SE NECESITAN PASTORES
Ezequiel 34:1-31. Lucas 15:1-7.
Predicado por primera vez por el Pbro. Diego Teh Reyes, en la iglesia “El Divino Salvador” de Mérida, Yucatán; el día domingo 19 de Junio 2016, a las 11:00 horas; por motivo del día del pastor, para promover la vocación pastoral.
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INTRODUCCIÓN: Hay desde padres de familia que deseando un futuro prometedor para sus hijos, les desaniman a considerar como opción el ministerio pastoral. Algunos creyentes que no tienen ni un poco de interés por el avance del evangelio, y hasta algunos pastores que no les ha ido muy bien en su relación con alguna iglesia, aconsejan por eso, que es mejor no comprometerse o involucrarse o tener intenciones de servir como pastor. También hay pastores que desaniman a sus hijos a interesarse por el ministerio pastoral. Por supuesto que el pastorado no es para cualquiera que quiera sino para aquellos a quien Dios llama, pero nadie debería estorbar que alguien acepte el llamado de Dios para ser pastor. Cuando leemos las Sagradas Escrituras, se nos dice que “Si alguno anhela obispado, buena obra desea” (1 Timoteo 3:1). No se sorprendan por la palabra obispado que solamente especifica una de las funciones pastorales, que finalmente quien lo anhela, dice San Pablo que: “buena obra desea”. El sentido de esta frase junto con la palabra obispado en este versículo, debe entenderse como: “Si alguno anhela dedicarse al ministerio del cuidado de las almas, buena obra desea” (1 Timoteo 3:1). Ser pastor, es esencialmente trabajar en el cuidado de las valiosísimas almas, y eso no es malo sino todo lo contrario. Y en este momento, como les explicaré más adelante, se necesitan pastores.
Se necesitan pastores, pero no pastores que surjan de motivaciones personales, sino del llamamiento de Dios. No se necesitan pastores cuya motivación sea el interés de solamente recibir el aprecio de una iglesia. Por ejemplo, un pastor comenta de un joven llamado Eliécer quien el primer día que llegó al templo, le pareció que el panorama lucía prometedor. Todos iban detrás del líder. Lo trataban con afabilidad y, terminada la conferencia, querían acercarse a él. “Es un hombre de Dios”, le dijo sonriente la mujer que estaba a su lado en la silla: “Aquí lo queremos mucho”. Salió del lugar con un convencimiento: –Ya se lo que quiero ser en esta vida: pastor de iglesia-, dijo. / Tampoco se necesitan pastores cuya motivación sea tener un empleo seguro porque no tienen una profesión, oficio, u oportunidad de trabajo en alguna empresa o negocio. El mismo pastor cuenta que en Santiago de Cali, Colombia, otro joven llamado Adalberto quien formaba parte de un grupo de teatro que evangeliza en las calles. Utilizaba el arte para compartir las Buenas Nuevas. Un día, camino de una reunión, le dijo al pastor: –Pastor, he pensado que este asunto del desempleo en Santiago de Cali alcanza límites insostenibles. Voy a hablar con los directivos de la iglesia para que estudien la posibilidad de que me permitan ser pastor. Por otro lado ya no se consigue trabajo[1]. Por supuesto, que tanto Eliécer como Adalberto estaban equivocados en cuanto a su motivación para ser pastor, pues el pastorado no consiste en buscar quien te aprecie, ni se trata de buscar empleo, sino consiste en aceptar un llamado de Dios para cuidar las almas de Sus ovejas antes que recibir buenos tratos y seguridad laboral. Pero, por supuesto que hacen falta pastores en la actualidad, pero tienen qué surgir motivados por el llamado de Dios.
En este mensaje mis amados hermanos voy a extenderles el llamado de Dios mediante su palabra, compartiéndoles que en la actualidad se necesitan pastores dispuestos a cumplir las funciones propias de este ministerio. / ¿Cuáles son las funciones para las cuales se necesitan pastores en la actualidad? En otras palabras, ¿para qué se necesitan pastores? / Basado principalmente en el libro de Ezequiel, capítulo 34, y con el apoyo de otros pasajes bíblicos, específicamente voy a compartirles algunas de las funciones para las cuales se necesitan pastores en la actualidad.
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La primera función para la cual se necesitan pastores en la actualidad, es:
I.- PARA BUSCAR A LAS OVEJAS.
Como usted habrá observado en la lectura de Ezequiel 34, la mayor parte consiste en reclamos de Dios a los entonces pastores de la nación de Israel, de aproximadamente 700 a.C. Dios en su reclamo a aquellos pastores que Él había constituido en Israel para Sus ovejas de Israel, les dice: “…no volvisteis al redil la descarriada, ni buscasteis la perdida, sino que os habéis enseñoreado de ellas con dureza y con violencia. / Y andan errantes por falta de pastor, y son presa de todas las fieras del campo, y se han dispersado. / Anduvieron perdidas mis ovejas por todos los montes, y en todo collado alto; y en toda la faz de la tierra fueron esparcidas mis ovejas, y no hubo quien las buscase, ni quien preguntase por ellas” (Ezequiel 34:4b2-6). El reclamo es claro, los pastores no fueron a buscar a las ovejas perdidas, errantes, y dispersas. Y cuando Dios comunica cuál será la solución a este descuido pastoral, dice: “He aquí yo, yo mismo iré a buscar mis ovejas, y las reconoceré. Como reconoce su rebaño el pastor el día que está en medio de sus ovejas esparcidas, así reconoceré mis ovejas, y las libraré de todos los lugares en que fueron esparcidas el día del nublado y de la oscuridad” (Ezequiel 34:11,12), y “Yo buscaré la perdida, y haré volver al redil la descarriada;…” (Ezequiel 34:16a). Esta acción de pastor que Dios tomaría por Sus ovejas, consiste en ir a buscar a las ovejas perdidas. Esta es una función para la cual también ahora se necesitan pastores.
En su parábola de la oveja perdida, al responderle Jesús a los fariseos y escribas quienes murmuraban que los publicanos eran unos pecadores a quienes Jesús el Buen Pastor ni se debe acercar a ellos, les dice: “¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va tras la que se perdió, hasta encontrarla?” (Lucas 15:4). Con estas palabras Jesús explicó que así como la función de un pastor de ovejas es ir tras las ovejas que se pierden hasta encontrarlas, de la misma manera Dios a través de Jesús vino en búsqueda precisamente de las personas cuya vida espiritual se encuentra en estado de perdición.
Amados hermanos, la parábola de Jesús únicamente es una limitada ilustración de una tremenda realidad de ovejas perdidas. En realidad las ovejas perdidas en este mundo son millones por países. Solamente en esta ciudad y estado las hay por cientos de miles. Es por eso que se necesitan pastores para ir en busca, ahora sí que no de una sino de muchas ovejas perdidas. La función pastoral no es solamente predicar la palabra desde un púlpito como el de esta iglesia, lo cual es relativamente fácil de hacer, sino que también es necesario ir por las almas perdidas. Es para eso que en la actualidad hacen falta pastores.
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La segunda función para la cual se necesitan pastores en la actualidad, es:
II.- PARA GUIAR A LAS OVEJAS.
Según nuestro texto bíblico de Ezequiel, habiendo quedado en evidencia la irresponsabilidad de los que debieron haber pastoreado a los israelitas, Dios sigue explicando que Él tomaría el pastorado de Sus ovejas, y dice: “Y yo las sacaré de los pueblos, y las juntaré de las tierras; las traeré a su propia tierra, y las apacentaré en los montes de Israel, por las riberas, y en todos los lugares habitados del país” (Ezequiel 34:13). En este contexto, Dios afirma que no solamente iría por las ovejas perdidas o dispersas sino que luego de traerlas “a su propia tierra” (al rebaño), continuaría apacentándolas, pero al mismo tiempo guiándolas “en los montes de Israel, por las riberas, y en todos los lugares habitados del país”. Las ovejas de Dios siempre, como en aquel entonces, hasta el día de hoy necesitan(amos) ser guiados a través de todas las circunstancias de la vida. Es por eso y para eso que se necesitan más pastores ahora.
Como 300 años antes de este mensaje de Dios por medio del profeta Ezequiel, un hombre llamado David que se consideró oveja de Dios, testificó de Dios como su Pastor, diciendo: “En lugares de delicados pastos me hará descansar; junto a aguas de reposo me pastoreará. / Confortará mi alma; me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre” (Salmo 23:2,3). Este hombre, a pesar de ser un privilegiado hombre de Dios que fue puesto como rey de los israelitas, teniendo prácticamente toda la autoridad para tomar buenas decisiones, pero dándose cuenta de que a menudo se equivocaba, reconoció cuánta falta le hacía el ser pastoreado y guiado por un pastor, a quien encontró en Dios quien le estuvo guiando no por sendas de equivocación sino de justicia.
Amados hermanos, Dios sigue trabajando intensamente en el corazón de todos sus elegidos en todas partes del mundo, de este país, y hasta en esta nuestra ciudad y nuestro estado. Solamente en las iglesias de nuestro Honorable Presbiterio del Mayab, tenemos 7 iglesias y sus congregaciones que no tienen un pastor porque estos hombres de Dios son escasos. En unos pocos años más, quizá cinco años, se espera organizar 10 nuevas iglesias que también necesitarán pastores. Hasta aquí, ya harían falta 17. En los siguientes 5 años, estimamos que se jubilarán cinco de ellos. Harían falta 22 pastores. Alguno legítimamente se iría a otro presbiterio (23), es probable que por lo menos alguno sea llamado para estar con Cristo en las mansiones celestiales (24), y no es de extrañarse que por diversas causas también alguno se retire del pastorado (25). La obra de Dios sigue y seguirá creciendo, y hacen falta pastores para guiar en todos los aspectos de la vida de las ovejas de Dios. Hoy le (te) extendemos este llamado de Dios para guiar a los creyentes que Dios sigue llamando entre nosotros.
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La tercera función para la cual se necesitan pastores en la actualidad, es:
III.- PARA ALIMENTAR A LAS OVEJAS.
Acerca de aquellos antiguos pastores de Israel, dijo Dios: “ni mis pastores buscaron mis ovejas, sino que los pastores se apacentaron a sí mismos, y no apacentaron mis ovejas” (Ezequiel 34:8b). ¡Qué triste y lamentable irresponsabilidad de no alimentar a las ovejas! Se podrían morir por desnutrición. Cuando Dios les reclama directamente a ellos esta irresponsabilidad, les dice: “¿Os es poco que comáis los buenos pastos, sino que también holláis con vuestros pies lo que de vuestros pastos queda; y que bebiendo las aguas claras, enturbiáis además con vuestros pies las que quedan? / Y mis ovejas comen lo hollado de vuestros pies, y beben lo que con vuestros pies habéis enturbiado” (Ezequiel 34:18,19). ¡Qué mal por aquellos pastores!
Pero en la alternativa de Dios de tomar directamente el pastorado de su pueblo, les dice: “En buenos pastos las apacentaré, y en los altos montes de Israel estará su aprisco; allí dormirán en buen redil, y en pastos suculentos serán apacentadas sobre los montes de Israel. / Yo apacentaré mis ovejas, y yo les daré aprisco, dice Jehová el Señor” (Ezequiel 34:14-15). Esto es pastorerar. Incluye alimentar a las ovejas.
Amados hermanos, en el caso de los ovinos se alimentan con pasto, pero los humanos tienen que ser alimentados no con alimentos perecederos sino con la palabra de Dios. Se requiere alimentación no teórica ni abstracta, sino palabras nutritivas que edifiquen sus almas para enfrentar adecuadamente cualquier circunstancia de la vida. Para esto se necesitan pastores. Si usted está siendo llamado por Dios para ser pastor de Sus ovejas, es porque hay una gran necesidad de nutrir a los creyentes con la palabra de Dios. En su primera epístola a Timoteo, San Pablo le dice: “Si esto enseñas a los hermanos, serás buen ministro de Jesucristo, nutrido con las palabras de la fe y de la buena doctrina que has seguido” (1 Timoteo 4:6). Los pastores que están siendo llamados por Dios, tienen que saber que es también para alimentar a las ovejas no con un menú inapropiado sino con la nutritiva palabra de Dios.
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La cuarta función para la cual se necesitan pastores en la actualidad, es:
IV.- PARA SANAR A LAS OVEJAS.
Otra de las quejas de Dios a los pastores de Israel que nos deja ver la función de un pastor, es cuando les dice: “No fortalecisteis las débiles, ni curasteis la enferma; no vendasteis la perniquebrada,…” (Ezequiel 34:4ab1); y cuando Dios dice lo que Él hará por tales ovejas dice: “vendaré la perniquebrada, y fortaleceré la débil;…” (Ezequiel 34:16b). El trabajo pastoral ovino consiste muchas veces en sanar a las ovejas, pero en el trabajo pastoral cristiano consiste también muchas veces en tener que trabajar para la sanidad de los corazones quebrantados de las personas que son llamadas a ser ovejas de Dios.
Uno de los motivos por el que Jesús vino a hacer ministerio fue para hacer la función pastoral de sanar a las ovejas. En la ocasión que en una sinagoga le tocó leer Isaías 61, que dice: “El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón;…” (Lucas 4:18a). Concluyó diciendo que “Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros” (Lucas 4:21). Uno de los trabajos más gloriosos del pastor, es tener el privilegio de vendar ovejas lastimadas, quebrantadas, heridas, y llevarlas a descansar y reposar en pastos verdes. Eso es una cosa gloriosa.
Amados hermanos, el día de hoy también hay un sinfín de personas que cargan sobre sus propias vidas experiencias que les están haciendo sufrir, y necesitan ser sanados no por la ciencia médica, sino por el poder de la palabra del evangelio. Para esto, Dios está llamando pastores en la actualidad.
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La quinta función para la cual se necesitan pastores en la actualidad, es:
V.- PARA PROTEGER A LAS OVEJAS.
Otro de los reclamos de Dios a los pastores de Israel fue la observación de que los mismos pastores se comían a las ovejas que obviamente no eran de ellos sino de Dios, y dice de ellos: “…ni los pastores se apacentarán más a sí mismos, pues yo libraré mis ovejas de sus bocas, y no les serán más por comida” (Ezequiel 34:10c). Esto habla de la función de protección que los pastores deben proporcionar a las ovejas. Y en cuanto a las amenazas externas hacia las ovejas, Dios, asumiendo su papel de pastor protector, dice: “y quitaré de la tierra las fieras; y habitarán en el desierto con seguridad, y dormirán en los bosques” (Ezequiel 34:25ª2…). En este punto, la preocupación pastoral de Dios es la protección de sus ovejas. No tienen que ser comida de pastores, ni de fieras. No tienen que estar expuestos a la inseguridad. Bueno, estas afirmaciones son una alegoría que significa que las almas de las personas ovejas de Dios deben ser cuidadas pastoralmente para no inclinarse hacia los peligros espirituales. Y para ello, se necesitan más pastores.
El apóstol Pablo a una multitud de anciano de iglesia, a quienes convocó en la ciudad de Éfeso, les compartió un mensaje, que en parte decía: “Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre. / Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño. / Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos” (Hechos 20:28-30). El apóstol había visto en otras comunidades cómo tan pronto se establece una nueva iglesia, los falsos maestros, falsos profetas, y hasta falsos pastores estaban a la orden del día, para turbar la fe de los nuevos creyentes. El apóstol Pablo les llama “lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño”, y también los describe como “hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos” que aparecen no desde fuera sino que surgen del interior de la misma comunidad de cristianos.
Amados hermanos, esto de los “lobos rapaces” no fue solamente un fenómeno de hace casi dos mil años en la época de este apóstol, sino que constantemente hasta el día de hoy, se levantan estas personas dentro y fuera de las iglesias. Esto hace necesario más pastores conforme al corazón de Dios que estén dispuestos a proteger a las ovejas mediante la enseñanza de la sana doctrina.
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CONCLUSIÓN: Amados hermanos, hoy que juntamente con el día del padre de familia, se promueve la vocación pastoral, animamos a jóvenes y adultos a considerar la vocación pastoral ante tan grande necesidad que hay en las iglesias en las que el Señor nos ha dado el privilegio de servirle. Hay que ir por las ovejas perdidas, hay que guiar a las ovejas para que no se extravíen, hay que alimentarlas con la sana doctrina nutritiva de la palabra de Dios, hay que sanar los corazones quebrantados de las ovejas, y hay que protegerlas de los lobos rapaces. ¿Aceptas el llamado de Dios para estas funciones pastorales?
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[1] Fernando Alexis; Muchos pastores y pocas ovejas; http://www.biblia.work/sermones/muchos-pastores-y-pocas-ovejas/
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