LO DÉBIL DEL MUNDO ESCOGIÓ DIOS
1 Corintios 1:26-31.
Predicado por primera vez por el Pbro. Diego Teh Reyes, en la iglesia “Peniel” de Mérida, Yuc; el día sábado 30 de Julio del 2016, a las 19:00 horas; en el culto de Acción de gracias por los XV años de la Srita. Keyla Saraí Toledano Cen.
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INTRODUCCIÓN: En la mitología griega hay una leyenda que relata una guerra entre los dioses olímpicos y los dioses titanes. Zeus era el líder de los olímpicos y Atlas lo era de los titanes. La guerra fue ganada por los dioses olímpicos, y entonces Zeus aprovechando la robustez de Atlas le impuso a este titán un castigo para toda la eternidad que consistiría en cargar sobre sus hombros los pilares que sostienen al planeta tierra. Así que según la mitología griega que no concuerda con la revelación de nuestras Sagradas Escrituras el planeta tierra es sostenido por el titán Atlas, por un castigo impuesto por el dios Zeus. De alguna manera nosotros los seres humanos en relación con nuestro Dios vivo y verdadero, no mitológico; siendo nosotros ni siquiera dioses sino solamente débiles humanos pecadores, bien mereceríamos recibir todo el peso de la justicia y de la ira de Dios. Sin embargo, nuestro Dios vivo y verdadero no nos trata conforme a la exigencia de su justicia dándonos lo que realmente merecemos, sino todo lo contrario, nos da de su pura gracia la misericordia que no merecemos. Aunque hay castigos eternos impuestos por Dios solo para los que rechazan a Jesucristo, castigos que comienzan con la muerte física y luego con la condenación eterna, Dios mismo proveyó la seguridad de ser salvo de la condenación eterna, bajo la condición de creer que Jesucristo es el único y suficiente Salvador de nosotros los pecadores. Pero mientras estemos aquí en este mundo, las adversidades vienen a nuestra vida, a cada quien de diferente manera, y en esos casos ¿quién es tan fuerte para soportarlos? ¿Alguien podría cargar el mundo? Viene a mi memoria una persona que ha visto pasar (no necesariamente enfrentar) algunas dificultades en su vida, en dos de ellas la he escuchado decir: “Es muy grande y muy pesada mi cruz”. Muchas veces ni siquiera podemos con nuestros propios problemas.
El texto de la epístola para el mensaje de este momento, dice de esta manera: “Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; / sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; / y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, / a fin de que nadie se jacte en su presencia. / Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención; / para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor” (1 Corintios 1:26-31). Es interesante que parte de estas palabras apostólicas nos dice “que lo necio del mundo escogió Dios” (v. 27a). Suele suceder que esta es la actitud de una persona antes de venir a la fe cristiana. Pero también dice que “lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios” (v. 28a). Esta podría ser también la condición en que alguno de nosotros fue alcanzado por la misericordia de Dios. Sin embargo en este mensaje quiero enfatizar la frase que se encuentra a partir de la mitad del versículo 27 que dice: “lo débil del mundo escogió Dios” (v. 27b). ¿Habrá alguien entre nosotros que se considere tan sabio, tan poderoso, tan fuerte, o tan importante? Probablemente Dios no te escogió para salvación, porque su criterio divino para elegir a los que ha de salvar, dice el apóstol Pablo que fue lo necio, lo débil, lo vil, y lo menospreciado. Pero hoy, hablemos de “lo débil del mundo escogió Dios” (v. 27b).
De manera específica ahora les voy a predicar que ser “lo débil del mundo” tiene sus ventajas delante de Dios. / ¿Cuáles son las ventajas delante de Dios, de ser “lo débil del mundo”? / Basado en las palabras del apóstol Pablo a los Corintios, les compartiré algunas de esas ventajas.
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La primera ventaja de ser “lo débil del mundo” es que:
I.- EL DÉBIL CUENTA CON UN AFECTO SALVADOR DE PARTE DE DIOS.
Cuando leemos el Antiguo Testamento, podemos observar la preocupación de Dios, por las viudas, por los huérfanos, por los extranjeros, etc… Cuando leemos los evangelios nos damos cuenta que Jesucristo mismo, al inicio de su ministerio apropiándose de las palabras proféticas de Isaías dijo: “…me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; / me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; / A predicar el año agradable del Señor. / Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él. / Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros” (Lucas 4:18-21). Jesús no vino por aquellos que se consideran autosuficientes en todo sino por aquellos que no pueden consigo mismo y reconocen que necesitan de Dios, y acuden a él para superar obstáculo en la vida.
Amados oyentes, según la filosofía griega de la antigüedad, y según la filosofía modernista, muchos de nosotros deberíamos perecer por ser los débiles de este mundo, pero ¿saben cuál es la buena noticia? En nuestro texto apostólico a los Corintios, leemos las palabras enfáticas que dicen: “lo débil del mundo escogió Dios” (v. 27b). El énfasis está en la frase “escogió Dios”. ¿Qué cosa buena vio Dios en usted o en mí para que nos escogiera. Nada. Dice el apóstol Pablo en su epístola a los Efesios que Dios nos escogió “según el puro afecto de su voluntad” (Efesios 1:5, cf. vv. 4,5). No somos mejores que Keyla, somos compañeros de esta vida bajo las mismas condiciones espirituales, y bajo el mismo valor a la vista de Dios, por eso su afecto comenzó con el hecho de que haya querido escogernos para salvación, sin merecimiento alguno de nuestra parte. Usted y yo no somos ni los sabios, ni los poderosos, ni los nobles, ni los fuertes a los que San Pablo se refiere. Keyla y su grupo de compañeros de terapia y sus respectivas familias que les acompañan, entran en este rubro del afecto divino de Dios especialmente en pro de la salvación de sus vidas para la eternidad.
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La segunda ventaja de ser “lo débil del mundo” es que:
II.- EL DÉBIL NO SE CONFÍA EN SU PROPIA CONDICIÓN.
En el versículo 31 el apóstol Pablo nos dice que una de las razones por las que Dios escogió a “lo débil del mundo” es: “para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor” (1 Corintios 1:31). Imagínese que Dios hubiese escogido a los más ricos del mundo, o solo a los más ricos de esta ciudad. ¿Está usted en la lista de los más ricos? Creo que no, ¿verdad? ¿Se imagina usted qué orgullosos se sentirían ellos de ser los elegidos de Dios, gracias a su dinero? Eso sería gloriarse en la propia condición humana. Pero para salvarse de la condenación eterna que merecemos los pecadores, dice el apóstol Pablo en su epístola a los Efesios que también “no por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:9).
Friedrich Wilhelm Nietzsche (15 Oct 1844 – 20 Ago 1900), un filósofo, poeta, músico y filólogo alemán, considerado uno de los pensadores contemporáneos más influyentes del siglo XIX[1], escribió en su libro El anticristo: “Los débiles y malogrados deben perecer: artículo primero de nuestro amor a los hombres. Y además se debe ayudarlos a perecer”. Lamentablemente su manera de pensar ha contagiado a los filósofos del siglo pasado, y lamentablemente sus ideas están alcanzando a universitarios de la actualidad. Nietzche, aunque no fue el primero en la historia, sino uno más, hizo en su tiempo una crítica en contra del cristianismo llegando a decir que el cristianismo es solamente para los débiles y esclavos, puesto que sus valores son: humildad, mansedumbre, obediencia, sacrificio, etc… El cristianismo no estamos de acuerdo con Nietzche, por su desprecio hacia el débil.
Pero tiene razón el apóstol Pablo cuando escribió que: “lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte”, pues “el 3 de enero de 1889 Nietzsche sufrió un colapso mental. Ese día fue detenido tras, al parecer, haber provocado algún tipo de desorden público, por las calles de Turín. Lo que pasó exactamente es desconocido. La versión más extendida sobre lo sucedido dice que Nietzsche caminaba por la Piazza Carlo Alberto, cuando un repentino alboroto que causó un cochero al castigar a su caballo llamó su atención. Nietzsche corrió hacia él y lanzó sus brazos rodeando el cuello del caballo para protegerlo, desvaneciéndose acto seguido contra el suelo”. Tenía apenas 45 años, pero en su caso, ni su madre, doña Franziska estuvo de acuerdo con la idea de Nietzche de que los débiles deben perecer e incluso hay que ayudarlos a perecer. Tanto sus amigos como su propia madre procuraron que sea atendido por los mejores psiquiatras de su época, sin embargo nunca sanó, viviendo 11 años en estado de locura, muriendo a los 56 años de edad. En un instante de aquel 3 de Enero de 1889 se acabó la fuerza mental y física de aquel hombre que tanto odiaba a los débiles. No es bueno creerse o sentirse el más fuerte, o el más poderoso, pues en un instante nos puede fallar.
Amados oyentes, Dios desea que nos gloriemos en que hemos aceptado que Jesús es nuestro Salvador, enviado al mundo “para que todo aquel que en el cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16). Nadie se pierda esta oferta de Dios para nosotros los pecadores.
Keyla, no importa que no tengas las fuerzas que muchos de nosotros sí tenemos, pues las fuerzas físicas no nos hacen mejores personas ni más espirituales, sino que muchas veces nuestras fuerzas hasta las usamos para acciones que no honran a Dios. Tú sigue confiando en la fortaleza espiritual que Dios está construyendo en tu vida.
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La tercera ventaja de ser “lo débil del mundo” es que:
III.- EL DÉBIL TIENE FORTALEZA SEGURA EN CRISTO.
En el versículo 30, luego que el apóstol Pablo explica la condición de ser considerado “lo débil del mundo”, dice a los creyentes de la ciudad de Corinto: “Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús”. En otras palabras, Dios al escoger a una persona “débil”, le conduce directamente a la persona divina de Cristo Jesús. Cristo Jesús es la fuente de fortaleza del ser humano bajo cualquier condición en la que se encuentre. En momentos de tristeza, de desconsuelo, incluso de depresión, es posible superar tales emociones cuando una persona acude por el vehículo de la fe a Jesús en busca de misericordia para seguir adelante.
La mayoría de los que hoy estamos aquí reunidos, fuimos testigos de esta verdad. Todo sucedió de repente cuando el mes pasado Keyla tuvo que ser ingresada en el hospital. Estuvo allí como tres semanas. Todos, familiares y hermanos en la fe, estábamos en expectativa de cómo iba a evolucionar su salud. La debilidad humana no hizo falta. Sus padres que quizá nunca antes habían llorado tanto, ahora lo tuvieron que hacer. Estoy seguro que no fueron lágrimas vanas sino lágrimas cargadas de amor, y al mismo tiempo de una manifestación de humildad y confianza en Jesucristo, en quien ellos como nosotros, y más de un millar de personas a lo ancho de todo el país estuvimos unidos en oración. Jesucristo fue especialmente para Keyla y para sus padres la fortaleza que tanto necesitaron en aquellos momentos agresivos de la enfermedad que llevó a Keyla al ingreso hospitalario. Pero, fue altamente grato y confortable que cuando en el hospital Keyla comenzó a reaccionar favorablemente, desde su cama, primero una enfermera y luego su madre la escucharon decir una y otra vez “Jehová es mi pastor, y nada me faltará” (Salmo 23:1). No hay duda que ella con su propia capacidad de asimilar a Dios, su bondad, y su obra, podía acudir a Cristo y confiar en él para pedir la fortaleza no solo espiritual sino también de salud que en ese momento ella necesitaba.
Keyla, esas palabras que puedes decir: “Jehová es mi pastor, y nada me faltará”, sean siempre para ti el fundamento de tu confianza en Dios. Vuélvelas a decir las veces que sean necesarias. Estoy seguro que las aprendiste a decir no solamente porque te hayas esforzado a memorizarlas, sino porque Dios te ha hecho capaz de aprender su santa palabra con la cual está alimentando tu alma para darte la vida espiritual que tanto necesitas, al igual que nosotros. No dudes que Dios es el mejor pastor de tu vida, pues ha sido Él quien te ha dado, te está dando, y te dará, la fortaleza que necesitas para toda tu vida.
Amados oyentes, el apóstol Pablo también decía a los mismos Corintios en otra de sus epístolas que: “…por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte” (2 Corintios 12:10). Es en Dios que recuperamos nuestras fuerzas perdidas. Es en Dios que las debilidades, ya sean físicas o espirituales, pueden ser superadas si ponemos nuestra confianza en Él por medio de Jesucristo.
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CONCLUSIÓN: Amados oyentes, el salmista David, en su experiencia personal con Dios aprendió lo que dice en el Salmo 138: “Jehová es excelso, y atiende al humilde, mas al altivo mira de lejos” (Salmo 138:6). Jesús precisamente a quienes se sentían ‘la gran cosa’ por ser los líderes religiosos de la secta de los fariseos, también les enseñó que: “el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido” (Mateo 23:12; cf. Lucas 14:11). Así que estas palabras nos invitan a no tener un carácter altivo por las ventajas que en la vida llegamos a tener en comparación con los demás. Nos invita a ser humildes, reconociendo más bien nuestras insuficiencias y debilidades, y así, como dijera el profeta Joel: “…diga el débil: Fuerte soy” (Joel 3:10); y como dijera el apóstol Pablo “…lo necio del mundo escogió Dios…”, “…lo débil del mundo escogió Dios…”, “…lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios…”, “para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor” (1 Corintios 1:27-31). Recuerda que “…lo débil de Dios es más fuerte que los hombres” (1 Corintios 1:25).
Cada uno de los que hoy venimos a acompañar a Keyla y su familia, busquemos en Dios la fortaleza para todas nuestras debilidades tanto físicas como espirituales. Busquemos en el verdadero Cristo de Dios la salvación de nuestra vida para la eternidad, pues somos tan débiles que ni siquiera ganas nos da de salvarnos, pero si verdaderamente confiamos en Dios, creamos en Jesucristo, y seremos verdaderamente fuertes para la salvación.
Dios bendiga a todos, y muchas felicidades para ti Kelya.
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