LA PRÁCTICA DE LA JUSTICIA EN LA FAMILIA, Por: Diego Teh.

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LA PRÁCTICA DE LA JUSTICIA EN LA FAMILIA

Job 11:13-20; 1 Juan 3:7-10.

Predicado por primera vez por el Pbro. Diego Teh Reyes, en la iglesia “El Divino Salvador” de Mérida, Yuc; el día domingo 31 de Julio del 2016, a las 11:00 horas.

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   INTRODUCCIÓN: Cuando se trata de Dios, justicia es uno de los más fundamentales atributos de su Ser que garantiza que sus acciones hacia cualquier persona sean de acuerdo a lo que uno merece.  Cuando se trata del ser humano es el valor moral que inclina a las personas a obrar y juzgar respetando la verdad y dando a cada uno lo que le corresponde.  Este valor moral debe ser practicado en la familia antes que con otras personas.   Nuestro Señor Jesucristo en su gran sermón del monte, enseñó acerca de este importante valor, diciéndole a la gente que le escuchó: “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados” (Mateo 5:6).  Esa hambre y sed de justicia puede referirse al deseo de que uno sea tratado con respeto y merecimiento, pero puede tratarse al deseo intencional de tratar a otros con sumo respeto y sin privarles del bien que merecen recibir de nuestra parte.  Esta justicia debe ser practicada primeramente en nuestra familia, luego también con los demás.  Es una necesidad personal el practicar la justicia, pues Jesucristo mismo, durante aquel histórico y relevante sermón del monte, dijo a sus oyentes: Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos” (Mateo 5:20).

   Pero para enfocar nuestra atención en la práctica de la justicia que primeramente se debe practicar en la familia, leamos las palabras de Zofar en el libro de Job 11:13-20.  Zofar fue uno de los tres amigos de Job que le visitaron cuando estuvo enfermo.  Los otros dos amigos de Job se llamaron Elifaz y Bildad.  Este Zofar, tenía la idea honesta pero equivocada de que Job se encontraba enfermo como consecuencia de algún pecado del cual Job no se había arrepentido, y que por lo tanto Dios le estaba castigando.  Zofar amonestó a Job invitándole al arrepentimiento, pero no era el consejo que Job necesitaba.  Zofar no se imaginaba todo el plan de Dios en la vida de Job.  Sin embargo, su consejo para Job no dejan de ser verdad. Sus palabras a Job fueron las siguientes: “Si tú dispusieres tu corazón, y extendieres a él tus manos; / si alguna iniquidad hubiere en tu mano, y la echares de ti, y no consintieres que more en tu casa la injusticia, / entonces levantarás tu rostro limpio de mancha, y serás fuerte, y nada temerás; / y olvidarás tu miseria, o te acordarás de ella como de aguas que pasaron. / La vida te será más clara que el mediodía; aunque oscureciere, será como la mañana. / Tendrás confianza, porque hay esperanza; mirarás alrededor, y dormirás seguro. / Te acostarás, y no habrá quien te espante; y muchos suplicarán tu favor. / Pero los ojos de los malos se consumirán, y no tendrán refugio; y su esperanza será dar su último suspiro” (Job 11:13-20).

   Primero observemos que en los versículos 13 y 14 hay tres condiciones.  La primera que dice: “Si tú dispusieres tu corazón, y extendieres a él tus manos” (v. 13); la segunda que dice: “si alguna iniquidad hubiere en tu mano, y la echares de ti,…” (v. 14a); pero al final del v. 14 añade una tercera condición que es la que hoy quiero enfatizar, y que dice: “Y NO CONSINTIERES QUE MORE EN TU CASA LA INJUSTICIA,…” (v. 14b).  De esta exhortación de Zofar a Job, tomamos la enseñanza para nosotros en este momento que consiste en que una familia que desea temer a Dios debe practicar la justicia comenzando en casa. / ¿Cómo practicar la justicia primeramente en la familia? / Los versículos 15 al 19 nos presenta una lista como de 8 beneficios de practicar la justicia en casa, pero como en este mensaje no voy a hablar de los beneficios, sino las maneras de practicarla, utilizaré textos de otros libros de la biblia para compartirles brevemente cómo practicar la justicia en la vida familiar.

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   La primera manera de practicar la justicia en la familia, es:

I.- NO CONSIENTAS LA INJUSTICIA EN TU CASA.

   Las palabras de exhortación de Zofar a Job: “Y NO CONSINTIERES QUE MORE EN TU CASA LA INJUSTICIA,…” (v. 14b), se las dijo en el contexto tan cierto que cuando en una casa se practica la injusticia, muy pronto se manifiestan las consecuencias como es propio de cualquier pecado que uno comente sin arrepentirse de ello.  Obviamente el caso de la enfermedad y sufrimientos de Job no fueron por su pecado.  Sin embargo, las prácticas de injusticias en la familia son peligrosas no solamente para la salud física sino también para la salud espiritual.

   En la exhortación: “No consientas…”, quiere decir que si hay injusticias en nuestra familia, es porque nosotros lo estamos permitiendo o dejando que ocurran, o quizá porque hasta nosotros mismos lo estamos cometiendo.  Cada uno de nosotros tenemos que trabajar esta área de nuestras relaciones personales primeramente con los demás miembros de nuestra familia.  Tenemos que estar alertas de los brotes y reacciones de injusticia que podrían surgir en cualquier momento.  No significa que nos vamos a constituir en jueces de nuestra familia, sino que de manera sabia tenemos que intervenir para dar el consejo necesario.  Para ello es necesario fomentar también el valor de la comunicación con el esposo, con la esposa, con los hijos, etc… para que intencionalmente nos acerquemos a platicar estas situaciones que podrían estar ocurriendo en nuestros hogares.

  Amados hermanos, si cuando compramos una bolsa de manzanas, uno de los hijos suele ser el primero que separa para sí las dos manzanas más grandes, y a su otro hij@ solamente le queda una manzana chiquita, y cada vez que usted compre manzanas ocurre la misma situación, allí hay un brote de injusticia, que hay que darle solución.  Lo peor sería que cada vez que usted compre sus manzanas, intencionalmente usted separe para uno de sus hijos las manzanas más grandes para uno de sus hijos, y usted mismo intencional y premeditadamente entregue la manzana más pequeña y menos jugosa al otro de sus hijos.  Allí hay injusticia que comienza con uno mismo.  Los hijos se dan cuenta, y aunque no digan nada al momento, al darse cuenta de la preferencia que usted tiene por alguno de sus hijos, en silencio, la falta de justicia en usted hará que ellos guarden rencores en su corazón.  A largo plazo nuestra propia injusticia repercute en las buenas relaciones entre nuestros hijos.  También si la práctica de injusticia se da entre esposo y esposa, alguien va a resultar herido, ofendido, y alguien va a resultar en mal ejemplo para los hijos.  Esto es lo que Zofar le aconsejaba a Job que no hay que consentir en nuestra casa.  Practicar la justicia debe comenzar desde luego que con uno mismo antes de exigir que los demás miembros de la familia se comporten de manera justa.

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   La segunda manera de practicar la justicia en la familia, es:

II.- NO MIENTAS A NADIE.

   Para esto les voy a citar dos versos del libro de los Proverbios que dicen: “El justo aborrece la palabra de mentira; mas el impío se hace odioso e infame. / La justicia guarda al de perfecto camino; mas la impiedad trastornará al pecador” (Proverbios 13:5,6).  La enseñanza aquí es clara.  ¿Alguien está de acuerdo en practicar la justicia?, pues tome en cuenta que “el justo aborrece la palabra de mentira”.  Cuando el proverbio habla de aborrecer la palabra de mentira no se refiere solamente al sentido de que una persona debe aborrecer que le mientan, sino que se refiere a la práctica de no querer mentir a nadie porque eso sería una acción de injusticia.  Pero ser justo tiene su beneficio, pues dice el v. 6 que “la justicia guarda al perfecto de camino”.  Por supuesto que uno se evita muchos problemas cuando uno se esfuerza en practicar la justicia.

   Por otra parte, la persona que no es justa con su propia familia, ni con los demás, porque sus palabras siempre están cargadas de mentiras, es descrita en estos versículos como “el impío”, diciendo “mas el impío se hace odioso e infame” (v. 5b).  “Odioso e infame”, quiere decir que por ser una persona injusta, uno solamente se gana una mala fama, el disgusto de la familia y de otras personas, lo cual terminará perjudicando a uno mismo, pues dice el proverbio al final del verso 6: “mas la impiedad trastornará al pecador” (v. 6b).

   Amados hermanos, los cristianos somos llamados a evitar decir palabras de mentira a toda persona, pues el apóstol Pablo escribió a los Efesios diciéndoles: desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo” (Efesios 4:25).  Obviamente que los miembros de nuestra familia también son nuestro prójimo.  La mentira es un aspecto de la injusticia que debemos evitar comenzando en casa.

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   La tercera manera de practicar la justicia en la familia, es:

III.- IMITA A JESUCRISTO.

   El apóstol Juan en sus epístolas universales escribió: Hijitos, nadie os engañe; el que hace justicia es justo, COMO ÉL ES JUSTO. / El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo. / Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios. / En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios” (1 Juan 3:7-10).

   Casi al final de estas palabras, el apóstol Juan dice con toda claridad que “todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios”.  Es muy claro que actuar con injusticia de manera permanente es verdaderamente grave, pues evidencia la realidad de que tal persona “no es de Dios”.  Sin embargo, hacer lo contrario que es practicar la justicia también es posible, pero primeramente pasando a pertenecer a Dios por medio de Jesucristo, pues San Juan dice que el que hace justicia es justo, COMO ÉL ES JUSTO”¿Quién es este de quien San Juan dice: “él es justo”?  Se refiere a Jesucristo quien se caracterizó de practicar la justicia durante su vida.  Por excelencia de justicia, Jesús es “el justo”.  El día de la crucifixión de Jesús, el centurión que participó en el infame acto de crucificarle, se vió obligado por su propia conciencia a glorificar a Dios, y dijo de Jesús: “Ciertamente este hombre era justo” (Lucas 23:47).

   Amados hermanos, Jesús es la norma de la práctica de la justicia.  El apóstol Juan, al interpretar la justicia de Jesús nos responsabiliza a practicarla diciendo: Si sabéis que él es justo, sabed también que todo el que hace justicia es nacido de él” (1 Juan 2:29).  Practicar la justicia evidencia que uno ha “nacido de él”, o sea, de que ha comenzado una nueva vida por Cristo, de Cristo, y en Cristo; y el pertenecer a Cristo nos hace responsables de vivir practicando la justicia como Cristo.  A esto me referí cuando les dije que una de las maneras de practicar la justicia es imitando a Jesucristo.  En otras palabras, practicamos la justicia en todas nuestras relaciones humanas siguiendo el ejemplo de nuestro Salvador y Señor Jesucristo, y esto tiene que practicarse primero en la familia. Aún si en la familia usted es el único discípulo de Jesucristo, usted debe actuar con justicia imitando el ejemplo de Jesucristo.

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   La cuarta manera de practicar la justicia en la familia, es:

IV.- NO LE QUITES A NADIE LO QUE LE PERTENECE.

   Dice el profeta Isaías: “El que camina en justicia y habla lo recto; el que aborrece la ganancia de violencias, el que sacude sus manos para no recibir cohecho, el que tapa sus oídos para no oír propuestas sanguinarias; el que cierra sus ojos para no ver cosa mala” (Isaías 33:15).  Isaías indica acciones de justicia que se puede practicar de manera personal pero también se puede practicar en la familia.  Todas, excepto la primera tienen que ver con no quitarle a nadie lo que le corresponde.

   Lo primero que menciona de una persona que “camina en justicia” es que “habla lo recto”.  De esto ya he dado una breve explicación en la segunda parte de este mensaje cuando dije que la segunda manera de practicar la justicia en la familia es: NO MIENTAS A NADIE.

   Pero como segunda acción, Isaías en el v. 15 dice que también se practica la justicia cuando una persona “aborrece la ganancia de violencias”, otras versiones dicen: el que aborrece el lucro de la opresión” (RVA 2015), “el que no se enriquece abusando de la fuerza” (DHH), “no se enriquece a costa de los demás” (TLA).  En otras palabras está indicando que es justo no quitar a otros lo que justamente les corresponde.  Esto tiene aplicación también para nosotros. Si realizamos algún servicio para otra persona, no debemos cobrarle más de lo que es justo.  Si alguien hace algún trabajo para nosotros, debemos pagarle lo que es justo.  Esto también se puede practicar a nivel familiar no tomando dinero abusivamente de los demás.

   Luego como tercera acción, Isaías dice que el que “camina en justicia”, […]sacude sus manos para no recibir cohecho”, o sea que “sacude sus manos para no recibir soborno” (RVA 2015), ni se deja comprar con regalos” (DHH), “no acepta regalos a cambio de hacer favores” (TLA).  Esto creo que es demasiado entendible.  No se debe pedir algo como condición para ofrecer un servicio que otro necesita y debe recibir de manera legal y gratuita, menos en la familia.  Si usted le pide algo a cambio, usted le está quitando algo que le pertenece a él y a su familia.  En la familia esto también se puede poner en práctica no poniendo condiciones para apoyar a los intereses y necesidades que surgen cada día.

   Luego como cuarta acción, Isaías dice que el “camina en justicia”, […] “tapa sus oídos para no oír propuestas sanguinarias”, no presta oído a las conjuras de asesinato” (NVI), “no hace caso a sugerencias criminales” (DHH), “no se presta a cometer un crimen” (TLA). No creo que alguno de ustedes esté pensando hacer esto, pero no está de más recordar que es una injusticia gravísima privar a alguien de su propia vida. Dios nos libre de esta injusticia.  En la familia tiene su aplicación no practicando la violencia, ni animando a nuestra familia que lo hagan con otros.

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   CONCLUSIÓN:   Amados hermanos, hagamos caso a la exhortación de Zofar.  Es muy apropiada para evitarnos problemas con la familia, con otras personas, y hasta con la disciplina que Dios puede enviar a nuestra vida. No consientas “QUE MORE EN TU CASA LA INJUSTICIA…” (Job 11:14b), no mientas a nadie, imita a Jesucristo, y no le quites a nadie lo que le pertenece.  Haciendo esto, estará usted practicando los principios de justicia que le traerán mucha paz que Dios desea derramar en la vida de sus hijos, los justos.  Fortalezcamos la justicia primeramente entre los miembros de nuestra familia, comenzando con nuestro ejemplo personal.

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