CRITERIOS DE DIOS CUANDO LLAMA A UNA PERSONA
Jueces 6:12-24
Predicado por primera vez por el Pbro. Diego Teh, en la congregación “Cristo es el Camino”, de la col. Chuminópolis, de Mérida, Yucatán; el domingo 17 de septiembre del 2017, a las 11:00 horas.
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INTRODUCCIÓN: En la actualidad, conseguir empleo en casi cualquier empresa, no es tan fácil ni rápido como uno quisiera. Las empresas someten la oferta de sus empleos a un proceso de reclutamiento, selección y contratación de empleados. No siempre dan el empleo al primero que llegue con su solicitud. Cada interesado, según los criterios de la empresa, de su dueño, o de su gerencia, tiene que pasar por una entrevista inicial, por exámenes psicométricos, psicotécnicos, y de conocimientos; le hacen algún examen del área; le requieren referencias laborales o personales, un examen médico, y hasta un certificado de antecedentes no penales. Todo esto, y a veces más, es necesario para evitar contratar a personas que no sean las idóneas para ocupar los puestos vacantes, pues el resultado sería perjudicial para la excelencia de la empresa. Es probable que, si usted anda en busca de un empleo, a pesar de toda su experiencia no sea usted aceptado en más de una empresa, por la sola razón de que a criterio de la empresa no encuentra en usted el perfil adecuado para el trabajo específico que se requiere realizar.
En la historia bíblica de Jueces 6:12-24, tenemos el llamado que Dios hace a un hombre llamado Gedeón, cuya manera de haber sido llamado sería rara para una empresa, pues un “ángel de Jehová”, simplemente se presentó no en una oficina en su templo de Jerusalén, y ni siquiera en la casa de este hombre, sino en el campo donde éste se encontraba cosechando trigo. Sin embargo, observaremos que Dios cuando llama a las personas para usarlas en alguna misión específica, Él tiene y usa criterios muy singulares. / ¿Cuáles son los criterios muy singulares que Dios usa cuando llama a las personas a una misión específica? / Basado en la historia del llamamiento de Gedeón, les voy a compartir algunos de sus criterios singulares.
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El primer criterio muy singular que Dios usa cuando llama a una persona, es que:
I.- SIEMPRE LLAMA A QUIENES SABEN LO QUE SIGNIFICA ESFORZARSE
El primer detalle del llamado que Gedeón recibe de Dios, se describe de la siguiente manera: “Y el ángel de Jehová se le apareció, y le dijo: Jehová está contigo, varón esforzado y valiente” (Jueces 6:12). Lo primero que el ángel resalta de él, es su carácter esforzado. Era esforzado en el trabajo que estaba acostumbrado a hacer todos los días para contribuir con el sostén y provisión de la familia. Eran tiempos de necesidad, cuando lo poco que la gente lograba en sus campos, los vecinos madianitas se los robaban invadiendo sus campos, y llevándose toda la cosecha. Es obvio que la gente tenía que cuidarse de que no fueran asesinados por los invasores, y preferían no ir a sus terrenos; sin embargo, había que hacer algo para tener provisión de alimentos en el hogar. Pocos eran, lo que, arriesgando su propia vida, se iban al campo para rescatar, aunque sea un poco de trigo. Gedeón, fue uno de los pocos que se esforzaban en hacer eso. El se estaba esforzando en cosechar trigo para llevar a casa, cuando recibe la inesperada visita del ángel de Jehová, y una de las primeras cosas que el ángel le reconoce es que Gedeón era un “varón esforzado”.
Amados hermanos, esta es una característica de las personas que Dios llama para cualquier servicio, porque Dios sabe que para cualquier deber al que uno es llamado, el esfuerzo siempre será necesario. Nada es totalmente fácil en esta vida.
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El segundo criterio muy singular que Dios usa cuando llama a una persona, es que:
II.- SIEMPRE LLAMA A QUIENES VA A DAR UNA COMISIÓN ESPECÍFICA.
El ángel, ahora ya descrito no como un simple ángel, sino como Jehová mismo, pues el ángel de Jehová, solamente era un medio para que Dios se mostrara presente; le tiene que dar una comisión. El evento se describe así: “Y mirándole Jehová, le dijo: Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los madianitas. ¿No te envío yo?” (Jueces 6:14). Dios le dio plena confianza a Gedeón de que era la persona indicada para la misión que le encomendaría. Lo primero que le dice, es: “Ve con esta tu fuerza”. Aunque la experiencia nunca es garantía para el éxito, sin embargo, la persona que siempre se esfuerza, es la persona que siempre tendrá la fuerza para hacer lo que Dios quiere que se haga. Lo segundo que Dios le dice a Gedeón es que a partir de ese momento le estaba asignando una comisión que en su caso consistió en que: “salvarás a Israel de la mano de los madianitas”. Su comisión específica era esta.
Nosotros los discípulos de la actualidad también hemos recibido juntamente con los primeros discípulos, la comisión específica de ir y hacer discípulos para Jesucristo. Esto es una tarea que requiere también de personas que se esfuercen. No es una obra fácil que ocurre por sí sola. Aunque es Dios quien produce la obra y los resultados de las personas para que se conviertan en discípulos de su Hijo Jesucristo, se requiere el esfuerzo de personas a quienes Dios usa para ir y llevar el precioso mensaje del evangelio que los convertirá en discípulos.
Amados hermanos, como congregación todos tenemos que asumir la comisión de Jesucristo. Nuestra honorable directiva de esta congregación conoce las directrices que les hemos compartido para que cada uno de ustedes pueda cumplir con la comisión de Jesucristo aquí entre nosotros.
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El tercer criterio muy singular que Dios usa cuando llama a una persona, es que:
III.- SIEMPRE LLAMA A QUIENES SABEN QUE TIENEN LIMITACIONES.
Después que Gedeón escucha la comisión de Dios, él no se sintió tan capaz, por más que su carácter era el apropiado para tal comisión. Su reacción se describe de la siguiente manera: “Entonces le respondió: Ah, señor mío, ¿con qué salvaré yo a Israel? He aquí que mi familia es pobre en Manasés, y yo el menor en la casa de mi padre” (Jueces 6:15). Lo que observamos en este relato es que Gedeón, no porque no sepa lo que significa esforzarse, sino que sabiendo él su condición y sus limitaciones, se lo tiene que hacer saber a Dios. Sus limitaciones, era que su familia incluyéndole a él son pobres. ¿De dónde sacaría dinero para por lo menos hacerse de armas, lanzas, espadas, escudos? Además, es el menos. Sus hermanos mayores quizá por haber trabajado más años, tendrán un poco más de recursos, pero él no, pues, digamos que apenas está comenzado su vida laboral. Pero de todas maneras su familia “es pobre”. Sin embargo, el llamado es para él, a pesar de su condición económica. Él ve una complicación, y se lo tiene que decir a Dios.
Amados hermanos, también nosotros nos topamos con situaciones personales en las que nos parece que no somos las personas indicadas para el llamado de Dios de hacer discípulos. Nos parece que ni siquiera contamos con los recursos necesarios para invertir; sin embargo, si usted entiende lo que significa esforzarse, y si usted está dispuesto a esforzarse, solamente dígale a Dios que al parecer usted no tiene lo que usted piensa que va a necesitar mientras cumple con la tarea que Dios le ha asignado a usted. Les aseguro que él va a proveer. Primero, porque la obra es de él, y no la va a desamparar; y segundo, cuando alguien dedica su tiempo a la obra de Dios, Jesús dijo que: “cualquiera que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna” (Mateo 19:29). Si algo usted necesitará para el cumplimiento de una comisión de Dios, Él hará que los recursos necesarios lleguen a sus manos.
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El cuarto criterio muy singular que Dios usa cuando llama a una persona, es que:
IV.- SIEMPRE LLAMA A QUIENES DESEARÁN SU ACOMPAÑAMIENTO.
Junto con la comisión que Dios le da a Gedeón, Dios inmediatamente le dice: “¿No te envío yo?” (Jueces 6:14c, la pregunta del final del versículo). Dios mismo sabe que además de tener el carácter esforzado, es decir la experiencia para enfrentar cualquier deber, también es cierto que la experiencia no es suficiente si Dios no acompaña a una persona. También, luego de que Gedeón con toda razón le expuso a Dios sus limitaciones (ya lo vimos en el v. 15), dice el texto bíblico que: “Jehová le dijo: Ciertamente yo estaré contigo, y derrotarás a los madianitas como a un solo hombre” (Jueces 6:16). El énfasis de Dios fue: “Ciertamente yo estaré contigo”. ¿Es bonito si Dios acompaña, verdad?
Muchos años antes que Gedeón, en una conversación que en una ocasión, Moisés tuvo con Dios, Moisés le dice a Dios: “Mira, tú me dices a mí: Saca este pueblo; y tú no me has declarado a quién enviarás conmigo. Sin embargo, tú dices: Yo te he conocido por tu nombre, y has hallado también gracia en mis ojos. / Ahora, pues, si he hallado gracia en tus ojos, te ruego que me muestres ahora tu camino, para que te conozca, y halle gracia en tus ojos; y mira que esta gente es pueblo tuyo. / Y él dijo: Mi presencia irá contigo, y te daré descanso. / Y Moisés respondió: Si tu presencia no ha de ir conmigo, no nos saques de aquí” (Exódo 33:12-15). Tenía razón, si Dios no va contigo que caso tiene que vayas a hacer algo que Él te ordena, pero desde luego que Él siempre irá con la persona que ha llamado.
Es por eso que, mis amados hermanos, NO ESTAMOS SOLOS. Cuando Jesús, ordenó la gran comisión de hacer discípulos, añadió: “he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:20b). En ningún momento se crea usted tan suficiente al grado que usted deje de tomar en cuenta la necesaria presencia divina para hacer la obra de Dios. Eso sí que pronto usted estará fracasando, porque recuerden que Jesús dijo: “…separados de mí nada podéis hacer” (Juan 15:5).
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El quinto criterio muy singular que Dios usa cuando llama a una persona, es que:
V.- SIEMPRE LLAMA A QUIENES DARÁ SEGURIDAD DE SU LLAMADO.
Cuando Gedeón ya fue llamado y comisionado por el ángel de Dios, que no era sino Dios mismo manifestado presente como si fuera un ángel corporizado, él le dijo a Dios: “…Yo te ruego que si he hallado gracia delante de ti, me des señal de que tú has hablado conmigo” (Jueces 6:17). Al mismo tiempo que él le ofreció a Dios un cabrito, con su rico caldo calientito, y unos ricos panes para acompañar el cabrito. Pero, “…el ángel de Dios le dijo: Toma la carne y los panes sin levadura, y ponlos sobre esta peña, y vierte el caldo. Y él lo hizo así. / Y extendiendo el ángel de Jehová el báculo que tenía en su mano, tocó con la punta la carne y los panes sin levadura; y subió fuego de la peña, el cual consumió la carne y los panes sin levadura. Y el ángel de Jehová desapareció de su vista” (Jueces 6:20,21). Fue así como Gedeón recibió una señal de Dios de que verdaderamente ha sido llamado personalmente por Dios mismo.
Pero, amados hermanos, Dios nunca está obligado a dar una señal haciendo algo extraordinario solamente porque alguien por sus dudas o caprichos se lo pida o exija; sin embargo, soberanamente quiso darle una señal a Gedeón, al igual que en otras ocasiones dio señales extraordinarias a otros de sus llamados, pero esto no es un proceder ordinario de Dios, pues en la mayoría de los casos Él no considera necesario dar señales extraordinarias como el hacer surgir fuego de una roca que ha sido encharcada con bastante caldo de toda una olla de comida, y que instantáneamente consuma toda la carne y panes mojados que se encuentren sobre la roca. Sin embargo, con señal o sin señal alguna, Dios siempre hace que sus llamados estén seguros de su llamado. Esto es lo que importa. Todo aquello que Dios hace en sus elegidos y llamados les hace estar seguros de ello. El apóstol Pablo dice que esta seguridad ocurre en los que somos hijos de Dios, por medio de la obra del Espíritu Santo, pues Pablo lo explica así, que: “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios” (Romanos 8:16). Usted va a estar seguro, porque el Espíritu Santo le hará sentir esa seguridad.
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El sexto criterio muy singular que Dios usa cuando llama a una persona, es que:
VI.- SIEMPRE LLAMA A QUIENES ESTÁN DISPUESTOS A TENERLE DEVOCIÓN.
La reacción de Gedeón después de haber sido llamado y comisionado para una misión que requiere esfuerzo, valentía, acompañamiento de Dios, seguridad del llamado de Dios, dice la historia que: “Viendo entonces Gedeón que era el ángel de Jehová, dijo: Ah, Señor Jehová, que he visto al ángel de Jehová cara a cara. / Pero Jehová le dijo: Paz a ti; no tengas temor, no morirás” (Jueces 6:22-24). Sin duda que su llamado era un privilegio, pero estar delante de Dios, pues aquel ángel, identificado no como un ángel ordinario, sino como el “ángel de Jehová” que era una manera de identificar a Dios mismo, no debería mantener con vida a quien tenga el privilegio de mirarle, pues la gloria del poder divino y santo debería exterminar a cualquier pecador. Esto lo sabía Gedeón, por lo que con respeto y humildad le expresó con su admiración que temía por su vida.
Pero lo que sigue es lo relevante que les quiero compartir, pues observen la primera mitad del versículo que sigue, el v. 24, que dice: “Y edificó allí Gedeón altar a Jehová, y lo llamó Jehová-salom…”; (Jueces 6:24a). Aunque en este caso no hay más descripción acerca del uso que Gedeón le dio al altar que edificó, siempre que alguien edificaba un altar, es porque estaba dispuesto a adorar allí mismo a Dios no solamente en una ocasión sino todas las veces que le sea posible, ofreciendo cada vez de manera voluntaria si le es posible un holocausto para acercarse a Dios. Esta acción de edificar un altar, revela la disposición de Gedeón de querer encontrarse con Dios otras muchas ocasiones más, aunque no pueda mirar la manifestación de su presencia. Este es el tipo de personas que Dios llama.
Amados hermanos, la comunión diaria con Dios mediante la oración, y la lectura de su palabra son los medios por los que en la actualidad los que hemos sido llamados por Dios podemos estar en devoción personal con él en donde quiera que nos encontremos. No tenemos que esperar encontrarnos con él solamente en un templo donde también nos reunimos para encontrarnos con él, porque este encuentro se da por lo general de manera espaciada por lo menos cada siete días. El llamado por Dios, debe siempre estar dispuesto a encontrarse con Dios, todos los días.
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CONCLUSIÓN: Para concluir, amados hermanos, todo lo anterior no significa que Dios primeramente encuentra algo perfecto en alguna persona como condición para llamarle, pues el hecho de que Dios llame personas que saben por experiencia lo que significa esforzarse, que tenemos limitaciones, que necesitamos el acompañamiento de Dios mismo, y que necesitamos una devoción permanente para con Dios, evidencia que no nos llama porque somos los más capaces para hacer su obra, pues en realidad sobre todas las incapacidades somos espiritualmente los menos capaces de hacer su obra. Sin embargo, en su llamado contamos con su presencia, su seguridad, su capacitación, sus recursos, ¿qué más necesita usted? No se olvide de que Jesucristo es la presencia de Dios en nuestras vidas, persona y presencia que nos perfecciona y nos hace aptos para servirle en donde quiera que se requiera. No niegue, no rechace, no se resista al llamado que Dios le está haciendo a usted. Acepte usted el llamado de Dios que él le está extendiendo, para que usted también lleve a cabo su obra donde ahora mismo hace falta que uno de sus hijos esté llevando a cabo la misión de Dios.
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