NO ME AVERGÜENZO DEL EVANGELIO, Por: Diego Teh.

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NO ME AVERGÜENZO DEL EVANGELIO

Isaías 11:1-10; Romanos 1:8-17.

Predicado por primera vez por el Pbro. Diego Teh Reyes, en la Cong. “Getsemaní” del Fracc. Itzincab, de. Mérida, Yuc; el domingo 19 de Enero 2014; 10:00 hrs.

 

  INTRODUCCIÓN:  El avergonzarse es un fenómeno problemático que se da entre los seres humanos en todos los ámbitos de su relación:

a) Se da en la familias: Laura Bozo el 22 de Octubre del 2012, presentó un programa que llamó “Me sacrifiqué por mi familia y ahora se avergüenzan de mi” en el que una jovencita le decía a su madre: “Me das vergüenza, ¿no lo entiendes?  Yo soy otra clase, para mí ya estás muerta, para mí ya no existes.  Entiéndelo por favor”.  Eso le partía el corazón a la desdichada madre.[1]

b) Se da entre gente culta: Recientemente Stephen King, escritor novelista, durante una entrevista con el diario español ‘El País’, el pasado 16 de Diciembre 2013, dijo que no viaja a Francia o Alemania “porque son civilizados, y yo siento vergüenza de ser estadounidense. Amo a mi país, pero está lleno de basura”.  Esto lo dijo con referencia al uso de armas y violencia que se da en los E.U.A.[2]

c)  No será necesario decir que muchas veces se da entre novios, esposos, padres a hijos, y en un sinfín más de relaciones humanas, e incluso de religiosos evangélicos hacia la misma fe que al parecer profesan.

En cuanto a Dios a favor de nosotros los que creemos en su Hijo Jesucristo, dice el autor de la epístola a los Hebreos que “Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos (o sea, de nosotros)” (Hebreos 11:16).   Acerca de nuestro mismo Señor Jesucristo dice también: “Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos; por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos” (Hebreos 2:11).   Dios no se avergüenza de ser el Dios de usted, si usted quiere que él sea.   Jesucristo no se avergüenza de que usted sea su hermano menor.

En nuestro texto, el apóstol Pablo nos habla de su experiencia acerca de una buena actitud de no avergonzarse del evangelio, correspondiendo así al afecto de Dios, la cuál es un buen ejemplo de cómo los creyentes en Jesucristo debemos comportarnos con relación al glorioso evangelio que nos ha traído salvación de la condenación que inevitablemente debería ser nuestro merecido.  El nos comparte con sus propias palabras “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego. Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá” (Romanos 1:16,17).

Con fundamento en esas palabras apostólicas en este mensaje quiero exponerles las razones por las que un hijo de Dios no debe avergonzarse, como Pablo, del evangelio de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.  // ¿Qué razones podemos encontrar en nuestro texto bíblico, para no avergonzarnos del evangelio?   //  A continuación presentaré varias razones.

 

La primera razón para no avergonzarse del evangelio es:

I.- PORQUE ES SALVACIÓN POR EL PODER DE DIOS.

La condición del ser humano como infractor de la ley de Dios nos hace merecedores de la ira de Dios, del castigo eterno, de la condenación, de la muerte eterna, de las llamas del mismo infierno, etc…  Sin embargo hubo un plan de Dios que consiste en salvar incondicionalmente a quien él quiere por medio de su Hijo Jesucristo.  El mensaje de ese plan de Dios, su anuncio por profetas y apóstoles, su ejecución por Jesús mismo, es llamado evangelio.   El apóstol Pablo declara que ese evangelio “es poder de Dios para salvación”.  En otras palabras ningún ser humano puede salvarse por otro medio que no sea por el mismo evangelio, que no sea por el poder de Dios.   Nada de este mundo puede salvar al ser humano de su merecido: La condenación.

En estos momentos usted puede darse cuenta que no pudo usted salvarse de la condenación por medio del pastor, ni por medio de la iglesia de alguna denominación, pues por más prestigiada que sean no son poderosas para el fin de dar salvación.  Con razón el apóstol Pedro fue claro cuando dijo que “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:12).   ¿No es esto una buenísima razón para no avergonzarse?.  El evangelio es poder de Dios para salvación que no se puede encontrar en ninguna otra fuente.  Si alguien se avergonzara del evangelio ¿dónde o en qué o quién encontrará salvación de la muerte eterna?

La segunda razón para no avergonzarse del evangelio es:

II.- PORQUE ES JUSTIFICACIÓN POR LA JUSTICIA DE DIOS.

El apóstol Pablo nos dice que “en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe”.     El ser humano solamente conoce la justica condenatoria gracias a la ley de Dios que le hace ver lo que merece desde la más mínima desobediencia a Dios.  Pero el evangelio tratándose de una buena noticia nos habla de la otra cara de la justicia de Dios que ningún culpable debería ser beneficiado con ella.  Se trata de una justicia que no era conocida por eso tuvo que ser revelada en el evangelio.   Se trata de la justicia justificadora de Dios.  Es aquella justicia que declara JUSTIFICADO EN CRISTO o EN EL EVANGELIO al ser humano culpable de pecado y condenación.

Amado hermano, ¿qué hizo usted para librarse de sus culpas de pecado?  La realidad es que nada.  Si usted me dice que ha creído en Cristo y por eso ha sido librado de sus culpas de pecado, en realidad no es así.  El que hizo algo para que usted sea librado de pecado es Jesucristo.  Lo que usted hizo fue solamente creer que él lo hizo por usted.  Lo que usted hizo es aceptar lo que Jesucristo ganó para usted.  Ganó el privilegio de que usted no recibiera la justicia condenatoria de Dios, sino su justicia justificadora en el que usted, por la pura gracia de Dios es declarado justo solamente por fe y para fe.   ¿Hay razón para sentir vergüenza por ese evangelio que “siendo aún pecadores” nos declara justificados?  (Cf. Romanos 5:1 “Justificados, pues por la fe, tenemos paz para con Dios…”).

 

La tercera razón para no avergonzarse del evangelio es:

III.- PORQUE ES VIDA POR LA PROVISIÓN DE DIOS..

La justicia de Dios revelada en el evangelio hace justo aún al más vil de los injustos.  Y ahora que usted es declarado justo ¿qué más pasa?  San Pablo explica: “Mas el justo por la fe vivirá”.  El resultado final es “VIVIRÁ”.   Sin el evangelio en la vida del ser humano aunque carnalmente posea movimiento y fuerza es espiritualmente muerto que necesita la vida proveniente de Dios.  Y eso es lo que precisamente proporciona el evangelio.  Primero justifica y como resultado se obtiene “VIDA”.  Vida en este sentido se trata de la restauración del justificado para tener comunión con Dios.  ¡Qué resultado más vivificante!

Estimado hermano, ¿Sabe usted cuál sería la verdadera condición de su vida si el evangelio no estuviera obrando en su vida?  A los Efesios les dijo el apóstol Pablo …estabais muertos en vuestros delitos y pecados,  en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia,  entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.   Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó,  aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo…” (Efesios 2:1-5).  La pregunta apropiada en este punto es: ¿Hay razón para avergonzarse del evangelio que ha traído a usted vida de parte de Dios?

 

La cuarta razón para no avergonzarse del evangelio es:

IV.- PORQUE ES GRATUITO POR REGALO DE DIOS.

Una de las verdades principales que se enfatiza en tres ocaciones en estos versículos es la gratuidad del evangelio.  Primero referente a la salvación dice: “todo aquel que cree” (se trata de creer, no dice todo aquel que compra, paga, o gana).  Segundo y con relación a la justicia dice que es: “por fe y para fe” (se trata de comenzar pero también continuar creciendo en esta libre gracia de creerle a Dios sin que el ser humano tenga que hacer mérito alguno para ser justificado).  Tercero acerca de la vida dice “por la fe vivirá” (aquí se declara que la vida espiritual que proviene de Dios no tiene costo alguno para el ser humano).  En ningún caso el evangelio de Dios funciona con dinero.  Siempre funciona solamenente con la fe.  Por eso Pablo mismo como predicador del evangelio decía: “¿Cuál, pues, es mi galardón? Que predicando el evangelio, presente gratuitamente el evangelio de Cristo, para no abusar de mi derecho en el evangelio”.   El evangelio fue gratis para Pablo y para usted.  Lo recibimos gratis y lo predicamos gratis.

Aquí vale la pena reflexionar: Primero, ¿Dónde se puede conseguir fuera de Dios, salvación gratuita? En ningún lugar.  La salvación solo viene de Dios.  Segundo, ¿Quién puede verdaderamente hacer justo a un pecador sin cobrar ni un solo centavo? Nadie realmente sino solo Dios.   Tercero, ¿Quién puede dar vida espiritual para el muerto en su pecado de manera regalada?  Nadie sino solo Dios.

Por tan grandes beneficios de parte de Dios que usted ha recibido ¿Debería usted estar avergonzado del evangelio que sin tocar sus recursos económicos, ha beneficiado su ser en la vida presente y para el futuro?  Yo creo que no.

CONCLUSIÓN:   Mi estimado hermano, con la mira en nuestra común misión y visión de proclamar el evangelio, le invito a no avergonzarse del evangelio de Jesucristo, y lo animo a dar testimonio a otros de lo que el evangelio está haciendo en su vida.   Con el evangelio haga usted más discípulos para nuestro Salvador

 

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