EFECTOS DE UNA VIDA NO DEVOCIONAL
2 Crónicas 16:1 – 14.
Predicado por primera vez por el Pbro. Diego Teh Reyes, en la Congregación “Ebenezer” de la col San José Tecoh; el día domingo 03 de Enero del 2016, a las 18:30 horas.
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INTRODUCCIÓN: Antes de desarrollar este mensaje tenemos que entender el significado de un par de palabras y un concepto. La primera palabra es la palabra “devoción” cuyo significado es la prontitud con la que una persona está dispuesta a hacer algo por alguien. Por ejemplo, decimos que un esposo es devoto para con su esposa porque está dispuesto a expresarle su amor, cuidado y todo tipo de atenciones. De la misma manera se puede decir que hay devoción en una persona para con Dios, cuando se tiene una actitud voluntaria y decidida de hacer su voluntad en todo y en cualquier momento. La segunda palabra para entender es “devocional” cuyo significado es dedicar un tiempo diario especialmente para la lectura de las Sagradas Escrituras y la oración. Por ejemplo, alguien nos podría preguntar: ¿ya hiciste tu devocional de hoy? Lo que con ello se quiere preguntar es si has leído la palabra de Dios, y si has dedicado un tiempo para orar a Dios. Hacer el devocional diario es de mucha importancia para el desarrollo de una sana y poderosa espiritualidad en nuestra vida.
Ahora, el concepto que tenemos que entender es “la vida devocional”, un concepto que pocas veces pensamos, pero no significa lo mismo que hacer o tener un devocional. Leí un artículo que explicaba que “no hemos de limitar o definir ‘la vida devocional’ con leer la Palabra de Dios. Es reducir el término al más completo raquitismo. Por supuesto que “implica” la lectura y estudio reverente de la Palabra, pero “vida devocional” es estar en la presencia del Señor, es tener una comunión y una relación íntima con el Salvador, y eso no un momento en el día, sino una vida”[1]. En realidad una vida devocional, además de leer la biblia y meditarla, y además de orar a Dios, además de ir a cultos, consiste en tomar en cuenta Dios en toda decisión que tomamos, considerando a la luz de su palabra si lo que vamos a hacer o estamos haciendo glorifica a Dios.
En 2 Crónicas capítulos 14 al 16, tenemos la historia del rey Asa, quien durante los primeros años de su reinado sobre Judá, tuvo no breves tiempos de devocionales con Dios, sino una vida devocional para con Dios, y como rey que fue del pueblo de Dios, incluso “mandó a Judá que buscase a Jehová el Dios de sus padres, y pusiese por obra la ley y sus mandamientos” (2 Crónicas 14:4). Los primero diez años de su reinado, su reino estuvo en completa paz (Cf. 2 Crónicas 14:1) como resultado de su búsqueda de Dios. Pero entre los años diez al quince de su reinado, tuvo que enfrentar una guerra que le hicieron por un millón de etíopes, como consecuencia de un decaimiento en su búsqueda de Dios tanto por parte de él como rey, como por parte del pueblo. Por la gracia de Dios, tanto el rey Asa como el pueblo que gobernaba actuó correctamente para con Dios y Dios les concedió la victoria (más adelante hablaremos de algunos detalles relevantes de aquella guerra). A pesar de que Dios les había favorecido, se sentían muy desanimados para servir a Dios en muchos aspectos. Dios tuvo que enviarles palabras de ánimo por medio de su profeta Azarías (Cf. 2 Crónicas 15:1-9), palabras que valoraron muy oportunamente.
Fue entonces que en el tercer mes del año quince de su reinado (Cf. 2 Crónicas 15:10), el rey Asa y todo el reino que gobernaba ratificó su voluntad de seguir buscando a Dios. Y dice la crónica que “Entonces prometieron solemnemente que buscarían a Jehová el Dios de sus padres, de todo su corazón y de toda su alma; / y que cualquiera que no buscase a Jehová el Dios de Israel, muriese, grande o pequeño, hombre o mujer. / Y juraron a Jehová con gran voz y júbilo, al son de trompetas y de bocinas. / Todos los de Judá se alegraron de este juramento; porque de todo su corazón lo juraban, y de toda su voluntad lo buscaban, y fue hallado de ellos; y Jehová les dio paz por todas partes” (2 Crónicas 15:12-15). Esto es llevar una vida devocional. Pero la crónica incluye una nota aparentemente alegre que dice: “Y no hubo más guerra hasta los treinta y cinco años del reinado de Asa” (2 Crónicas 15:19). Pero, como veremos a continuación todo cambió para mal, a partir del año 36 de su reinado, como consecuencia de abandonar la vida devocional para con Dios.
En nuestro pasaje bíblico para este mensaje, 2 Crónicas 16:1-14, primeramente observen que el relato del versículo uno comienza diciendo: “En el año treinta y seis del reinado de Asa,…” (2 Crónicas 16:1). A través del resto de la historia de Asa que consiste en la experiencia de sus últimos seis años de vida y reinado (36 al 41), el cronista nos presentará cuáles son los efectos de llevar una vida no devocional para con Dios. / ¿Cuáles son los efectos de llevar una vida no devocional para con Dios? / Analizando la historia de Asa iremos descubriendo algunos de los efectos de llevar una vida no devocional para con Dios.
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El primer efecto de llevar una vida no devocional para con Dios, es que:
I.- NO SE BUSCA EL APOYO DE DIOS SINO EL DEL HOMBRE.
Cuando leemos la historia de cómo el rey Asa en una ocasión entre los años diez al quince de su reinado, que teniendo él un ejército que no rebasaba los 580 mil soldados, y el ejército de etíopes enemigos era de un millón de combatientes con 300 carros de guerra, la oración de Asa ante aquella circunstancia fue “¡Oh Jehová, para ti no hay diferencia alguna en dar ayuda al poderoso o al que no tiene fuerzas! Ayúdanos, oh Jehová Dios nuestro, porque en ti nos apoyamos, y en tu nombre venimos contra este ejército. Oh Jehová, tú eres nuestro Dios; no prevalezca contra ti el hombre” (2 Crónicas 14:11). La frase clave de su oración a Dios fue “EN TI NOS APOYAMOS”.
Pero ahora en pleno año 36 de su reinado que en lo personal dejó de buscar a Dios, pues dice la crónica que: “Entonces sacó Asa la plata y el oro de los tesoros de la casa de Jehová y de la casa real, y envió a Ben-adad rey de Siria, que estaba en Damasco, diciendo: / Haya alianza entre tú y yo, como la hubo entre tu padre y mi padre; he aquí yo te he enviado plata y oro, para que vengas y deshagas la alianza que tienes con Baasa rey de Israel, a fin de que se retire de mí. / Y consintió Ben-adad con el rey Asa, y envió los capitanes de sus ejércitos contra las ciudades de Israel; y conquistaron Ijón, Dan, Abel-maim y las ciudades de aprovisionamiento de Neftalí. / Oyendo esto Baasa, cesó de edificar a Ramá, y abandonó su obra” (2 Crónicas 16:2-5). Al parecer tuvo una significativa victoria sobre un enemigo, pero una victoria basada en el apoyo del hombre y no de Dios, realmente no es una victoria sino una ofensa a Dios, y un rechazo a su poderosísimo apoyo divino.
Celebrando Asa su victoria, dice su historia que hubo para él una bien merecida exhortación de parte de un vidente (profeta) llamado Hanani, quien le dijo a Asa: “Por cuanto te has apoyado en el rey de Siria, y no te apoyaste en Jehová tu Dios, por eso el ejército del rey de Siria ha escapado de tus manos. / Los etíopes y los libios, ¿no eran un ejército numerosísimo, con carros y mucha gente de a caballo? Con todo, porque te apoyaste en Jehová, él los entregó en tus manos” (2 Crónicas 16:7,8). Las palabras de Hanani era más bien un recordatorio de lo sabio y hasta conveniente que es apoyarse en Dios. Si Dios le había librado de un millón de soldados, también le podía de librar de los pocos miles de soldados del rey Baasa de Israel.
Pero lo que estaba sucediendo en su vida es que ya no tenía una relación devocional con Dios. Dejó de ser devoto de Dios. Y cuando uno deja de ser devoto de Dios, uno de los primeros efectos es que uno para sobrevivir a las circunstancias de la vida, uno termina apoyándose en los hombres menos en Dios.
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El segundo efecto de llevar una vida no devocional para con Dios, es que:
II.- NO SE TOMAN DECISIONES CORRECTAS SINO INADECUADAS.
Parte de la amonestación que recibió del profeta Hanani, fue “Locamente has hecho en esto; porque de aquí en adelante habrá más guerra contra ti” (2 Crónicas 16:9b). La frase de Hanani a Asa que en nuestra versión Reina-Valera 1960 dice “locamente has hecho en esto”, en la Nueva Versión Internacional es traducida como: “actuaste como un necio”, y en la versión Dios Habla Hoy es traducida como “has actuado como un tonto”. Qué descripción muy fea, pero es la realidad que vive una persona en sus decisiones cuando ha hecho a un lado a Dios. Durante sus 35 años anteriores de su reinado, Asa había tomado buenas decisiones, no locas, ni tontas, ni necias, porque llevaba una vida devocional para con Dios. Ahora que ha dejado su devoción por Dios, estaba haciendo lo contrario.
¿Qué fue lo loco, necio, y tonto, que hizo? Su mala decisión fue sacar la plata y el oro de los tesoros de la casa de Jehová para comprar el favor de Ben-adad rey de Siria, teniendo como condición que el rey de Siria rompa su convenio de paz con el rey Baasa de Israel que le estaba causando problemas a Asa. El que estaba mal era el rey Baasa de Israel, no Asa rey de Judá. Si Asa se hubiese apoyado en Dios, seguramente que le daría la razón a él, y Baasa en menos de lo que canta un gallo, tenía las de perder. Pero, Asa cometió el error de sobornar al rey de Siria con mucha plata y mucho oro. Debió ser mucho valor de por medio para que al rey de Siria le valiera la pena perder el tributo que Baasa le daba. Esto fue una loca decisión de Asa, consecuencia de haber dejado de ser devoto para con Dios.
Aunque Asa cuando era devoto para con Dios, “…metió en la casa de Jehová lo que su padre había dedicado, y lo que él dedicó: oro, plata y alhajas” (2 Reyes 15:15), no le daba derecho a sacar del templo aquello que él ya había donado. Esto sin duda fue obra de su locura, lo cual no fue nada agradable para Dios, quien se sintió ofendido.
Amados hermanos, la actitud de Asa, solamente nos confirma que el ser humano tiene un corazón muy depravado capaz de caer en actitudes muy viles y despreciables. Esto le puede pasar también a cualquiera de nosotros si perdemos la devoción en Dios, pues cuando una persona pierde su devoción en Dios, tal persona comienza a proceder haciendo cosas impropias para un hijo de Dios. Es necesario reaccionar como el hijo pródigo de quien dice Jesús que después de haber vivido perdidamente, “volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! / Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti” (Lucas 15:17,18).
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El tercer efecto de llevar una vida no devocional para con Dios, es que:
III.- NO SE PRACTICA UNA ACTITUD DE BONDAD SINO DE MALDAD.
Como consecuencia de la presencia del vidente (o profeta Hanani) quien fue sabio y preciso para indicarle a Asa su equivocación de haberse apoyado en el rey Benadad de Siria, dejando así de apoyarse en Dios, dice el texto de la crónica que: “Entonces se enojó Asa contra el vidente y lo echó en la cárcel, porque se encolerizó grandemente a causa de esto. Y oprimió Asa en aquel tiempo a algunos del pueblo” (2 Crónicas 16:10). Este hombre que había sido bondadoso y amable con la gente de su reino, que había tratado con respeto a los mismos profetas de Dios como Azarías y al mismo Hanani, ahora tuvo un cambio radical de actitud, de lo bueno a lo malo. Su bondad la cambió por la maldad, todo como consecuencia de abandonar su devoción para con Dios.
En un consejo que el apóstol Pablo le diera a los cristianos romanos les dice: “Pero estoy seguro de vosotros, hermanos míos, de que vosotros mismos estáis llenos de bondad, llenos de todo conocimiento, de tal manera que podéis amonestaros los unos a los otros” (Romanos 15:14). Cuando la bondad está presente en el corazón uno tiene la capacidad de decir de manera apropiada aun una amonestación que no suele ser muy agradable. También si la bondad está en el corazón de una persona que para su propio bien debe recibir una amonestación como Hanani tuvo que hacerlo para con el rey Asa, debe ser la capacidad que le debe ayudar a tomar la amonestación como una advertencia oportuna que le traería bien a su vida. Pero lamentablemente, Asa, habiendo dejado su devoción para con Dios, fue perdiendo la gracia de la bondad hasta convertirse en una persona malvada capaz de causar los peores daños tanto extraños como a propios.
Estimado hermano, si usted se da cuenta que sus reacciones están cargadas más de maldad que de bondad, tiene en ello una alerta que le indica que podría estar mal en su vida devocional para con Dios. Podría usted ser un buen lector de la misma biblia, podría usted ser una persona que practica la oración a Dios todos los días, pero si no hay una actitud de pronta obediencia a Dios a la voluntad de Dios, es muy probable que está mal en su vida devocional, lo cual debe usted corregir inmediatamente. Busque usted a Dios, para que la bondad sea su hábito santo para tratar a sus semejantes.
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El cuarto efecto de llevar una vida no devocional para con Dios, es que:
IV.- NO SE BUSCA A DIOS POR NINGÚN MOTIVO SINO SE DESCARTA.
La triste historia de este rey termina de esta manera: “En el año treinta y nueve de su reinado, Asa enfermó gravemente de los pies, y en su enfermedad no buscó a Jehová, sino a los médicos. / Y durmió Asa con sus padres, y murió en el año cuarenta y uno de su reinado” (2 Crónicas 16:12,13). Los primeros tres años de no buscar a Dios, desde el 36 al 39 de su reinado, pareciera que no hay ningún problema por ello, pero cuando llegó el año 39 le comenzó una enfermedad grave en los pies. Estuvo dos años gravemente enfermo de los pies, pero nos narra el cronista que Asa “no buscó a Jehová”, porque en realidad no quiso buscarle. Al llegar el año 41 de su reinado, por fin llegó el momento que a todos nos llegará, el momento de la muerte, pero al parecer también “no buscó a Jehová” ni siquiera en el momento de su muerte. Debe ser triste morir sin buscar a Dios. Solo de imaginar que quien muere sin Dios está destinado para una eternidad en el lugar eterno donde Dios no estará jamás.
Fueron seis años (del 36 al 41 de su reinado) en los cuáles Asa tuvo una vida no devocional para con Dios. Durante todo este tiempo no hubo motivo para él que le pareciera necesario que por ello buscase a Dios. Cualquier oportunidad que se le presentó, Dios quedó descartado. Estoy seguro no fueron los mejores años que le tocó vivir, porque quien descarta a Dios de su vida, inevitablemente se encontrará con experiencias amargas.
Estimado oyente, no descartes buscar a Dios por nada del mundo. Aprovecha cualquier detalle de la vida para buscarle, no solamente cuando estés en problemas sino aun cuando en todo vaya bien o aun cuando te parezca que todo anda bien. Buscar a Dios es la mejor experiencia que vale la pena para todo ser humano, de lo cual nunca habrá razón alguna para arrepentirse, pues buscar a Dios siempre va a resultar en bendición.
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CONCLUSIÓN: Amados hermanos, que nadie deje de buscar a Dios durante toda su vida. Que nadie busque a Dios solamente a la hora de la clase bíblica dominical, ni solamente en el culto de adoración de esta amada congregación, ni solamente cuando alguien lea la palabra de Dios en su casa, ni solamente cuando uno sienta la necesidad de hacer una oración a Dios. Una vida devocional demanda buscar a Dios las 24 horas de cada día, los 365 o 366 días del año, y hasta el último instante de vida que Dios nos conceda.
Hoy que estamos iniciando el primer domingo del año, les recomiendo que nadie haga planes de regresar a la adoración hasta el día viernes de semana santa, ni haga planes de regresar hasta casi dentro de un año cuando haya de nuevo otra noche buena. Sea usted constante en su vida devocional, pronto a servir a Dios en completa obediencia a su voluntad.
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[1] http://israelvalenzuela.com/2011/12/28/que-es-un-devocional-y-una-vida-devocional/
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