UNA VISIÓN PARA OBEDECER, Por: Diego Teh.

 

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UNA VISION PARA OBEDECER

Habacuc 2:1-3; Hechos 26:19,20.

 

Predicado por primera vez por el Pbro. Diego Teh Reyes, en la Cong. “Ebenezer” de la Col. San José Tecoh, Mérida Yuc; el domingo 02 de Febrero 2014; 19:00 hrs.

 

  INTRODUCCIÓN:   Hay una pieza teatral escrita por un dramaturgo belga, que se titula: El niño de los ciegos. Hay un capítulo en que, en un hogar para ciegos salen un día a pasear por la playa. Mientras están disfrutando la brisa del mar, le da un ataque cardiaco al director del hogar y este, el único vidente del grupo, se muere instantáneamente. Los ciegos intentan, por respiración artificial reavivar a aquel hombre que les había llevado a la playa. No obstante todo lo que hicieron, no pudieron reavivar al director. El problema ahora era de cómo regresar al hogar ya que había muerto el único vidente del grupo. Entonces escuchan a la distancia un niño llorando. Pronto empiezan los ciegos a llamarle hasta que el niño se acerca a los ciegos. Todos se acercan al niño y repetidamente le preguntan si él les puede llevar de regreso al hogar. El niño en vez de contestarles continúa llorando. Finalmente el niño les contesta a los ciegos que no les puede llevar al hogar por un simple motivo: él también es ciego[1].    De la misma manera no tener visión en sentido administrativo es ser ciego para conducir a la congregación a alcanzar metas específicas.  No tener visión es ser como aquellos fariseos de quienes Jesús dijo: “son ciegos guías de ciegos; y si el ciego guiare al ciego, ambos caerán en el hoyo” (Mateo 15:14).

   Pero, ¿qué es “visión”?  Visión, es la representación por medio de palabras o imágenes del sueño o proyecto que se desea alcanzar en determinado tiempo.  En otras palabras, lo que ustedes o sus dirigentes de hace 20 años quisieron que sea este grupo de creyentes, es lo que ustedes son ahora: una congregación, y lo que muy pronto ustedes serán: una iglesia.  El día de hoy que en mutuo acuerdo comenzamos a trabajar con ustedes nos unimos a la visión original, con el propósito de guiarles a alcanzar la visión de ser iglesia.   Sin embargo, es probable que muchos de ustedes no conozcan el texto que declara esa visión; es probable que si existe tal declaración de visión sea necesario hacerle algunas actualizaciones.   A partir de este día estaremos trabajando primeramente con ustedes la elaboración o revisión de lo que será nuestra declaración de visión vigente.  Todos juntos nos encargaremos de aprenderla IGUALITO y ser capaces de explicárselo a otras personas, de tal manera que cualquiera de ustedes siempre va a decir lo mismo porque se tratará de una sola visión de todos y no de cada quien o de uno solo.  Pero, conozcamos cómo debe ser nuestra visión.

   Nuestro texto en Habacuc 2:1-3 nos presenta las características que debe tener la visión que todo dirigente y pueblo de Dios deben tener bien claro para que su ministerio alcance objetivos ideales que Dios espera en el lugar donde estos se encuentran.  // ¿Cuáles son esas características que debe tener la visión que todos ustedes mis amados hermanos deben tener bien claro para alcanzar aquí los ideales de Dios?   //   A través de este mensaje que he titulado: UNA VISIÓN PARA OBEDECER, pretendo compartirles algunas de esas características que utilizaremos para definir en las siguientes reuniones la visión de esta congregación de nuestro Señor Jesucristo.

 La primera característica es que:

I.- LA VISION DEBE PROCEDER DE DIOS.

  En el v. 1 leemos la correcta actitud de Habacuc que dice: “y velaré por ver lo que se me dirá”.  Esto fue con respecto a cómo enfrentar su desorientación del momento.  Y en el v. 2 Habacuc nos relata lo siguiente: “Y Jehová me respondió y dijo: Escribe la visión…”.  Lo que aquí se resalta es que la visión para Habacuc fue dada por Dios mismo como una respuesta a sus inquietudes y aspiraciones de corregir su propia vida y la del pueblo a quienes les profetizaba.

   El apóstol Pablo cuando habla de la visión que tuvo para su ministerio personal, se lo cuenta al rey Agripa diciéndole: “…oh rey Agripa, no fui rebelde a la visión celestial”[2].  Sus palabras nos indican que el origen de su visión no fue humano sino celestial, es decir, procedente de Dios mismo por medio de Jesús.

   Hoy no recibimos la visión de Dios con una voz audible ni procedente de los cielos ni del monte Sinaí como a los israelitas.  Tampoco por medio de sueños como le fue dado a José el hijo de Jacob.  Tampoco en circunstancias dramáticas como cuando Pablo recibió directamente de Jesús la visión para su ministerio cuando la luz refulgente de la gloria divina le cegó la vista.

   La visión de un grupo de creyentes en Cristo nunca debe ser elaborada caprichosamente por la invención humana.  Siempre debe ser lo declarado por Dios, por lo que se hace necesario el estudio de su palabra misma para descubrirla y para que la visión particular de cada iglesia o congregación sea la misma visión de Dios.  Es la Sagrada Escritura que estaremos leyendo para tener el rumbo definido de esta congregación para los años venideros.

 La segunda característica es que:

II.- LA VISION DEBE CONTEMPLAR EL FUTURO.

   La visión no se trata de una descripción de lo que estamos haciendo ahora, sino de lo que queremos lograr en el futuro ya sea que se indique el tiempo a esperar o de manera atemporal que sea aplicada en cualquier tiempo.  Es verdad que hay visiones que se pueden cumplir a corto plazo, pero hay visiones que de manera integral contemplan un largo plazo.  De todas maneras se trata de cómo queremos y cómo Dios quiere ver en el futuro a su pueblo, en este caso la iglesia local.  En el caso de la visión anunciada a Habacuc es al parecer de largo plazo “Aunque la visión tardará aún por un tiempo, mas se apresura hacia el fin, y no mentirá; aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá, no tardará” (v. 3).  Quizá en otra versión podamos comprenderlo mejor.  La PDT[3] dice: “Esta visión es testimonio de que hay un día y una hora señalados. Aunque parezca que demora en llegar, espéralo; porque es seguro que llegará y no tardará”.

   Lo importante en la visión es que aunque se contempla una realidad alcanzable en el futuro, y aunque tarde en llegar el momento de cumplirse o alcanzarse, al fin debe llegar porque hay “UN DIA Y UNA HORA SEÑALADOS”.  Ese es el paso que ahora nos toca dar. ¿Cuándo (día y hora) se alcanzará nuestra visión de ser iglesia?.  Esa será nuestra tarea desde el consistorio, los pastores y seminaristas de la iglesia, el ministro de misiones, la directiva de la congregación, y cada uno de ustedes que se reúnen en esta congregación.  Tenemos que fijar el día y la hora para ser una iglesia con gobierno propio.  Si no lo establecemos en la visión y nos enfocamos a alcanzarlo, pasarán más generaciones y decenas de años y esta congregación seguirá en las mismas condiciones de estancamiento.

 La tercera característica es que:

III.- LA VISION DEBE SER EFICIENTE:

   Muchas iglesias están miércoles, viernes, sábado y domingo, de las 52 semanas de cada año, haciendo de todo pero sin visión y sin sueños por el futuro.   Todo funciona como una mera rutina, como una reacción porque algo se debe hacer, pero sin meta final.  Todo lo que se hace muchas veces es la buena idea que se le ocurre a un hermano o a una hermana.  Otras veces llegan ocasiones especiales y festivas en el que no se planeó algo, y lo primero que se ocurra dos o tres días antes es lo que se procura hacer.  Todo es reacción sin visión y de última hora.  Es como girar en un carrusel y después de tantas vueltas emocionantes, finalmente te das cuenta que estás en el mismo lugar.  Así, la iglesia no avanza al futuro señalado.

   Pero cuando hay una visión eficiente, que con toda claridad indique qué se quiere alcanzar, y todos se enfocan a lo mismo, entonces estén o no estén quienes originalmente establecieron la visión, de todas maneras se logra la visión.  Ese es el sentido cuando Dios le dijo a Habacuc en el v. 3 Mas se apresura hacia el fin, y no mentirá”.  Según la NVI[4] dice: “Marcha hacia su cumplimiento, y no dejará de cumplirse”.   Es verdad, cuando se ha establecido de manera eficiente “no dejará de cumplirse” o sea, “no mentirá”.    El profesor de predicación Haddon Robinson cuenta una historia acerca de Walt Disney, quien murió en 1966, varios años antes de que se iniciara la construcción de Walt Disney World. Muy poco tiempo después de que el parque abriera sus puertas, alguien dijo: «¿No es una pena que Walt Disney no viviera para ver esto?» Mike Vance, director creativo de los Estudios Disney, contestó: «Él lo vio, ¡y por eso es que está aquí!»[5]   Cuando la visión es eficiente y aunque otros lo continúen se verá el resultado de quienes lo establecieron.  En este caso la visión es ver de manera anticipada lo que todavía no se ha cumplido.

 La cuarta característica es que:

IV.- LA VISION DEBE SER PROBADA.

   Una de las afirmaciones que Dios le hizo a Habacuc fue: “Aunque la visión tardará aún por un tiempo” (v. 3).   Eso quiere decir que hay uno o más razones por el que tardará en cumplirse.  Es cierto que se cumplirá pero “tardará aún por un tiempo”.    Sin embargo, el consejo de Dios durante ese lapso de tiempo y para Habacuc fue: “Aunque tardare, espéralo”.   Aquí hay una doble prueba: 1) para la visión misma si es digna de mantenerse para cumplirse, y 2) para el visionario mismo que debe demostrar paciencia pero sobre todo, esperanza en Dios quien dará cumplimiento a la visión que finalmente es suya también.

   Hermanos, si la visión es de Dios, permanece y se alcanza.  Si no es de Dios, perecerá.  Fue lo que el buen fariseo Gamaliel dijo a los dirigentes que impedían que Pedro y Juan predicaran a Jesús resucitado: “Apartaos de estos hombres, y dejadlos; porque si este consejo o esta obra es de los hombres, se desvanecerá” (Hechos 5:38).  Y tenía dos pruebas recientes: El caso de un tal Teudas y el caso de un tal Judas (Hechos 5:36,37).    Es lo mismo que el apóstol Pablo escribió a los Corintios cuando dijo: “Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará” (1 Corintios 3:12,13).   Una visión pasa bajo la prueba del tiempo, bajo la prueba del fundamento cristocéntrico, y bajo la prueba del mismo plan de Dios.   Por eso es necesario que afinemos de manera adecuada la visión que usaremos en esta congregación de nuestro Salvador y Señor Jesucristo.

 La quinta característica es que:

V.- LA VISION DEBE SER ESCRITA

   Escribimos para poder recordar.   Una de las frases célebres del poeta Gabriel García Márquez es que “el que no tiene memoria, se hace una de papel”.    Si García Márquez hubiera vivido en la época de Moisés o siglos después en la época de Habacuc hubiera dicho: “El que no tiene memoria, se hace una de piedra o de tablillas”.  Si en épocas apostólicas hubiera dicho: “El que no tiene memoria, se hace una de papiro o pergamino”.    La realidad de los seres humanos es que nuestra memoria siempre nos traiciona y solemos olvidar hasta pequeñas cantidades de datos: Un nombre, un número telefónico, una dirección postal, una contraseña, un versículo bíblico, una promesa, e incluso las metas de nuestra vida.    Y por esa realidad nuestra fue previsto por Dios que lo esencial de su voluntad sea escrito para poderlo leer frecuentemente y recordarlo nuevamente.  Eso sucedió como ejemplo, con los Diez Mandamientos escritos en piedra.  Por eso Dios quiso que su palabra quede escrito en rollos, y que ahora gracias a la imprenta en libros impresos, y a lo electrónico en memorias flash Usb.   No es extraño entonces que Dios le ordene a Habacuc: “Escribe la visión” (v. 2).

   Escribimos también para conservar y propagar.  En una visión dada a otro profeta, a Isaías le fue dicho por Dios mismo: “Ve, pues, ahora y escribe esta visión en una tabla delante de ellos y regístrala en un libro, para que quede hasta el día postrero, eternamente y para siempre” (Isaías 30:8).  Deseamos que lo que ahora nosotros visionamos, las generaciones que vengan después de nosotros puedan continuar lo que un día comenzamos.

   Escribimos también para corregir enseñanzas o costumbres no centradas en Dios.  Un mensaje del profeta Isaías al pueblo de Dios, en sus propias palabras fue: “Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado” (Isaías 29:13).   Frecuentemente las personas pensamos que estamos bien sincronizados con Dios pero a veces estamos controlados solamente por mandamientos de hombres. Dios nos libre de eso, por eso es importante que juntos trabajemos para entender la voluntad de Dios para nuestra congregación, y que escribamos nuestra visión congregacional.

 La sexta característica es que:

VI.- LA VISION DEBE SER COMUNICADA

   Parte de los encargos de Dios a Habacuc al terminar de escribir la visión, fue: “Declárala en tablas”.   Es decir, tenía que escribir no solamente un ejemplar de la visión sino una cantidad indefinida de “tablas”, las necesarias para que sea declarada a quienes les concierne directamente aquella visión.   En otras palabras tenía que “hacer fotocopias” de la visión original y cerciorarse de que todos sepan de la visión.

   Esto implica para quienes estamos como consistorio, pastores, y directivos, que no debemos guardar en nuestras memorias mentales, memorias electrónicas, y documentos impresos, el contenido y declaración de nuestra visión sino que debemos procurar que cada miembro, incluso visitantes puedan conocer y aprender que ideales tenemos como iglesia o congregación.

   Deseo de todo corazón que cada miembro de esta congregación pueda explicar qué esperamos ser a corto y largo plazo; y qué esperamos ser ante la comunidad que nos rodea.

 La séptima característica es que:

VII.- LA VISION DEBE TRAER UNIDAD

   ¿Sabe usted que pasa en una sociedad sea civil, empresarial, o religiosa donde no hay una visión claramente definida?  ¿Cuál puede ser el resultado de una falta de visión incluso aquí entre nosotros aun siendo el cuerpo glorioso de Cristo?   Dice en Proverbios 29:18 en cuatro versiones distintas: “Donde no hay visión el pueblo se desenfrena” (LBLA[6]). “Donde no hay visión el pueblo se extravía” (NVI).  Donde no hay dirección divina, no hay orden” (DHH[7]).   “Sin profecía el pueblo se desenfrena” (RV60)   Cada una de estas versiones concluye con una palabra distinta que nos arroja luz para entender el resultado de no tener visión: Desenfreno, extravío, y desorden.  Otro detalle interesante es que se nos dice que el problema NO afecta solo a uno o algunos sino a TODO el pueblo.   ¿Han visto alguna de estas situaciones aquí en la congregación?  Si sí, entonces urge una clarificación de nuestra visión.

   El resultado esperado por Dios de quienes lean la visión escrita y declarada procedente de Dios, debe ser, según palabras de Dios mismo a Habacuc es: “Para que corra el que leyere en ella” (v. 2).   Este correr no se trata de una huida.  El sentido del texto es que quien lea la visión corra a cumplirla o a obedecerla.  ¿Y quiénes leerán la visión? TODOS.  ¿Quién correrá a cumplirla entre nosotros? TODOS.  Tener visión evita el que cada quien haga lo que quiera, o imponga lo que quiera, pero a cambio contribuye para que TODOS hagamos lo mismo.   La visión trae UNIDAD porque la visión es de todos.

   Siempre me llama la atención que cuando los judíos comenzaron a regresar de la cautividad de Babilona a su provincia: Judea, y a la capital: Jerusalén, pasaron muchos años, quizá 20 o más, y no pudieron reconstruir poco más de tres kilómetros de los muros destruidos con todo y sus doce puertas de entrada y salida.  La razón es porque no había visión para ello, sino hasta que llegó Nehemías a compartirles la visión y se organizó todo el pueblo, y lo que no se había hecho en aproximadamente medio siglo se logró en cincuenta y dos días” (Neh. 6:15).  Vale la pena dar una lectura a Nehemías capítulo 3 y ver como el pueblo organizado por familias se dedicaron al trabajo divido en 40 secciones, y otro dato interesante es que “cerca de su casa” (Neh. 3:23), cada uno enfrente de su casa” (Neh. 3:28), “enfrente de su cámara” (Neh. 3:30), “cada uno delante de su casa” (Neh. 7:3).  Tuvo para ellos un significado y un beneficio común sin ir tan lejos ni gastar mucho sino haciendo lo que está a su alcance.   Todo se hizo sencillo porque hubo un objetivo claro, una organización sencilla, y finalmente una meta alcanzada por TODO EL PUEBLO unido bajo una misma visión.  ¿Se dan cuenta de cuál puede ser el resultado de una visión que se conoce por todos?  UNIDAD.

 La octava característica es que:

VIII.- LA VISION DEBE SER OBEDECIDA

   Ya hemos visto que el sentido de las palabras de Dios a Habacuc cuando dijo: “para que corra el que leyere en ella” (v. 2) es que la visión proveniente de Dios que se declara o comparte al pueblo debe producir un ánimo pronto para obedecer la voluntad de Dios.   No es posible que exista una visión y alguno, muchos, o todos, queden sin hacer algo al respecto.   Una visión sin acción no puede traer resultados favorables.  No funciona solito sino que hay que prestarle obediencia.

   Hace 111 años, los hermanos Wilbur y Orville Wright, dos jóvenes que no pudieron seguir estudiando más que su bachillerato, y que amaban armar y reparar bicicletas, tuvieron la visión de que debe haber algún vehículo que pueda volar para transportar a las personas como ocurría con las bicicletas.  Cuando dieron a conocer su idea todo mundo se mostró escéptico, nadie creía que eso sería posible.  Bien, pues, sin título universitario ni cédula profesional, sino solamente con sus rústicos conocimientos e imaginaciones de mecánicos de bicicletas se pusieron a diseñar el primer artefacto volador que fue conocido como “Wright Flyer”.   El 14 de diciembre de 1903 tras ganar una apuesta con su hermano lanzando una moneda al aire, Wilbur Wright dio un vuelo de tres segundos en el que se dañó el avión por culpa de un mal aterrizaje. Tras las reparaciones necesarias, el día 17 de diciembre de 1903, con un viento constante de 43 km/h Orville Wright voló 37 metros en 12 segundos a la velocidad de 10,9 km/h. Este vuelo fue recogido en una fotografía que aún hoy es un documento único en la historia de la humanidad. Los siguientes vuelos fueron de 53 y 61 metros respectivamente con los hermanos alternándose a los mandos.  Dos años después pudieron volar su nave en 40 segundos hasta 40 kilómetros de distancia.  Wilbur murió en 1912 de tifoidea, y Orville 36 años después el 30 de Enero de 1948, y pudo ver pasar de una máquina rudimentaria que apenas se mantenía en el aire con mucho esfuerzo a convertirse en un arma muy poderosa en la Primera Guerra Mundial y un arma devastadora capaz de cruzar media Europa para arrasar una ciudad. Incluso llegó a ver los primeros intentos por batir la barrera del sonido, una quimera que detenía el progreso de la aviación y que suponía el último obstáculo para llegar al espacio. Algo totalmente inconcebible cuando daban aquellos pequeños vuelos en su máquina voladora[8].   Hoy tenemos una gran variedad de aviones, pero gracias a la visión y acción de aquellos jóvenes que miraron posible lo que parecía imposible.  Solo hay que ser obedientes a la visión.

   Lo mismo como congregación, pudiéramos tener una hermosa visión con un gran sueño esperado por Dios y por nosotros, pero si no ponemos “manos a la obra”, si no hay acción de nuestra parte, no habrán logros significativos.

CONCLUSIÓN:   Amados hermanos, es nuestro deseo encauzar a partir de este día todos los esfuerzos para que con la bendición de nuestro soberano Dios, avancemos juntos en el proyecto de ser una iglesia autogobernable, autosostenible, y automultiplicable.  Comencemos trabajando con este primer enfoque que les he compartido en este mensaje: La visión necesaria para obedecer.


[1] Tomado del final del artículo: “Donde no hay visión” en https://sites.google.com/site/lseckler/dondenohayvisi%C3%B3n

[2] Mateo 26:19.

[3] Palabra de Dios para Todos.

[4] Nueva Versión Internacional.

[5] Tomado del último párrafo del artículo: La Visión Une. http://www.desarrollocristiano.com/print.php?case=articulos&id=1626

[6] La Biblia de las Américas.

[7] Dios Habla Hoy.

 

 

 

 

One thought on “UNA VISIÓN PARA OBEDECER, Por: Diego Teh.

  1. Saludos pastor, muy util para las congregaciones, Dios le bendiga, excelente página, apenas la acabo de descubrir.

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