EL RESPETO AL PRÓJIMO DESDE LA FAMILIA, Por: Diego Teh.

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EL RESPETO AL PRÓJIMO DESDE LA FAMILIA

Exodo 20:16,17; 1 Pedro 2:17-19.

Predicado por primera vez por el Pbro. Diego Teh Reyes, en la congregación “Cristo es el Camino” de la col. Chuminópolis, de Mérida, Yuc; el día domingo 10 de Julio del 2016, a las 9:30 horas.

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   INTRODUCCIÓN: Respetar es un valor de alta importancia para todo ser humano.  Si alguien no es respetuoso, automáticamente se está ganando problemas con otras personas.  Tuvo razón nuestro ilustre expresidente mexicano y benemérito de las Américas, Don Benito Juárez García, cuando dijo que “El respeto al derecho ajeno es la paz”.   Cuando dos personas no tienen paz entre sí mismas como cónyuges, como padres e hijos, como hermanos, como vecinos, como patrón y empleado, etc… es sin duda alguna que de por medio hay una falta de respeto.  Y donde no hay respeto se desarrollan odios, rencores, malos entendidos, pleitos, gritos, violencia, ofensas, insultos, groserías, etc… Hasta en cuestiones como en ser impuntual en una cita a una reunión hay un falta de respeto, pues como dice Jurgen Klaric; un docente, escritor, e investigador estadounidense[1], autor de un Bestseller, intitulado: Estamos ciegos[2], “La puntualidad es el acto más básico de respeto hacia el prójimo”.  Hasta en esos detalles de nuestras relaciones reflejamos si somos o no somos respetuosos.  El respeto se aplica en cada aspecto de nuestra relación con los demás, pero tiene que comenzar con nosotros mismos, como dice el apóstol Pablo: “Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres” (Romanos 12:18).  Ningún representante de escuelas públicas o privadas se va a hacer cargo de velar por los valores de cada familia, menos si se trata de valores cristianos.  Es más, ni siquiera la iglesia puede hacerlo, pues no puede estar presente en el interior de la vida de cada familia para cuidar que cada uno de los integrantes de la familia sea respetuoso comenzando consigo mismo, luego con el resto de la familia, y luego hacia el prójimo en general.

  En este mensaje les predicaré acerca de la práctica del respeto que comienza a practicarse en la familia cristiana, debe ampliarse a otras áreas de nuestras relaciones humanas.  /  ¿Cuáles son esas áreas de nuestras relaciones humanas en las que una familia cristiana debe practicar el respeto?  /  Nuestro texto bíblico que dice: “Honrad a todos. Amad a los hermanos. Temed a Dios. Honrad al rey.  /  Criados, estad sujetos con todo respeto a vuestros amos; no solamente a los buenos y afables, sino también a los difíciles de soportar.  /  Porque esto merece aprobación, si alguno a causa de la conciencia delante de Dios, sufre molestias padeciendo injustamente” (1 Pedro 2:17-19), nos presenta algunas de tales áreas donde como cristianos debemos practicar el respeto.

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   La primera área de nuestras relaciones humanas en la que debemos practicar el respeto es:

I.- CON LOS HERMANOS.

   El apóstol Pedro para indicar de manera imperativa a quiénes debemos tratar con respeto, comienza diciendo: “Honrad a todos. Amad a los hermanos” (1 Pedro 2:17 a-b).  Obviamente no se trata de amar o respetar a los hermanos sin antes ser respetuosos con los de nuestra propia familia, porque entonces solamente seríamos protagonistas de una viva hipocresía; sino que lo que practicamos en la vida familiar también lo pongamos en práctica primeramente con nuestra segunda familia, la familia de Dios.

   Tengo conocimiento de primera mano, acerca de ciertos miembros de una familia que pertenecía a la membresía de cierta iglesia.  Tres de ellos, la madre, la hija mayor, y uno de los hijos, tuvieron una reacción de falta de respeto a una de sus autoridades de la iglesia por cuestiones de discrepancia con ciertos acuerdos tomados que fueron comunicados por el secretario de dicha iglesia.  Un domingo por la mañana, me encontraba en esa iglesia, pero no sabían ni vieron que me encontraba mirando a lo lejos, la hija mayor ordenó a su hermano menor que perforara en el organigrama los ojos en una fotografía del secretario.  La madre de estos jovencitos solamente manifestaba con risas y palabras el gozo que sentía por la acción que sus hijos habían realizado.  ¡Increible!.  Una madre, promoviendo el odio, el rencor, la falta de amor y respeto por los hermanos en la fe, por una discrepancia porque no se pudo aprobar algo tal cómo a ellos les hubiese gustado o convenido.

   Pero, amados hermanos, una familia cristiana no debe proceder con sentimientos ni acciones negativas, pecaminosas en contra de aquellos que son nuestros hermanos que también están transitando en la misma fe en Cristo Jesús.  La instrucción del apóstol Pedro, es clara al decir:Honrad a todos. Amad a los hermanos”.

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   La segunda área de nuestras relaciones humanas en la que debemos practicar el respeto es:

II.- CON LAS AUTORIDADES.

   Sigue diciendo nuestro texto bíblico: “Temed a Dios. Honrad al rey” (1 Pedro 2:17 c-d).  Respetar a las autoridades, no es un detalle ajeno a nuestros deberes para con Dios.  Es interesante que el apóstol Pedro, menciona juntos estos dos conceptos “Temed a Dios. Honrad al rey”, porque respetar es una evidencia del temor que una persona, en especial una persona y hasta una familia tiene primeramente a Dios.  Pero la aplicación de estas palabras no tienen que ver únicamente con un monarca, sino que aplica para cualquier autoridad que tengamos al frente.  Se debe respetar la autoridad de nuestros gobernantes, la autoridad del policía, la autoridad de papá y mamá, la autoridad del maestro de la escuela, la autoridad de la iglesia, etc…

   El apóstol Pablo también les enseñó a los creyentes de Roma: “Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que RESPETO, RESPETO; al que honra, honra” (Romanos 13:7).  Incluso es respeto cuando usted paga el ISR o el ISPT que le deducen en su trabajo, cuando usted paga el IVA de sus compras, cuando le retienen el IDE en sus depósitos bancarios, etc…  Jesús fue también respetuoso en este sentido con las autoridades. En una ocasión cuando ni siquiera debería haber pagado cierto impuesto que le impusieron en Capernaum de Galilea, envió a su apóstol Pedro al mar para que pescase un pez que traería en su boca una moneda llamada estatero con valor de 4 dracmas, para pagar el impuesto tanto de Jesús como de Pedro, dos dracmas de impuesto por persona (cf. Mateo 17:24-27).

   Amados hermanos, es en el hogar donde especialmente los padres tenemos que enseñar el respeto de nuestros hijos hacia toda autoridad.  Tenemos que enseñar y ganarnos el respeto de nuestros hijos hacia sus propios padres. Pero también es necesario que enseñemos a nuestros hijos a respetar a los maestros cuando están en la escuela, a los policías cuando están transitando en las calles, porque ellos son autoridades en sus respectivos ámbitos de trabajo.  Ellos merecen nuestro respeto porque Dios así lo establece en su palabra.  Es desde el hogar que debemos enseñar a todos los miembros de la familia a respetarlos.  Finalmente, son una ayuda para nuestra propia familia en la educación, y en el orden, etc…

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   La tercera área de nuestras relaciones humanas en la que debemos practicar el respeto es:

III.- CON LOS PATRONES.

   Observemos que el apóstol Pedro concluye el v. 18, diciendo: “Criados, estad sujetos con todo respeto a vuestros amos; no solamente a los buenos y afables, sino también a los difíciles de soportar” (1 Pedro 2:18).  La relación criado-amo era una relación laboral común en la época apostólica que tenía cierto sentido de ser un esclavo que trabaja para una persona rica quien con derecho puede ocupar al criado para cualquier trabajo en cualquier momento del día o de la noche, pero queda bajo la total responsabilidad del amo el proveerle todo lo necesario para que el criado sobreviva dignamente y mantenga a su familia.  Los amos podrían ser “buenos y afables” pero también podrían ser “difíciles de soportar”.  Sin importar qué tipo de amo le corresponda a un criado que es cristiano, el apóstol Pedro les instruye que tienen que estar sujetos, o sea obedientes, “con todo respeto”.  En la relación laboral, es necesario ser repetuoso.

   En la actualidad y en nuestro contexto no existe la relación laboral criado-amo, sino la relación empleado-patron, sin embargo, para los que somos cristianos, el principio o el valor del respeto no cambia.  Es necesario delante de Dios respetar a nuestros patrones, es decir hacia aquellos que nos emplean ya sea de manera permanente o que solamente en algún momento requieren de nuestros servicios.  Ellos son otra área importante de nuestras relaciones humanas de todos los días en la que debemos practicar el respeto no solamente con nuestras palabras de cortesía sino también con nuestros tratos, compromisos, y responsabilidades hacia ellos.  El respeto tiene que darse por medio de acciones, no solamente por palabras.  La razón de este respeto hacia ellos, en palabras de San Pablo es porque al respetarlos es hacerlo “Como a Cristo” (Efesios 6:5).

  Amados hermanos, es respeto cuando un trabajador llega a tiempo en su trabajo, y cuando se quita del trabajo en el tiempo establecido, pero es falta de respeto cuando uno se toma la libertad o el mal hábito de llegar tarde al trabajo, y por si fuera poco, también de retirarse antes del tiempo establecido.  Es respeto cuando un trabajador cumple el mínimo de producción o rendimiento que le han encargado, pero es falta de respeto cuando uno se pasa el tiempo de trabajo haciendo otras cosas, menos el trabajo que se debe cumplir.  Es falta de respeto cuando no dedicando todo el tiempo convenido o requerido, queremos cobrar hasta lo que no trabajamos.  Es falta de respeto al patrón cuando solamente se entrega un trabajo incompleto o hasta mal hecho, pero en cambio queremos cobrar el sueldo de una producción que ni siquiera hicimos.  Esa falta de respeto, lleva al abuso de confianza, y hasta al robo.  Como cristianos debemos ser respetuosos en nuestras relaciones de trabajo porque ello significa respetar en nombre de Cristo, pero también a Cristo.

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   La cuarta área de nuestras relaciones humanas en la que debemos practicar el respeto es:

IV.- CON LA FAMIILA.

   El apóstol Pedro, dirigiéndose a las familias cristianas, y dirigiéndose especialmente a los esposos cristianos dice: “Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo” (1 Pedro 3:7).  Cuando habla de dar “honor a la mujer” implica darle respeto, y en casa siempre hay una mujer: nuestra esposa, nuestra madre, nuestra hermana, nuestra abuela, nuestra hija, etc…, a quienes debemos tratar con respeto.  La razón de este trato es porque no solamente los hombres son tratados con gracia por Dios, sino también ellas son “coherederas de la gracia de la vida”.  Obviamente también los esposos merecen respeto de sus esposas.

   En la familia aprendemos desde niños a respetar a nuestros padres, y para quien no lo hizo de pequeño o adolescente, ahora que ya es joven o adulto y cristiano, es necesario comenzar a hacerlo porque Dios así lo pide.  El apóstol Pablo retomando el quinto de los Diez Mandamientos, enseña a los cristianos de Efeso: obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo.  /  Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa;  /  para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra” (Efesios 6:2).  Si en la familia hay un anciano también hay que respetarlo.  La palabra de Dios nos dice: “Delante de las canas te levantarás, y honrarás el rostro del anciano, y de tu Dios tendrás temor. Yo Jehová” (Levítico 19:32).

  Pero, lo que ya queda consignado en estos textos de los apóstoles Pedro y Pablo, y hasta del profeta Moisés, es que el respeto, comienza dentro de la familia.  El apóstol Pedro enseña que “si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios;…” (1 Pedro 4:11).  Aunque estas palabras en su contexto original tiene que ver con la enseñanza que un buen maestro cristiano debe impartir en la iglesia, también tiene aplicación en el contexto del diálogo respetuoso que debe haber en la comunicación entre dos o más personas. El respeto se da con una conversación sabia, no aventajada a nuestro favor, sino conforme a lo que es bueno y agradable delante de Dios.  En la familia debemos evitar lo que el apóstol Pablo les indica a los Efesios cuando les dice: “Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia.  /  Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo” (Efesios 4:31,32), y cuando dice: ni palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerías[3], que no convienen,…” (Efesios 5:4).    El respeto en la familia se pierde o hace falta cuando, por ejemplo papá y mamá se gritan el uno al otro ya sea cuando se encuentran solos, o aun delante de la gente, o hasta de los hijos.  También es una falta de respeto familiar cuando unos a otros se ofenden con palabras groseras, insultantes, discriminantes, ofensivas, obscenas, etc…  Es una falta de respeto cuando en la familia se burlan delante de amigos o familiares,… etc…

  Amados hermanos, en la familia es donde debemos comenzar a practicar el respeto mutuo.    Luego este respeto que se practica en la familia será más fácil practicarlo hasta con la gente que no conocemos, e incluso hasta con aquellos que nos causan problemas.

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  CONCLUSIÓN: Amados hermanos, seamos siempre respetuosos con los hermanos con quienes convivimos una y otra vez, son nuestra familia, la familia de Dios que Él mismo nos comparte.  Seamos respetuosos con las autoridades que Dios ha establecido en nuestro entorno civil, religioso, escolar, judicial, familiar, etc… son puestos por Dios para que mediante la autoridad de ellos aprendamos a ser obedientes ante el prójimo y ante Dios mismo.  Seamos respetuosos con los patrones, las personas a quienes tenemos el privilegio de servir en el nombre de Cristo con nuestro oficio o con la profesión que Dios nos ha permitido aprender y practicar para obtener el pan de cada día.  Pero sobre todas las cosas, seamos primeramente respetuosos comenzando con nuestra propia familia, con la esposa, con el esposo, con el padre, con la madre, con los hijos o hijas, con los abuelitos, etc…

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[1] https://es.wikipedia.org/wiki/J%C3%BCrgen_Klaric

[2] http://jurgenklaric.com/

[3] Truhaneria = Acción propia de un truhan.  Truhan o truhana, es un(a) sinvergüenza, estafador, etc…

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