la parte que les corresponde.
Mis amados hermanos, siempre habrán personas que cuando más se les necesita en el grupo al que pertenecen, o aun en la iglesia misma, darán la media vuelta para desaparecer, pero cuando las cosas ya estén mejor, allí estarán para demostrar que son parte de los logros alcanzados como si hubieran sido parte del trabajo que se ha realizado. Bueno, después de todo, la iglesia siempre necesita personas que continúen todo trabajo que ha sido iniciado, y que está funcionando, y dando resultados; pero qué mejor es que todos enfrentemos las situaciones difíciles, y no solamente aparezcamos en la escena cuando todo marcha bien. Y mis amados hermanos, ahora mismo esta iglesia local está pasando situaciones difíciles, es momento que usted ponga ¡Manos a la Obra! Le invito a invertir sus dones, sus fuerzas, su tiempo, y todo tipo de apoyo para superar los tiempos difíciles de esta iglesia.
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La quinta actitud que en los momentos difíciles debe demostrar una persona verdaderamente comprometida con la agrupación de personas a la que pertenece, es:
V.- NO DUDA QUE DIOS PRODUCE VICTORIAS PARA SU PUEBLO.
Observemos en la historia que en el caso de Eleazar aunque se nos dice que usó una espada, se nos dice más enfáticamente, que: “Aquel día Jehová dio una gran victoria” (v. 10); y en el caso de Sama también se nos dice que “Jehová dio una gran victoria” (v. 12). Aun cuando todos manifiesten con sus actitudes olvidarse de su compromiso con Dios y con la gente que les rodea, y aunque todos abandonen a la única persona que está dispuesta a hacer algo para el bien de todos, finalmente no es el poder humano que actúa para derrotar las causas de los momentos difíciles y aflicciones que afectan a las agrupaciones de personas temerosas de Dios, sino que es el poder divino que da todas las victorias necesarias para salir de los momentos difíciles. Todavía en el caso de Benaía, el quinto valiente de esta historia, cuando se nos dice que enfrentó y mató a un egipcio de gran estatura quien tenía una lanza en su mano, se describe también que Benaía “descendió contra él con un palo, y arrebató al egipcio la lanza de la mano, y lo mató con su propia lanza” (v. 21), pues es así como los ciudadanos del reino de Dios demostraban que confiaban no en sus propias experiencias, ni en sus propias armas, sino en Dios quien da las victorias. Es lo que expresamos con aquel antiguo estribillo que dice: “No con espada, ni con ejército, más con tu Santo Espíritu”.
Amados hermanos, cada uno de nosotros, si dejamos que nuestras vidas sean instrumentos en las manos de Dios, nos daremos cuenta de que no son nuestras experiencias, ni nada que haya sido planeado por nosotros, lo que verdaderamente da victorias a la obra de Dios que ha sido encomendada en nuestras manos. Es directamente el poder de Dios que gana sobre las dificultades. No importa si solamente tenemos un pedazo de palo, pues aun solamente con eso podemos vencer al que tiene hasta una lanza, porque el poder no está ni en la lanza ni en el palo sino el poder de Dios quien da las victorias a su pueblo. Usted que piensa que no tiene cosas tan especiales que ofrecer, recuerde que no son las cosas que tenemos a nuestro alcance las que finalmente hacen que ganemos luchas a favor de la obra de Dios, sino el mismísimo poder de Dios que usa aun lo más frágil y aparentemente inservible instrumento que tengamos. No dude que Dios es quien produce las victorias necesarias para su iglesia, cuando dejamos que Dios use nuestras vidas aun sin experiencias previas en el ministerio al que nos haya llamado.
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CONCLUSIÓN: Mis amados hermanos, quizá sea algo difícil recordar todas estas cinco cosas que ya les he compartido, pero por lo menos siga reflexionando en algunas de ellas. Si usted está verdaderamente comprometido con Dios y con el progreso de su obra aquí en esta iglesia en la que usted pertenece ahora: 1) No huya cuando más se le necesita tal como es la costumbre de los que solamente están involucrados sin compromiso; 2) que no le importe si cuenta o no con la ayuda de otros, y haga lo que es necesario aunque lo tenga que hacer solo; 3) no deje de hacer lo que puede hacer porque su ejemplo servirá para ganar a otros para que también se comprometan y asuman su responsabilidad; 4) no espere hasta que las cosas estén marchando bien porque atrasamos la solución de las cosas, sino que es mejor apoyar la obra de Dios cuando hay muchas dificultades; y 5) no olvide usted que las cosas que parecen ser nuestros únicos y débiles instrumentos, pueden ser usados por el poder de Dios para obtener importantes victorias para Su gloria y para el avance de la obra de nuestro Dios por medio de su iglesia.
Que Dios bendiga a cada uno de ustedes.