HORA DE LEVANTARNOS DEL SUEÑO
Romanos 13:11.
Elaborado por el Pbro. Diego Teh, para ser predicado el lunes 31 de diciembre 2018, en diversas congregaciones de la iglesia “El Divino Salvador” de Mérida, Yucatán.
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Este sermón es para un par de horas antes que finalice el año 2018.
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INTRODUCCIÓN: Normalmente dormimos por las noches, y despertamos y nos levantamos al amanecer; aunque por necesidades especiales de trabajo mayormente de seguridad, hay quienes trabajan de noche, y duermen de día. Sin embargo, hay quienes no por necesidad, abusan del dormir de día, e incluso hay quienes no saben muy bien qué tan linda es una mañana pues se levantan rayando o después del mediodía. A penas, el pasado 25 de diciembre un consiervo pastor, doctor de profesión, nos dijo a un grupo de compañeros que dormir de día no tiene los beneficios necesarios que aporta el dormir de noche, pues la noche es altamente favorable para un sueño verdaderamente reparador. Y por último nos aconsejó: Duerman lo más temprano que puedan no a altas horas de la noche, y levántense muy temprano. ¡Muy buena recomendación! En nuestro texto bíblico, el apóstol Pablo escribió a los romanos algo similar, diciendo: “ya es hora de levantarnos del sueño” (Romanos 13:11).
Él apóstol Pablo escribió estas palabras a cristianos como nosotros, a quienes les estaba presentando dos grandes verdades. La primera verdad consiste en que para los creyentes en Jesucristo, se acabó la noche de la vida de pecado y en consecuencia, una vida de perdición o condenación eterna, pues por Jesucristo los creyentes en él pasan a la luz del día, al ser rescatados del poder del pecado para iniciar una nueva vida; y por ello, “ya es hora de levantarnos del sueño”, ya nos amaneció benditamente. La segunda, que todos los creyentes estamos en espera de un nuevo amanecer que comenzará en un día cada vez más cercano cuando Jesucristo vuelva para llevarse a su iglesia a la plenitud de vida que ya hemos comenzado a gozar desde ahora en él; y por ello, “ya es hora de levantarnos del sueño”, pues ya nos está por amanecer gloriosamente el nuevo día de la eternidad; día que anhelamos como nuestra mejor esperanza en la actualidad. Las dos verdades están presentadas juntas en nuestro texto bíblico y en todo su contexto inmediato. En este momento, a solamente un par de horas antes de finalizar este año 2018, vale la pena aplicarnos estas verdades de la palabra de Dios.
De estas palabras del apóstol Pablo, hoy voy a predicarles que: “ya es hora de levantarnos del sueño”, porque los principales problemas espirituales que la noche representa, ya acabó para nosotros los creyentes en Jesucristo. / ¿Cuáles son los principales problemas espirituales que la noche representa, y que ya acabó para nosotros los creyentes en Jesucristo? / En este mensaje, les compartiré tres de los principales problemas espirituales que para nosotros los cristianos representa la noche que ya se acabó, y por lo tanto “ya es hora de levantarnos del sueño”.
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El primero de los principales problemas espirituales que la noche representa, y que en realidad para nosotros ya se acabó, y que por ello, “ya es hora de levantarnos del sueño”, es:
I.- EL PROBLEMA DEL PECADO.
Esta frase: “ya es hora de levantarnos del sueño”, tiene conexión con los versículos anteriores. Observemos por lo menos desde el v. 9, que dice: “Porque: No adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. / El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor” (Romanos 13:9-10), y observen cómo todo lo anterior tiene conexión con el versículo 11, cuando dice: “Y esto, …” (Romanos 13:11). “Y Esto” ¿qué?, ¿a qué se estaba refiriendo el apóstol Pablo al decir: “Y esto”?
Primero observemos que antes de introducir al final de versículo 9, el tema de amar al prójimo, tema que amplía un poco más en el versículo 10, antes estaba hablando de pecados específicos y generales, los cuales son una descripción de las personas que viven en la noche u obscuridad del pecado, practicando adulterio, asesinatos, hurtos, mentiras, codicias, y cualquier otro pecado (cf. Romanos 13:9). En las primeras palabras del versículo 13 el apóstol Pablo les indica a los creyentes de Roma: “Andemos como de día, honestamente”; y les añade una breve lista de pecados indicándoles que no deben practicarlos porque obviamente no son para los cristianos que andamos en luz del día de Cristo, sino que es asunto de los que andan en la oscuridad de las tinieblas del pecar. En esta breve lista les dice: “no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia” (Romanos 13:13). Esta es la descripción de personas que no viven en la luz del día, sino en la obscuridad de la noche, en el que se encuentran sumidos sin darse cuenta como un sueño profundo del cual no pueden despertar y por lo mismo no pueden levantarse. A estos nunca les amanece, siempre están en su sueño de pecar.
Pero, nosotros amados hermanos, somos hijos de Dios que ya hemos sido reubicados de las tinieblas del pecado a la luz de Cristo. Ya estamos en el día, y hemos sido puestos en el día para no introducirnos en el pecado. Sin embargo, hay cristianos o personas que quizá están entre nosotros que se encuentran durmiendo en esta oscuridad de la noche de pecado. A estas personas, el apóstol Pablo les dice: “ya es hora de levantarnos del sueño”. En otras palabras, ya es hora de ponerle alto a la vida de pecar voluntaria, consciente, y deliberadamente. En la segunda parte del versículo 12, el apóstol recalca lo mismo diciendo en otras palabras: “Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz” (Romanos 13:12b). Para todos los que en este año, ahora que reflexionamos, nos damos cuenta que seguimos coqueteando con el pecado antes que amar a Dios, hermanos dejen de pecar deliberadamente, pónganle un alto a su entrega al pecado. Ustedes ya no son de la noche del pecado. Ustedes son de la luz del día. Levántense, por favor, por medio de Cristo.
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El segundo de los principales problemas espirituales que la noche representa, y que en realidad para nosotros ya se acabó, y que por ello, “ya es hora de levantarnos del sueño”, es:
II.- EL PROBLEMA DE NO AMAR.
Siguiendo con la misma temática iniciada desde el v. 9, al recalcar la razón principal de no practicar los pecados que se prohíben en los Diez Mandamientos, dice en la segunda mitad del v. 9: “… en esta sentencia se resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. / El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor” (Romanos 13:9b-10). El apóstol Pablo les estaba señalando a los ahora cristianos, que cualquiera que sea el o los pecados que practiquen, hacen “mal al prójimo”, por lo que deberían preocuparse a no hacer “mal al prójimo”, sino amarlo, pues explica el apóstol que: “El amor no hace mal al prójimo”. Su propósito al hacerles esta observación es para decirles que los que todavía aman más al pecado que la salvación que Dios les ofrece en Cristo, en consecuencia, les falta amor. La frase conectora: “Y esto, …” usada en Romanos 13:11, también tiene como significado: “Y por esta falta de amor”, “ya es hora de levantarnos del sueño”.
La falta de amor, lo cual es expresado en nuestra frase clave como “sueño”, del cual hay que levantarse, solamente es una descripción retórica de como el pecado nos conduce a ser insensibles hacia nuestro prójimo, y hacia las cosas ya sean buenas e incluso trágicas que suceden en nuestro entorno. Esta es una indicación para nosotros los cristianos que ya no estamos bajo la influencia del pecado, sino que al estar en la luz de Cristo, el día para el cristiano, somos responsables de llevar una vida de amor con nuestro prójimo en general, con nuestra propia familia, pero con mucha razón también con nuestros hermanos en la fe, y con los que simpatizan con el santo evangelio.
Amados hermanos, amar es una de las características de todo creyente como buen discípulo de Jesucristo. Es la credencial que hace genuina nuestra conexión con Dios. Es el testimonio que hace que creyentes y no creyentes amen llegar a la iglesia en la que nosotros también acudimos. Cuando hace falta el amor a los demás, es cuando aplica la exhortación, que: “ya es hora de levantarnos del sueño”. Nuestra iglesia necesita levantarse de la insensibilidad que el pecar nos ha sembrado en el corazón. A estas alturas de nuestra fe y práctica, hoy 31 de diciembre “ya es hora de levantarnos del sueño” de la insensibilidad del problema de no amar a los demás.
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El tercero de los principales problemas espirituales que la noche representa, y que en realidad para nosotros ya se acabó, y que por ello, “ya es hora de levantarnos del sueño”, es:
III.- EL MENOSPRECIO DE LA SALVACIÓN.
El apóstol Pablo, después de referirse al problema del pecado, y a la falta de amor, en los versículos 9 y 10, ahora al añadir: “Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; …”, explica en la segunda mitad del versículo 11, que la razón principal porque los cristianos no debemos dejarnos arrastrar por el pecado, y que debemos actuar siempre con amor, es: “porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos”. Los cristianos, se supone que hemos aceptado la salvación, y por lo tanto, por nada del mundo debemos ser descuidados en vivir incongruentes de esta esperanza nuestra que nos ha sido garantizada por Jesús en sus buenas nuevas. Mucho más, porque cada día que pasa, el momento más glorioso de “nuestra salvación” que de por sí ya es una realidad en y para nosotros, “está más cerca… que cuando creímos”.
Es a esto mismo que se refiere el apóstol que escribe a los Hebreos cuando les escribió: “… es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos. / Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución, / ¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? …” (Hebreos 2:1-3a). Se trata no de algo barato, sino de mucho valor por ser un beneficio eterno. Se trata de “nuestra salvación”.
Amados hermanos, el que está descuidando su salvación, hoy necesita levantarse de su sueño. Es por “nuestra salvación”, que no deberíamos estar dormidos en el sueño de la noche, del pecado, de la insensibilidad, de la irresponsabilidad, del descuido de nuestra fe, sino que “ya es hora de levantarnos del sueño”. No puede ser que la salvación que nos ha sido asegurada, ya no nos interese ahora. No debemos vivir como si no creyésemos en “nuestra salvación”. Hoy, en este momento de profunda reflexión que todos deberíamos estar llevando a cabo, tomemos la decisión de ponernos las pilas, o sea, “de levantarnos del sueño”. Tiene razón el apóstol Pablo cuando dice que: “ya es hora”. ¿No cree usted?
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CONCLUSIÓN: Amados hermanos, al concluir este año, tenemos que ser honestos. Tenemos que reconocer como el apóstol Pablo, y decir: “No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. / Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, / prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Filipenses 3:12-14). Hoy 31 de diciembre “es hora” de tomar la decisión de “levantarnos del sueño” que nos dio y dominó durante este año 2018. Que el año 2019 que está por comenzar, sea nuestro año de estar despiertos a la fe, y a la salvación.