MOMENTOS ENSEÑABLES PARA LA FAMILIA
Deuteronomio 6:4-9.
Predicado por primera vez por el Pbro. Diego Teh Reyes, en la congregación “Roca de la Eternidad” de la col. Díaz Ordaz, de Mérida Yuc; el día domingo 21 de Febrero del 2016, a las 18:00 horas.
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INTRODUCCIÓN: ¿Qué son los momentos enseñables para la familia? Los momentos enseñables para la familia son esos instantes en los que intencional o improvisadamente toca la ocasión o momento perfecto para enseñar mediante una conversación algo práctico que un miembro de la familia no está tomando en cuenta. Los momentos enseñables no son necesariamente los momentos programados en una escuela pública o particular donde estudian nuestros hijos, e incluso no es solamente la hora semanal de la Escuela de Formación Cristiana que proveemos en las iglesias locales. Los momentos enseñables pueden ocurrir mientras estamos andando juntos en cualquier lugar, mientras estamos jugando con nuestros hijos, mientras estamos manejando o viajando en el automóvil, mientras estamos sentados a la mesa para tomar los alimentos, mientras un niño e incluso adolescente está haciendo uno de esos berrinches espontáneos, o hasta mientras andamos de compra en el súper o en la tienda de autoservicio con nuestro cónyuge, e incluso mientras leemos algo del libro de tareas de nuestros hijos. En cualquiera de estos momentos podemos iniciar una conversación enseñable haciendo una pregunta como ésta: ¿Por qué te interesa tanto eso?, ¿Cómo te hiciste el líder?, ¿Qué piensas acerca de esta idea?, ¿Cómo manejarías tú la situación?, ¿Cómo te sentiste cuando pasó eso?, ¿Qué hizo bien el personaje de la historia?, y después continuar la conversación hasta guiarla a una enseñanza que hace falta en la familia, especialmente en los hijos. No se necesita ser licenciado en comunicación ni en ciencias sociales ni en pedagogía. Lo que sí se necesita en nuestro caso, es conocimiento acerca de las Sagradas Escrituras.
En el mensaje de esta ocasión voy a compartirles que las Sagradas Escrituras nos enseñan que debemos aprovechar los momentos enseñables para hablar a nuestra familia, especialmente a nuestros hijos acerca de Dios y nuestras responsabilidades para con Él. / ¿Cuáles son esos momentos enseñables para hablar a nuestra familia especialmente a nuestros hijos acerca de Dios y nuestras responsabilidades para con Él? / A través del texto bíblico que hemos leído encontraremos una breve lista de momentos enseñables para la familia.
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El primer momento enseñable de la lista para hablar a nuestra familia e hijos acerca de Dios y nuestras responsabilidades para con Él, es:
I.- ESTANDO EN TU CASA.
La primera instrucción dada por el profeta Moisés a los padres de familia israelitas para hablarles a sus hijos acerca de Dios y de cómo amarle, es “estando en tu casa” (v. 7b). En realidad creo que la casa es el lugar en el que más tiempo pasamos con nuestra familia, por eso es que Moisés pone este lugar como el primero de la lista. Los israelitas pasaban más tiempo en casa que en el Tabernáculo de reunión, como nosotros pasamos más tiempo en la casa que en el templo.
En nuestra época, a pesar del tipo de vida que tenemos en la ciudad, en el que nos desplazamos a grandes distancias, y pasamos muchas horas y hasta tiempo extra en el trabajo, aun así estamos más tiempo en la casa que lo que podemos estar semanalmente en el templo al que acudimos a adorar a Dios con otros que como nosotros han creído en Jesucristo. La iglesia, solamente provee dentro de todos sus esfuerzos educativos y pastorales, un breve tiempo (minutos que quizá ni lleguen a una hora semanal) de lectura, enseñanza, y predicación de la palabra de Dios, y un poco de consejería. Pero, hermanos, estando en casa, tenemos más tiempo para edificar la fe y espiritualidad de toda nuestra familia.
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El segundo momento enseñable de la lista para hablar a nuestra familia e hijos acerca de Dios y nuestras responsabilidades para con Él, es:
II.- ANDANDO POR EL CAMINO.
¿Quién no viaja alguna vez con su familia o con sus hijos? Seguramente que con frecuencia nos encontraremos como dice el profeta Moisés: “andando por el camino” (v. 7c) con nuestros hijos o con toda la familia. Pues esa es la oportunidad perfecta indicada por Dios para aprovechar compartirle a nuestra familia acerca de Dios y nuestros deberes para con Él. Andar juntos no siempre es posible, pues cada integrante de la familia tiene muchas veces distintos horarios y distintas rutas para acudir al trabajo o a la escuela; por lo que en una de las oportunidades que nos toque andar juntos, deberíamos aprovechar la ocasión para animarnos en la fe en Dios.
Quizá mientras vamos de compras como cónyuges o acompañado de los hijos, quizá mientras vamos o regresamos de la escuela por nuestros hijos no importa si son menores en la escuela primaria, o adolescentes en la secundaria, o jóvenes en la preparatoria o universidad; son oportunidades para apoyarnos en la fe mediante un consejo, un recordatorio, una reflexión, e incluso si es necesario una exhortación. No solamente en la casa de Dios, ni solamente en la casa familiar es que podemos hablar de Dios y planear cómo amarle. Incluso si no estamos andando juntos, ahora podemos aprovechar los avances de la tecnología de nuestro tiempo haciendo una llamada telefónica para dar un recordatorio acerca de nuestro deber de amar a Dios. Es “andando por el camino” que también nos edificamos como familia. Si no lo hace usted como Dios dijo, muy poco podrá hacer toda la iglesia por la familia de usted.
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El tercer momento enseñable de la lista para hablar a nuestra familia e hijos acerca de Dios y nuestras responsabilidades para con Él, es:
III.- AL ACOSTARTE.
Otro de los momentos que el profeta Moisés nos indica que es muy apropiado para enseñar a amar a Dios es: “al acostarte”, (v. 7d). Esto no es difícil. Usted puede enseñar a su familia con su ejemplo en esos momentos cuando ya se dispone a acostarse. Además de decir la bendición de las ¡buenas noches!, buen hábito que algunos olvidan practicar con su familia; también es importante hacer en ese momento una breve oración para agradecerle la experiencia de haber vivido un día más. De ser posible hágalo mientras está sentado en su cama o hamaca, o si puede póngase de rodillas por un momento junto a su cama, y de gracias a Dios por el día que usted ha vivido. Si tiene preocupaciones para el día o días siguientes aproveche usted decírselo a Dios. Su familia siempre se dará cuenta de esta santa devoción que usted practica, y estará aprendiendo con el ejemplo de usted. Ese puede ser un momento enseñable para su familia.
Creo que mi señor padre alguna vez escuchó un sermón o consejo como este, pues hasta donde recuerdo, desde que yo era menor de 5 años, siempre que no me dormía antes que él, podía verlo orando y muchas veces hasta escuchar el contenido de sus oraciones, aunque algunas veces también lo hacía en silencio. Han pasado más de 35 años que comencé a ver esa disciplina en él, e incluso ahora que él ya tiene cerca de 100 años y tiene problemas de demencia propias de la edad, aun así puedo escucharlo muchas ocasiones pronunciar la oración del Padre nuestro, no necesariamente de noche, pues ahora no se da cuenta si es de día o de noche. Y eso a mí me ayudó siempre, y me sigue ayudando, pues siempre recuerdo que es necesario dar gracias a Dios antes de acostarse a dormir. Ese fue uno de los momentos enseñables que él aprovechó para enseñarme a mí un buen principio devocional. Como padres, deberíamos ser ejemplo para nuestros hijos en este aspecto a la hora de irnos a dormir. Aproveche usted este momento enseñable que todos tenemos cada día.
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El cuarto momento enseñable de la lista para hablar a nuestra familia e hijos acerca de Dios y nuestras responsabilidades para con Él, es:
IV.- CUANDO TE LEVANTES.
De la misma manera, el profeta Moisés, considera igual de importante hablar de Dios y de cómo amarle “cuando te levantes” (v. 7e). Esto no es un recurso costoso. Nada más que la gracia de Dios le permita a usted despertar al día siguiente, y entonces usted ya tiene la posibilidad de enseñar a su familia con un tiempo devocional aun cuando todavía está usted al borde de su cama. Esto es también lo que los israelitas tenían que hacer para que sus hijos no fuesen hijos desorientados sino bien orientados para amar de todo corazón al Dios que los había elegido como pueblo para ser Dios el Dios de ellos.
También tengo que decir algo más acerca del buen ejemplo que aprendí de mi padre con respecto a este asunto. En la mayoría de las ocasiones durante mi niñez, cuando yo despertaba, o lo veía todavía sentado en su hamaca orando a Dios por el día que comenzaba, o lo veía en una silla leyendo uno o más capítulos de su biblia. Fue en esa época (entre los 8 y 10 años) que pude leer por primera vez la biblia completa, y tener desde entonces un panorama general de toda la biblia. Gracias a un padre de familia que aprovechó enseñarme “cuando te levantes”. Como padres, debemos aceptar esta instrucción de Moisés de aprovechar enseñar a nuestra familia al momento de levantarnos. No será en vano lo que usted haga. Con el tiempo verá el resultado favorable entre los miembros de su familia.
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El quinto momento enseñable de la lista para hablar a nuestra familia e hijos acerca de Dios y nuestras responsabilidades para con Él, es:
V.- EN CUALQUIER OTRO MOMENTO U OPORTUNIDAD.
“Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; / y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas” (Deuteronomio 6:8,9). ¿Qué es lo que hay que llevar como señal en la mano? Algo que nos recuerde la importancia de estar pendientes de buscar en la palabra de Dios respuestas para la vida. En la época de Jesús, los judíos usaban filacterias que pequeñas cajitas que contiene trocitos de pergamino sobre los que se han escrito algunos pasajes de la ley, que los judíos llaman “(tira de) oración”. Con excepción de los sábados y días de fiestas, estas cajitas se ataban a la frente o al brazo izquierdo cada día durante las oraciones matinales. Esta práctica se basaba en la creencia judía, originada por lo menos en el s II a.C., de que las palabras de Ex. 13:9 y Dt. 6:6-8 se debían tomar literalmente. La tradición rabínica posterior estipulaba que se tenían que usar los textos de Ex. 13:1-10, 11-16, Dt. 6:4-9 y 11:13-21[1]. Estos son los mismos textos que tenían que ser escritos en los postes de la casa y en las puertas de los israelitas para que los hijos y nietos, y demás descendencia de los israelitas que no estuvieron presentes en la liberación de mano de los Egipcios, sepan y no olviden quién es su Dios y qué ha hecho por ellos.
O sea, una oportunidad que se debe aprovechar en la familia es el hecho de que la gracia de Dios nos ha concedido un par de ojos, o por lo menos un ojo sano con el que podemos mirar y leer en postes y puertas, no de un lugar extraño sino en la propia casa. Cada padre de familia tenía que preocuparse en recordar o enseñar a sus hijos lo que Dios espera de los miembros de cada familia. Hoy tenemos muchas más opciones para hacerlo. Se venden calcomanías con textos y frases cristianas, tenemos redes sociales en las que podemos enviar mensajes a cualquier hora del día no importando dónde se encuentre nuestra familia o nuestros hijos. Deberíamos aprovechar esas redes no solamente para contactarlos, no solamente para enviarnos chistes, bromas, y algunas cosas insanas, ni para dar seguimiento a nuestros intereses particulares, sino que podemos aprovecharlos para edificar espiritualmente a nuestra familia con la palabra de Dios. Pero lo que no debería hacer falta en nuestros hogares es un ejemplar de las Sagradas Escrituras para leer de manera personal y/o familiar por medio de devocionales diarios para fortalecer la espiritualidad cristiana de nuestra familia.
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CONCLUSIÓN: Al principio del mensaje, les dije que les presentaría una breve lista, tal como lo presenta nuestro texto bíblico, pero en realidad no son los únicos momentos, sino que hay otros momentos que se pueden aprovechar para enseñar a nuestra familia que “…Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. / Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas” (vv. 4,5). Nos dice el profeta Moisés que “estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; / y las repetirás a tus hijos” (vv. 6,7a), aprovechando cualquier momento u oportunidad que se nos venga a la mano. Una vez no es suficiente, sino que tiene que estarse repitiendo cada día desde que amanezca, y en cualquier lugar, y cualquier hora del día. ¡Qué mejor que en un tiempo devocional familiar!
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[1] http://www.wikicristiano.org/diccionario-biblico/significado/filacteria/
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