RESPONSABLES DE NUESTRAS OBLIGACIONES
Esdras 10:1-4.
Predicado por primera vez por el Pbro. Diego Teh Reyes, en la Cong. “Dios está aquí” de la Hda. Lepán, Tecoh, Yuc; el sábado 01 de Febrero 2014; 19:00 hrs.
INTRODUCCIÓN: Es normal y común tener obligaciones. Tenemos obligaciones fiscales: pagamos impuestos. Tenemos obligaciones familiares: proveer para los gastos necesarios. Tenemos obligaciones escolares, por ejemplo aquí en nuestro país, estudiar la primaria, secundaria y preparatoria es obligatorio. Tenemos obligaciones militares: Todos los varones al cumplir 18 años de edad participamos del servicio militar. Pero también tenemos obligaciones para con Dios lo cual no debemos tomarlo con extrañeza porque hay muy buenas razones para estar obligados ante El. Me gusta la respuesta a la pregunta número 3 del Catecismo menor de Westminster que dice: “¿Qué es lo que principalmente nos enseña las Sagradas Escrituras? Lo que principalmente enseñan las Escrituras es lo que el hombre ha de creer respecto a Dios y los deberes que Dios impone al hombre”. Dios tiene el derecho de imponer al ser humano deberes u obligaciones, especialmente cuando una persona es llamada por Dios al cumplimiento de una función especial. Sin embargo vivimos tiempo cuando nos gusta evitar comprometernos o sentirnos obligados aun cuando se trata de obligaciones para con Dios. ¿No es así? Me parece que la condición estancada de muchas iglesias es por la falta de compromiso o sentido de responsabilidad o de obligación de sus miembros para con Dios.
Nuestro texto, evidentemente tiene un tema principal que trata de la vida desobediente ante Dios que una gran parte de los judíos de Jerusalén habían tenido con relación al matrimonio con gentiles que no les era permitido. Pero en este mensaje no hablaré sobre ese tema principal sino sobre un tema secundario del mismo pasaje, prestando una especial atención a la devoción de Esdras y a las palabras de un hombre llamado Secanías quien en representación del pueblo arrepentido de su estilo de vida se acerca a dialogar con Esdras. Sus palabras las tenemos registradas en los vv. 2-4, pero quiero prestar una especial atención al v. 4 donde le dice a Esdras: “Levántate, porque esta es tu obligación, y nosotros estaremos contigo; esfuérzate, y pon mano a la obra” (v. 4). Como un dato que nos ofrece ayuda, las versiones NVI[1], PDT[2], y RVC[3] en vez de “obligación” usan la palabra “responsabilidad”. Secanías ve en Esdras un hombre obligado por su llamado de Dios. Esdras también reconoce que está obligado delante de Dios, y asume su responsabilidad con absoluta voluntariedad y gozo por el privilegio de servir a Dios a través de este pueblo antes rebelde pero ahora arrepentido.
Por eso en este mensaje voy a compartir con ustedes la siguiente verdad: Toda persona llamada por Dios y que está enteramente obligada no por otros hombres sino por Dios mismo, demuestra también ser enteramente responsable ante sus obligaciones. // ¿De qué manera demuestra ser responsable ante sus obligaciones? // A través del mismo pasaje bíblico conoceremos las maneras de cómo se puede demostrar evidencia de ser responsable a nuestras obligaciones.
La primera manera de demostrar responsabilidad ante nuestras obligaciones con Dios es:
I.- NO IMPORTANDO SI NO TENEMOS EL APOYO DE OTROS.
Observen que lo único que hacía es orar reconociendo la condición pecadora, y rebelde del pueblo. Solamente él sentía el dolor por el pecado de tanta gente ante Dios. Fue en ese momento “mientras oraba” (v. 1) que “una muy grande multitud” (v. 1) se unió a él dispuestos a componer su vida delante de Dios. No fue en vano la dedicación voluntaria y gozosa de Esdras a la oración pues produjo resultados. Eso lo hacía no con un gran equipo sino probablemente solo con una que otra persona pero liderada por él mismo. Prácticamente lo hacía solo. Una persona llamada por Dios cumple sus obligaciones para con Dios no esperando hasta que otros lo hagan sino a pesar de que otros no quieran o nos apoyen absolutamente en nada.
Un caso bíblico bastante conocido es el del apóstol Pablo quien compartió su ministerio al lado tanto de hombres fieles e idóneos como de hombres faltos de consagración y hasta de salvación. Cuando escribe su segunda epístola a Timoteo estando él preso por causa del evangelio, le dice:”…Demas me ha desamparado, amando este mundo, y se ha ido a Tesalónica. Crescente fue a Galacia, y Tito a Dalmacia. Sólo Lucas está conmigo. Toma a Marcos y tráele contigo, porque me es útil para el ministerio. A Tíquico lo envié a Efeso. […] Alejandro el calderero me ha causado muchos males; el Señor le pague conforme a sus hechos. Guárdate tú también de él, pues en gran manera se ha opuesto a nuestras palabras. En mi primera defensa ninguno estuvo a mi lado, sino que todos me desampararon; no les sea tomado en cuenta. Pero el Señor estuvo a mi lado, y me dio fuerzas, para que por mí fuese cumplida la predicación, y que todos los gentiles oyesen. Así fui librado de la boca del león. Y el Señor me librará de toda obra mala, y me preservará para su reino celestial. A él sea gloria por los siglos de los siglos. Amén.” (2 Timoteo 4:10-12, 14-18). ¿Se dan cuenta cómo una persona que acepta responsablemente la comisión que ha recibido de Dios, no le importa si otros están cumpliendo o no, sino que se ampara no en humanos sino en la realidad de la presencia de Jesucristo con él y se fortalece también en Jesucristo mismo?
Amado hermano, si en esta congregación usted ve como que no cuenta con el apoyo de alguien, aunque eso es necesario e importante, no se preocupe. Usted no está destinado a fracasar en su servicio para el cuál el Señor le ha llamado, solamente porque otro no quiere ser responsable. Usted no debe ser otro de los que tengan en poco el privilegiado llamado de Dios. Con ellos o sin ellos, usted cuenta con el respaldo del que nos acompaña fielmente, y quien nos fortalece suficientemente, y quien nos libra de toda clase de males: Jesucristo.
La segunda manera de demostrar responsabilidad ante nuestras obligaciones con Dios es:
II.- PONIENDO TODO NUESTRO EMPEÑO.
En nuestra versión RV60 el pueblo lo anima a proseguir con su obligación, diciéndole “es tu obligación”. La NTV[4] lo parafrasea diciendo: “es tu deber decirnos cómo debemos proceder para arreglar esta situación”. Esto debó ser palabras de ánimo para Esdras pues al fin él podía ver los resultados de su servicio por el pueblo. Pero Secanías le dice: “Esfuérzate” (v. 4), y otra vez me gusta la claridad con la que la RVC[5] aclara esta palabra, diciendo en vez de “esfuérzate”: “pon todo tu empeño”.
¿Entienden que significa: Poner todo nuestro empeño? Significa que no debemos comenzar algo y dejar las cosas a medias o a medio camino. Significa que si una meta todavía no está alcanzada tenemos que invertir todo nuestro máximo esfuerzo para lograrlo.
Amados hermanos en el proyecto de que esta congregación sea organizada como iglesia tenemos que alcanzar tres metas que son: 1) El poder autogobernarse que implica que los electos para el cargo de ancianos y/o diáconos deben responsabilizarse en tener la suficiente preparación y madurez en cuanto a conocimiento por lo menos de la Biblia, de doctrina, de predicación, de constitución de la iglesia, de disciplina de la iglesia. Por eso animo a cada uno que ponga todo su empeño en asistir y recibir su preparación. 2) El poder autosostenerse, que implica en que cada miembro contribuya fiel, responsable, gozosa, y sistemáticamente con su diezmo y ofrendas voluntarias. Por eso invito a que cada uno de ustedes pongan todo su empeño para lograr ese fin y puedan sostener todos sus gastos locales de apoyo pastoral, mantenimiento del templo, pago de servicios públicos, y otros gastos propios del ministerio de la iglesia. 3) El poder automultiplicarse, que implica que cada uno de los que aquí se congregan pongan todo su empeño en hacer discípulos, y conforme vaya creciendo la congregación y luego como iglesia, abrir nuevas misiones en otras comunidades para llevar el evangelio.
Para hacer y lograr todo lo anterior (los tres autos: Autogobierno, autosostenimiento, y automultiplicación), hermanos, es evidente que no es fácil y no se logrará si no hay responsabilidad en cada uno de nosotros. Les animo a poner todo nuestro empeño para estas finalidades.
La tercera manera de demostrar responsabilidad ante nuestras obligaciones con Dios es:
III.- PONIENDO MANOS A LA OBRA.
Las últimas palabras de Secanías a Esdras, fueron muy imperativas: “pon mano a la obra” (v. 4). En palabras de la NTV[6] dice: “actúa”, y de la PDT[7] “hazlo”. Lo que estas palabras indican es que al haber una persona llamada por Dios es porque hay una urgencia de actuar, de hacer algo para dar solución a problemas; y para dar gloria a Dios en cualquier otro servicio.
Observando el v. 1 de nuestro pasaje notamos que Esdras estaba dedicado a orar largamente por el pueblo rebelde. Sin embargo, estaba llegando el momento que ya no era solo para orar sino para actuar, hacer, o poner mano a la obra. Esto me recuerda una ocasión cuando los egipcios estaban persiguiendo a los israelitas que acampaban junto al mar y su mismo líder Moisés solamente orando a Dios, aunque Dios espera las oraciones de su pueblo y más de sus dirigentes, Dios le reclama a Moisés: “¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que marchen. Y tú alza tu vara, y extiende tu mano sobre el mar, y divídelo, y entren los hijos de Israel por en medio del mar, en seco” (Exodo 14:15,16). Hermanos, llega el momento cuando el paso que se necesita dar no es solo orar, cantar, leer, y ofrendar, sino que se necesita el siguiente paso: Manos a la obra. Eso es lo que Dios y el pueblo esperaban también de Esdras. Dios quiere también nuestra obligación de entrar en acción no solamente en oración.
¿Cómo puedes dejar pasar el tiempo cuando hay una urgencia de actuar? ¿Cómo puedes descuidar tus obligaciones para con Dios, como aquél Jonás que pretendía huir del Dios cuya presencia nada escapa?. Hermanos oficiales electos y miembros de esta congregación, Dios quiere un paso más de lo que nos ha sido muy fácil hacer: Poner mano a la obra.
CONCLUSIÓN: Amados hermanos, con este mensaje he tenido la intención de animarles para que ninguno de los que asisten a esta congregación descuide su privilegiada obligación, sino que aceptando con responsabilidad lo que a cada uno nos corresponde realizar estaremos muy pronto viendo el resultado correspondiente para la gloria de nuestro Dios. Que Dios bendiga a cada uno de ustedes.
[1] Nueva Versión Internacional.
[2] Palabra de Dios para todos.
[3] Reina Valera Contemporánea.
[4] Nueva Traducción Viviente.
[5] Reina Valera Contemporánea.
[6] Nueva Traducción Viviente.
[7] Palabra de Dios para todos.
Con estos supuestos, este trabajo se ocupara de mostrar una forma de comprender las expectativas para despues estudiar su relacion con la responsabilidad. Por ultimo, se compara esta idea con el modelo que supone que todo juicio de atribucion de responsabilidad conlleva la violacion de una obligacion por parte de quien es responsable.