PROFESIONALES BIEN ENFOCADOS, Por: Diego Teh.

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PROFESIONALES BIEN ENFOCADOS

Mateo 7:9-12;  20:20-28.

Predicado por el Pbro. Diego Teh Reyes, en la capilla católica de la “Quinta San Javier”, de la col. Lázaro Cárdenas, de Mérida Yuc; a graduandos de Lic. en Psicología, de la Universidad Latino, el día sábado 27 de Febrero del 2016, a las 20:00 horas.  Les acompañan sus padres, familiares y profesores.

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   INTRODUCCIÓN: Estimados jóvenes, han dado un buen paso de acudir a Dios en este momento de sus vidas.  Quizá alguno de ustedes cuando comenzó sus estudios superiores no lo hicieron, pero ahora qué bueno que han puesto primeramente a Dios en sus vidas.  Gracias, señores padres de familia que hasta este momento han cumplido una gran responsabilidad, algunos con poco pero otros con mucho esfuerzo, para proveer a sus hijos o becados una carrera profesional.  Gracias profesores por las horas de clase, de revisión de trabajos, de atención personal que brindaron a sus alumnos.  Estoy seguro que su dedicación fue con el objetivo de formar vidas capaces de ofrecer soluciones a sus semejantes: a la familia, a la sociedad, a la educación, a la empresa, y a la comunidad en general[1]; y hoy aquí está el resultado.  Muchas gracias a los que convinieron en extenderme esta sorpresiva invitación que recibí para acompañarles.

   En este breve sermón que preparé casi espontáneamente para ustedes deseo compartirles que la profesión que ahora están académicamente listos para ejercer (aunque quizá todavía les falta su cédula profesional), lo deben ejercer con los valores de la religión cristiana.  /  ¿Cuáles son los valores de la religión cristiana para ejercer una profesión?  /  Específicamente les compartiré solamente tres de estos valores:

   El primero de los valores de la religión cristiana para ejercer una profesión, es:

I.- LA EXCELENCIA.

   Estimados amigos, ustedes no estudiaron en una escuela mediocre. Se han formado en una escuela que se preocupa por la excelencia.  Deben sentirse orgullosos de ese valor fundamental.  Espero que hayan adoptado esa visión.  No estoy diciendo que demuestren una absoluta perfección, lo cual es imposible mientras seamos humanos pecadores, sin embargo, se puede ser excelente cuando nos esforzamos al 100% a que todo lo que hagamos esté apegado a la voluntad del Dios verdadero en quien creemos, y que con los que sabemos y hacemos en verdad ofrezca soluciones a las necesidades humanas.  La humanidad no necesita charlatanes.

   En el primer gran sermón que Jesús predicó a la gente, les dijo: “… todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos” (Mateo 7:12).  ¿Les gustaría a ustedes que les hicieran un mal trabajo, o que les dieran una mala atención?  Sin embargo, hay gente que se dice profesionista que eso hace.  Esos no son excelentes.  ¿Te gustaría que cuando vayas a una tienda te traten con respeto; que cuando vayas al médico, él sea amable contigo y te explique correctamente el tratamiento que debes seguir; o que cuando vayas a la escuela el profesor aunque tan apegado al reglamento pueda ser comprensivo contigo?  Eso es lo que debes hacer con la gente.  Eso es ser excelente: Ejercer tu profesión de manera que proporcione eficazmente la solución que las personas necesitan, y que no queden decepcionados de ti.  SEAN PROFESIONALES CON MENTALIDAD DE EXCELENCIA.

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   El segundo de los valores de la religión cristiana para ejercer una profesión, es:

II.- EL SERVICIO.

   Muchos profesionales se han dedicado a sacarle para sí mismos todo el provecho económico posible a la gente a quienes les ofrecen las soluciones a veces sí profesionales a veces no muy profesionales.  Sin embargo, mis estimados, un profesional de excelencia no es aquel que tiene por objetivo ser el más rico entre sus colegas, sino aquel que primeramente sirve a su cliente o paciente, hasta que este haya solucionado su problema.   En el evangelio según san Mateo, tenemos la historia de un evento en el que la madre de dos alumnos de Jesús, pidió a Jesús que sus hijos sean los más preferidos y privilegiados por el Maestro.  Jesús no estuvo de acuerdo con la mentalidad de aquella señora desorientada, por lo que a sus alumnos, los apóstoles del evangelio, le dijo: entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor,  /  y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo;  /   como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos” (Mateo 20:26-28).

   Si en la misma religión se da estos procederes impropios e indignos de personas que antes que servir buscan ser servidos, también en el ámbito de la profesión es más probable que esto ocurra, y ustedes podrían ser tentados a que su profesión sea solamente un instrumento para ser servidos, pero no debe ser así.  Tengan una mentalidad de servicio.  Entiendo que ustedes se están esforzando en amar a Dios y a su Hijo Jesucristo, sino no se hubiesen propuesto rendir a Dios esta solemne acción de gracias.  Solamente recuerden que Jesús no solamente dijo sino que lo vivió en la realidad “no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos”.  Esto significa según la palabra de Dios que siendo pecador, no tenías más opción que ir a la condenación eterna.  Pero Jesús vino a rescatarte, ese fue un servicio que él hizo a tu favor para que puedas tener entrada a su cielo eterno.  No tenía por qué hacerlo pero lo hizo.  Eso es lo que tienes que hacer: Servir al que tiene problemas de conducta, no a medias sino hasta que su problema se solucione.  Aunque no lo creas, o no lo tengas muy pendiente, tu profesión es un don de Dios diseñado para servir en su nombre.  SEAN PROFESIONALES CON MENTALIDAD DE SERVICIO.

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   El tercero de los valores de la religión cristiana para ejercer una profesión, es:

III.- LA GLORIA A DIOS.

  Esto quizá no se los dijeron en ninguna de sus escuelas del pasado, ni en la universidad, pero si se consideran y propiamente son hijos de Dios por la fe salvadora en Jesucristo, consideren las palabras del apóstol Pablo que enseñó a los fieles de la antigua Corinto, al decirles: “Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios” (1 Corintios 10:31).  Hasta los mínimos detalles de nuestra vida cotidiana personal como el comer y el beber un embotellado, deben ser nuestros recursos y oportunidades para que Dios sea glorificado, es decir que Dios vea en nuestras acciones que procuramos obedecer lo que Él desea que sea hecho.  Pero no solamente en esos detalles cotidianos, sino que este apóstol enfartiza que “Si […], hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios”.

   Ustedes estimados licenciados o psicólogos, con sus conocimientos y  profesión, al ejercer su profesión tomen en cuenta esta exhortación de “hacedlo todo para la gloria de Dios”.  Cada persona, con cualquier profesión, oficio, o empleo, en el que se encuentre para servir, debe hacerlo, “…no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino con corazón sincero, temiendo a Dios.  /  Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres” (Colosenses 3:22b, 23).  Hay una frase popular que mucha gente utilizamos cuando estamos conociendo a una persona.  A veces le decimos: “Para servir a Dios y a usted”.  Ya hemos hablado de servir al cliente o paciente, pero también debemos saber que para servir a Dios no se necesita ser autoridad de la iglesia para decir que se está sirviendo a Dios, pues todo laico, todo fiel, todo profesional, e incluso en el ejercicio de todo oficio o empleo, también se sirve a Dios. No tienes que ser sacerdote o pastor, no tienes que ser diácono u otro oficial de la iglesia, no tienes que ser monja para servir.  Con el hecho de haber aceptado la fe cristiana y como salvador a Jesucristo, ya estás en la posición de glorificar a Dios mediante tu servicio.  Y ahora, como nuevo profesionista, puedes glorificar a Dios con tus conocimientos y experiencias.  SEAN PROFESIONALES CON MENTALIDAD DE GLORIFICAR A DIOS.

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   CONCLUSIÓN: Mis estimados amigos, no se desenfoquen, sean profesionales con excelencia, servicio, y que glorifiquen al Dios que creemos y adoramos.  Y no está mal, también pongan en práctica los demás valores que debieron haber aprendido en la universidad, como la justicia, la equidad, el respeto, la honestidad, la responsabilidad, y la solidaridad.   Dios les bendiga juntamente con sus familias.

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[1] http://www.universidadlatinomerida.com/#!licenciatura-en-psicologa/c136r (Según objetivo de la carrera de psicología de la Universidad Latino.

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