A MAYOR EDAD, MAYOR RESPONSABILIDAD, Por: Diego Teh.

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A MAYOR EDAD, MAYOR RESPONSABILIDAD

2 Crónicas 34:1 – 8.

Predicado por primera vez por el Pbro. Diego Teh Reyes, en la Congregación “Dios está aquí” de Lepán, Tecoh, Yuc; el día sábado 02 de Enero del 2016, a las 19:00 horas, durante la acción de gracias por los XV años de la Srita. Eveling Song Osorio.

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   INTRODUCCIÓN: Cuando Josías nació el rey de Judá era su abuelo Manasés, quien ya tenía 61 años de edad, y llevaba 49 años como rey, pues comenzó a ser rey cuando tenía solamente doce años.  Su abuelo murió a sus 67 años, habiendo reinado durante cincuenta y cinco años.  Josías conoció a su abuelo como rey durante los primeros seis años de su vida, y pudo ver en él a un hombre que hizo lo malo, pero que finalmente se humilló arrepentido delante de Dios.   Cuando su abuelo el rey Manasés murió, Amón el papá de Josías fue hecho rey de Judá a sus 22 años de edad.   Amón fue un hombre muy desobediente delante de Dios, y muy malo con las personas que le rodeaban.  Precisamente por lo malo que era, sus mismos siervos del palacio terminaron matándole a sus 24 años de edad, durando su reinado tan solamente dos años.   Para ese entonces, Josías ya era un niño de ocho años de edad, habiendo visto conductas inapropiadas de su padre, que al respecto dice el autor de las Crónicas que Amón su padre “…nunca se humilló delante de Jehová, como se humilló Manasés su padre, antes bien aumentó el pecado” (2 Crónicas 33:23).

   Pero para efecto de este mensaje, no nos interesa la vida de Manasés, ni la de Amón, sino la de Josías, de quien dice las crónicas que “De ocho años era Josías cuando comenzó a reinar, y treinta y un años reinó en Jerusalén” (2 Crónicas 34:1).  Pobrecito, me hubiera gustado que viviera más años.  Murió cuando solamente tenía 39 años de edad por causa de una equivocación.  El resumen de su conducta, lo presenta el cronista diciendo: “Este hizo lo recto ante los ojos de Jehová, y anduvo en los caminos de David su Padre, sin apartarse a derecha ni a la izquierda” (2 Crónicas 34:2).   Por eso es importante observar en el texto de la historia de su vida, qué fue lo que sucedió con él, de tal manera que es identificado como un hombre recto en conducta.  Lo que específicamente quiero que observemos en este mensaje es lo que ocurrió en él durante diez años específicos de su vida, que van desde sus dieciséis años hasta sus veintiséis años.  Fueron 10 años de transición entre su adolescencia y su juventud.  Es obvio que durante sus primeros ocho años no pudo formar un carácter espiritual maduro porque todavía era un niño, ni tampoco de sus ocho a sus dieciséis años, porque la orfandad y el reinado le tomó por sorpresa y estuvo inmerso en su nueva ocupación como niño rey.  Lo que la historia de Josías nos presenta es que conforme crecemos, nuestras responsabilidades aumentan.

   Basado en la historia de Josías, Srita Eveling Song, voy a compartirte que en esta nueva etapa de tu vida que comienzas, hay por lo menos cuatro acciones esenciales que debes realizar para formarte un carácter espiritual maduro.  /  ¿Cuáles son las cuatro acciones esenciales que debes realizar para formarte un carácter espiritual maduro?  /  Siguiendo la narración del texto bíblico de la historia de la vida de Josías, te compartiré cuáles son esas cuatro acciones.

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   La primera acción esencial que debes realizar para formarte un carácter espiritual maduro, es:

I.- BUSCAR A DIOS.

   Lo primero que observaremos de Josías es que el autor de las Crónicas dice de él, que A los ocho años de su reinado, siendo aún muchacho, comenzó a buscar al Dios de David su padre;…” (2 Crónicas 34:3a).   A los ocho años de su reinado, ¿qué edad tendría si comenzó a reinar a los ocho años?  Tenía dieciséis años.   Fue a esta edad que “comenzó a buscar al Dios de David su padre”.  Por supuesto que se puede comenzar a buscar a Dios antes de los dieciséis, pero algo debió haber pasado en su vida que él comenzó a los dieciséis.  Lo importante es que buscó a Dios.  Estoy seguro que una de las razones por la que Josías no buscó a Dios antes de sus dieciséis años fue porque su padre no le inculcó desde niño la importancia de buscar a Dios, por eso comenzó a buscarle hasta que ya era todo un muchacho.  Es indudable que habiendo quedado Josías huérfano a sus ocho años, al parecer huérfano no solo de padre sino también de madre, alguien tuvo que asumir la responsabilidad de ser el tutor de este niño rey.  Es probable que este tutor anónimo, haya sido la persona quien le inculcó la importancia de buscar a Dios, a partir de sus ocho hasta sus dieciséis años.

  Es interesante que tanto en el versículo 2 como en el versículo 3, en dos ocasiones se menciona que Josías era hijo de David, no de Amón, pues el cronista se refiere a David en relación con Josías, como “David su padre”.  Esto es solamente una expresión de que no siguió los malos pasos ni de su abuelo ni de su padre, sino que siguió los buenos pasos del primer rey de Israel que vivió conforme al corazón de Dios.

  Estimada Eveling, la pregunta relevante para ti es: ¿has comenzado a buscar a Dios?  Y otra pregunta todavía más importante: ¿vas a seguir buscando a Dios todos los días de tu vida?   Si buscas a Dios, vas a conocer su maravillosa gracia para tu vida.  No importa si hay miembros de tu familia, como le sucedió a Josías, que no son buenos ejemplos para ti en cuanto a buscar a Dios.  La decisión de buscar a Dios es un asunto personal.  Y es posible hacerlo, a pesar de toda la oposición que pueda haber de por medio.  ¿Quieres buscar a Dios? Tienes que hacerlo por medio de Jesús quien en una ocasión le dijo a sus discípulos: “Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais” (Juan 14:7a).  Jesús es el camino para buscar a Dios.  Ni siquiera es la iglesia, mucho menos un ministro, sino solo Jesús.

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   La segunda acción esencial que debes realizar para formarte un carácter espiritual maduro, es:

II.- VIVIR SOLO PARA DIOS.

   Lo segundo que observaremos que el autor de las Crónicas dice también de Josías que “…a los doce años comenzó a limpiar a Judá y a Jerusalén de los lugares altos, imágenes de Asera, esculturas, e imágenes fundidas.  /  Y derribaron delante de él los altares de los baales, e hizo pedazos las imágenes del sol, que estaban puestas encima; despedazó también las imágenes de Asera, las esculturas y estatuas fundidas, y las desmenuzó, y esparció el polvo sobre los sepulcros de los que les habían ofrecido sacrificios.  /  Quemó además los huesos de los sacerdotes sobre sus altares, y limpió a Judá y a Jerusalén.  /  Lo mismo hizo en las ciudades de Manasés, Efraín, Simeón y hasta Neftalí, y en los lugares asolados alrededor.  /  Y cuando hubo derribado los altares y las imágenes de Asera, y quebrado y desmenuzado las esculturas, y destruido todos los ídolos por toda la tierra de Israel, volvió a Jerusalén” (2 Crónicas 34:3b-7).   A los doce años de su reinado, ¿qué edad tendría Josías, si comenzó a reinar a los ocho años?  Tenía veinte años.  Cuatro años después de haber comenzado a buscar a Dios.  Como cualquier pecador, tuvo dificultades para madurar su vida espiritual.  Pero lo importante es que se podía ver en Josías el resultado de buscar a Dios.  ¿Qué comenzó a hacer ahora?  “comenzó a limpiar a Judá y a Jerusalén de los lugares altos, imágenes de Asera, esculturas, e imágenes fundidas” (v. 3b).   Quería tanto para él mismo como para toda la nación que gobernaba, una vida espiritual centrada en Dios, que desechara todo tipo de ídolos e idolatría, por lo que comenzó de manera personal y de pueblo en pueblo, a destruir todo existencia de ídolos e idolatría.  Quería vivir sólo para Dios.  Dedicó todo su esfuerzo para ello hasta haber logrado su santo objetivo.

   Estimada Eveling, si quieres vivir solo para Dios, tienes que desechar los ídolos no de toda nuestra nación, ni del estado, ni siquiera de esta tu hacienda, sino los ídolos que pudiesen haber en tu propia vida.  Un ídolo no necesariamente es una imagen religiosa, no necesariamente es una figura de metal, madera, yeso, o papel, sino cualquier idea o decisión que ocupa el lugar que Dios debe ocupar en la vida de una persona.  Es necesario que des a Dios el lugar que le corresponde en tu vida.  Así, entonces, podrás vivir para Él.  Si no has comenzado voluntariamente a vivir para Dios, no esperes más tiempo, comienza ahora mismo.

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   La tercera acción esencial que debes realizar para formarte un carácter espiritual maduro, es:

III.- CONSAGRAR TUS RECURSOS A DIOS.

     Lo tercero que observaremos en el texto bíblico es lo que el cronista dice de Josías, que A los dieciocho años de su reinado, después de haber limpiado la tierra y la casa, envió a Safán hijo de Azalía, a Maasías gobernador de la ciudad, y a Joa hijo de Joacaz, canciller, para que reparasen la casa de Jehová su Dios” (2 Crónicas 34:8).  A los dieciocho años de su reinado, ¿qué edad tendría si comenzó a reinar a los ocho años?  Tenía ya veintiséis años.  Ya no era un adolescente.  Era todo un joven, o adulto joven.  Ya habían transcurrido diez años desde que personal y voluntariamente comenzó a buscar a Dios.  Ya había desarrollado una madurez espiritual en su vida personal.  Ahora, como es natural, su responsabilidad aumentó, pues según la crónica, dio el siguiente paso que fue consagrar sus recursos económicos para la causa de Dios.  Mandó a “que reparasen la casa de Jehová su Dios”, que había sido destruida y desatendida durante mucho tiempo.  Lo importante para este tiempo es que Josías tenía a Jehová como “su Dios”.  Había llegado a un punto de convencimiento en su vida que Jehová es el único Dios vivo y verdadero a quien estaba dispuesto a consagrar toda su vida, tiempo, dinero, etc…  Esto es lo que ocurre cuando una persona en verdad acepta que Dios sea “su Dios”.  Lo mismo le sucedió a aquel hombre pequeño de estatura llamado Zaqueo, quien al comprender bien el mensaje del evangelio que Jesús le enseñó personalmente, le dijo a Jesús: “Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado” (Lucas 19:8).  En resumen, cuando buscas a Dios, vives para Dios, y das para la obra de Dios.

   Eveling, talvez ahora no tienes una gran fortuna porque económicamente dependes de tus padres, sin embargo, conforme vayan pasando los años, tendrás tu propia fuente de ingresos, y entonces irás adquiriendo más responsabilidad tanto para con tus padres, para con tu familia, pero también para con Dios.  Cuando llegue ese momento para ti, no te olvides de Dios.  Todo lo que tienes es de Dios.

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   La cuarta acción esencial que debes realizar para formarte un carácter espiritual maduro, es:

IV.- ACEPTAR LA PALABRA DE DIOS.

   En la época de Josías, hace más de un siglo que el libro de la ley de Dios había desaparecido.  A falta de dicho libro, y de personas que la leyeran públicamente y la explicasen, el pueblo comenzó a vivir desobedientemente delante de Dios.  El libro de la ley era el libro que instruía y gobernaba la vida espiritual del pueblo de Dios.  Alguien que por protegerlo de manos de invasores, lo escondió, y posteriormente fue asesinado, por lo que nadie sabía dónde quedó escondido.  Durante los trabajos de reparación que se realizaron en la casa de Jehová, un sacerdote llamado Hilcías encontró el libro de la ley, que luego entregó al escriba Safán, quien entonces se lo fue a leer al rey Josías.  Para esta época el rey siempre tenía 26 años.  Nunca en su vida había conocido la ley de Dios.

   Lo que quiero enfatizar en este mensaje es la sana actitud que Josías demostró hacia la palabra de Dios, cuando por primera vez en su visa tuvo conocimiento de la voluntad de Dios para su pueblo, tomándola particularmente para él quien representaba a este pueblo.  Aceptó la palabra de Dios, como la voluntad de Dios para su propia vida.  Nos dice la crónica que “Luego que el rey oyó las palabras de la ley, rasgó sus vestidos” (2 Crónicas 34:19).  Esto de rasgarse los vestidos consistía en romperse la ropa de arriba hacia abajo, y representaba el arrepentimiento que hay en una persona por no haber antes obedecido a Dios.  Pocos días después de haberse rasgado los vestidos, Dios, por medio de Hulda, una profetisa, le mandó a decir a Josías: “…Por cuanto oíste las palabras del libro,  /  y tu corazón se conmovió, y te humillaste delante de Dios al oír sus palabras sobre este lugar y sobre sus moradores, y te humillaste delante de mí, y rasgaste tus vestidos y lloraste en mi presencia, yo también te he oído, dice Jehová” (2 Crónicas 34:26b-27).  Luego, dice la crónica acerca de Josías con relación a la palabra de Dios: Y subió el rey a la casa de Jehová, y con él todos los varones de Judá, y los moradores de Jerusalén, los sacerdotes, los levitas y todo el pueblo, desde el mayor hasta el más pequeño; y leyó a oídos de ellos todas las palabras del libro del pacto que había sido hallado en la casa de Jehová.  /  Y estando el rey en pie en su sitio, hizo delante de Jehová pacto de caminar en pos de Jehová y de guardar sus mandamientos, sus testimonios y sus estatutos, con todo su corazón y con toda su alma, poniendo por obra las palabras del pacto que estaban escritas en aquel libro” (2 Crónicas 34:30,31).  Este es el resultado de aceptar la palabra de Dios, para uno mismo.

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   CONCLUSIÓN: Estimada Eveling, ¿qué va a ser de tu vida los siguientes 2, 5, 10, 15 años, o más que Dios te concederá vivir?  Si no has comenzado a buscar a Dios, comienza desde hoy buscándole por medio de Jesucristo.  Hoy es buena ocasión y oportunidad.   Si has comenzado a buscar a Dios, sigue creciendo y madurando en tu espiritualidad dejando a un lado cualquier cosa que quiera ocupar en ti el lugar que solamente a Dios le corresponde.  Comienza a consagrar para el servicio de Dios toda tu vida, tu tiempo, y todo lo que eres y tienes.  Y no dejes de aceptar la palabra de Dios primeramente para tu propia vida para que luego también compartas con otras personas.

   Si como Josías has desperdiciado estos años de tu vida para buscar a Dios, vivir para Dios, consagrar tu ser a Dios, y aceptar la palabra de Dios, comienza ahora mismo.  Afortunadamente, hoy todavía no es tarde para comenzar, y vale la pena.

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