
Éxodo 3:14 – Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros.
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YO SOY EL QUE SOY
Exodo 3:8-14.
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Predicado por primera vez por el Pbro. Diego Teh Reyes, en la iglesia “El Divino Salvador” de Mérida, Yucatán; el domingo 04 de marzo 2018, a las 11:00 horas.
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(Los signos de interrogación que aparecen con frecuencia en este escrito, sustituyen las fuentes hebreas que no pueden ser mostradas por este sistema de publicaciones).
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INTRODUCCIÓN: Cuando Dios llamó a Moisés para ser el caudillo de los israelitas, se dio una larga conversación entre Moisés y Dios. Parte de esta conversación en el que Dios inicia el diálogo, dice: “Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel. / Entonces Moisés respondió a Dios: ¿Quién soy yo para que vaya a Faraón, y saque de Egipto a los hijos de Israel? / Y él respondió: Ve, porque yo estaré contigo; y esto te será por señal de que yo te he enviado: cuando hayas sacado de Egipto al pueblo, serviréis a Dios sobre este monte. / Dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros. Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre?, ¿qué les responderé? / Y respondió Dios a Moisés: (????????? ??????? ????????? = ehyeh asher ehyeh) YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: (????????? = ehyeh) YO SOY me envió a vosotros” (Éxodo 3:10-14). Wao, reverentemente tengo que expresar: Qué nombre más raro. Desde Adán hasta Moisés, Dios nunca se había dado a conocer con ese nombre, ni siquiera con aquellos que fueron muy cercanos a Él como Enoc, Noé, y Abraham. La mayoría le conoció como Elohim, otros pocos como Yahveh, pero YO SOY EL QUE SOY, fue algo nuevo. ¿Qué debió significar para Moisés? Seguramente que, en su momento, en su contexto, y en su idioma, ni siquiera Moisés entendió inmediatamente él significado y las implicaciones de este Nombre sagrado, aunque nunca hizo ni una sola pregunta al respecto. Pero, ¿sabrían los egipcios qué identidad representaría este Nombre?, pues este no era ni el Dios, ni el Nombre de ninguno de sus muchos dioses. Sería solamente un nombre extraño que sonaría en sus oídos. Era el Dios no conocido en ninguna cultura, ni siquiera por los de su propio pueblo. El primero en escuchar este sagrado Nombre fue Moisés. Bueno, pero Moisés tenía que decirle especialmente al Faraón, a su corte, y a su pueblo egipcio, pero también a los israelitas, que (ehyeh asher ehyeh) YO SOY EL QUE SOY es el nombre del Dios que estaba enviando a Moisés. Fue hace unos 3,500 años que el Dios único y verdadero se identificó así ante Moisés, su profeta y caudillo. Cuándo usted escucha este Nombre, en medio de nuestra cultura en el que nadie se llama así y ni siquiera con una frase similar, sino que todos tenemos por lo menos un nombre propio, con apellido paterno y materno, ¿entiende usted qué significa este Nombre?
En el mensaje de este momento basado en nuestra lectura bíblica de esta mañana, voy a explicarles que (????????? ??????? ????????? = ehyeh asher ehyeh) YO SOY EL QUE SOY es el Nombre de Dios que indica diversas realidades de su propia naturaleza. / ¿Cuáles son las realidades acerca de la naturaleza de Dios que son indicadas en el nombre YO SOY EL QUE SOY? / En este mensaje les voy a compartir algunas de tales realidades.
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La primera realidad que indica el nombre (????????? ??????? ????????? = ehyeh asher ehyeh, = YO SOY EL QUE SOY), acerca de la propia naturaleza de Dios, es que Él:
I.- ES EL DIOS DE LA EXISTENCIA QUE EXISTE POR SÍ MISMO.
La Septuaginta, una versión griega de los escritos del Antiguo Testamento hebreo, que fueron traducidos por órdenes de Ptolomeo II Filadelfo rey griego de Egipto entre los años 284-246 a. C., traduce la frase Ehyeh asher ehyeh YO SOY EL QUE SOY como ego eimi ho on, que en español se traduce como “Yo soy El SER” o “Yo soy el auto existente”. Correctamente se traduce como YO SOY EL SER, indicando que Él es el origen, la fuente de todo cuanto existe. Al mismo tiempo indica que él auto existe sin que su existencia dependa de algo ajeno a Él. Así que quien se estaba comunicando con Moisés, era nada menos que Dios el Creador, que no fue un Dios creado como algunas religiones presentan a sus dioses; sino el Dios que existe por sí mismo y de quien al mismo tiempo depende la existencia de todo. Un contemporáneo de Jesús, llamado Filón de Alejandría, también conocido como Filón el Judío, un destacado filósofo e historiador, que vivió entre el año 15 antes del nacimiento de Jesús y que murió en el año 45, unos 15 años después de Jesús, quien fue un prolífico escritor con más de 50 escritos, escribió un comentario en latín titulado De vita Moysis, (Vida de Moisés) en dos libros, en el cual presenta una obra biográfica sobre Moisés como legislador, predicador y profeta[1], en el cual cita repetidas veces el griego de la Septuaginta para referirse al nombre hebreo de Dios YO SOY EL QUE SOY, usando YO SOY EL SER, explicando que es a Él a quien pertenece la existencia[2].
El Egipto a donde Moisés tenía que ir a libertar a los israelitas era un país gobernado por faraones. Durante toda su historia desde Narmer su primer faraón desde el 3050 a.C[3]. Egipto fue gobernado por XXX dinastías de faraones, siendo Nectanebo II el último de sus faraones nativos quien los gobernó durante los años 359 a 343 a. C[4]. Después fueron gobernados por quienes adoptaron el nombramiento de faraones que más bien eran extranjeros mayormente griegos. Su último faraón fue una mujer que se llamó Cleopatra VII quien gobernó entre los años 51 al 30 a.C[5]. Pero en cuanto a los faraones propiamente egipcios de todos los tiempos, incluyendo a los faraones de la época de Moisés, eran considerados por su pueblo como casi dioses, personas humanas semi divinas, que evidentemente solo por el título que les es conferido se ostentan como dioses que en la realidad no lo son, aunque su autoridad sea imponente e incluso prepotente. Las primeras dinastías representaban a Horus, a partir de la V dinastía representaban también a Ra, y hasta que morían eran supuestamente fusionados con Osiris y entonces se convertían en dioses inmortales. Dios quería hacerles saber a estos faraones egipcios, especialmente al Faraón en turno, que ellos no son nada más que seres humanos que no podían alcanzar ni siquiera ser semi dioses, porque el único quien es verdadero Dios, es el YO SOY EL QUE SOY, el Dios que existe por sí mismo que no nació de un egipcio, ni de algún humano de otra nacionalidad, sino que todo lo contrario Él es la fuente de la existencia de quien incluso el mismo faraón en turno dependía. Así que solamente el Nombre de Dios era un mensaje para el Faraón de que él no podía ser más que el real y verdadero YO SOY.
Ahora, permítame explicarle que Jesús es el YO SOY EL QUE SOY, quien según el apóstol Pablo, existe no como ser creado sino como representación visible del Dios que es invisible. Dice Pablo acerca de él: “El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. / Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él” (Colosenses 1:15,16). Simple y sencillamente YO SOY EL QUE SOY se hizo visible en Jesús. Así que Jesús es la existencia, y por ser él la existencia, “todo fue creado por medio de él”. Todo depende de él.
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La segunda realidad que indica el nombre (????????? ??????? ????????? = ehyeh asher ehyeh, = YO SOY EL QUE SOY), acerca de la propia naturaleza de Dios, es que Él:
II.- ES EL DIOS INMUTABLE QUE CUMPLE SUS PROMESAS.
Unos 400 años antes, José el patriarca hijo de Jacob que fue maltratado por sus hermanos, siendo gobernador de Egipto, como viceregente de Egipto, contribuyó para que su padre y sus mismos hermanos, vinieran desde las tierras de Canaán y del Neguev a establecerse en la ciudad de Gosén de los egipcios. El Faraón de aquellos tiempos fue bondadoso con toda la familia de José, quien al conocer a sus hermanos le dijo a José: “La tierra de Egipto delante de ti está; en lo mejor de la tierra haz habitar a tu padre y a tus hermanos; habiten en la tierra de Gosén; y si entiendes que hay entre ellos hombres capaces, ponlos por mayorales del ganado mío” (Génesis 47:6). En otro momento, conoció a Jacob el padre de José, y por orden del Faraón “José hizo habitar a su padre y a sus hermanos, y les dio posesión en la tierra de Egipto, en lo mejor de la tierra, en la tierra de Ramesés, como mandó Faraón. / Y alimentaba José a su padre y a sus hermanos, y a toda la casa de su padre, con pan, según el número de los hijos” (Génesis 47:11,12). La historia enfatiza que “Así habitó Israel en la tierra de Egipto, en la tierra de Gosén; y tomaron posesión de ella, y se aumentaron, y se multiplicaron en gran manera” (Génesis 47:27). Todo fue una maravillosa bienvenida en los tiempos de este Faraón.
Pero al iniciar la narración del segundo libro de la Biblia, el Éxodo, una de las primeras realidades que leemos que ocurrió unos 400 años después de José, es que: “Entretanto, se levantó sobre Egipto un nuevo rey que no conocía a José; y dijo a su pueblo: / He aquí, el pueblo de los hijos de Israel es mayor y más fuerte que nosotros. / Ahora, pues, seamos sabios para con él, para que no se multiplique, y acontezca que viniendo guerra, él también se una a nuestros enemigos y pelee contra nosotros, y se vaya de la tierra. / Entonces pusieron sobre ellos comisarios de tributos que los molestasen con sus cargas; y edificaron para Faraón las ciudades de almacenaje, Pitón y Ramesés. / Pero cuanto más los oprimían, tanto más se multiplicaban y crecían, de manera que los egipcios temían a los hijos de Israel. / Y los egipcios hicieron servir a los hijos de Israel con dureza, / y amargaron su vida con dura servidumbre, en hacer barro y ladrillo, y en toda labor del campo y en todo su servicio, al cual los obligaban con rigor” (Éxodo 1:8-14). Así observamos el carácter y política cambiante de los Faraones, semi dioses, candidatos a ser dioses, obviamente falsos.
Pero, en este contexto de acontecimientos, el Dios verdadero se identifica como YO SOY EL QUE SOY, para hacerle saber tanto al Faraón junto con sus egipcios, como a los mismos israelitas, que Él no es olvidadizo, como lo habían sido los Farones. Él ahora estaba revelando su Nombre para que el mundo sepa que el verdadero Dios cumple lo que promete, pues este YO SOY EL QUE SOY, fue quien como 500 años atrás le prometió a Abraham que le daría una tierra que no le dijo dónde, pero quedaba prometido, y no cambiaría de opinión como lo hacen los faraones. Siempre estuvo listo para cumplir su promesa, pero los israelitas no habían nunca estados listos para recibir la promesa, pero ahora llegó el momento. Su abundante descendencia, su miserable condición de esclavos, y la gracia de de este Dios, hacían el momento oportuno. YO SOY EL QUE SOY, tenía que sacarlos del Egipto, y del poder faraónico que los había esclavizado. YO SOY EL QUE SOY, es el Dios que cumple su promesa. Estaba conduciendo el peregrinar de Abraham, de Isaac, de Jacob, y ahora de la multitud de sus descendientes hacia la tierra prometida. Tenerle como Dios es la garantía de que siempre cumplirá su palabra.
Ahora, permítame explicarle que Jesús es el YO SOY EL QUE SOY, porque primeramente su ser es inmutable. Es por eso que el autor de la epístola a los hebreos, al enfatizar la eternidad de Jesús, dice: “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos” (Hebreos 13:8), enfatiza consecuentemente que “es el mismo”, pues no es cambiante ni en naturaleza, ni en su ser. Pero, aprovechando este atributo, él cumplió y sigue cumpliendo la promesa del Padre de redimir del pecado a los pecadores. Al respecto de esta fidelidad de cumplir las promesas del Padre, dice el mismo apóstol que escribió a los hebreos: “Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, / en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo; / el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas, / hecho tanto superior a los ángeles, cuanto heredó más excelente nombre que ellos” (Hebreos 1:2-4). Es claro que Jesús es el inmutable que no cambió ni cambia nunca de opinión, y por eso ganó y hace efectiva la redención de quienes creen en él.
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La tercera realidad que indica el nombre (????????? ??????? ????????? = ehyeh asher ehyeh, = YO SOY EL QUE SOY), acerca de la propia naturaleza de Dios, es que Él:
III.- ES EL DIOS ETERNO PRESENTE EN TODOS LOS TIEMPOS.
Victor P. Hamilton, un teológo y exégeta prominente, sugiere algunas traducciones legítimas de (????????? ??????? ????????? = ehyeh asher ehyeh, = YO SOY EL QUE SOY). Todas sus sugerencias, visto de cualquier modo indican una expresión de eternidad. El Dios verdadero solamente quería comunicar que Él si es eterno, porque realmente lo es. Las traducciones sugeridas son: (1) Yo soy el que soy; (2) Yo soy el que yo era; (3) Yo soy el que seré; (4) Yo era quien soy; (5) Yo era quien yo era; (6) Yo era quien seré; (7) Voy a ser quien soy; (8) Seré quién yo era; (9) Yo seré quien yo seré[6]. Así que este Nombre revelado a Moisés por primera vez en la historia de la humanidad, indicaba la naturaleza eterna del Dios verdadero. Luego de que Dios se identifica como YO SOY EL QUE SOY, inmediatamente le dijo a Moisés: “Así dirás a los hijos de Israel: Jehová, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros. Este es mi nombre para siempre; con él se me recordará por todos los siglos” (Éxodo 3:15), con ello Dios estaba indicando por lo menos que Él existía hace 450 años en los tiempos de Jacob, hace 500 años en los tiempos de Isaac, y hasta hace 550 años en los tiempos de Abraham, tiempo que ningún ser humano de esos tiempos podía vivir. Pero, YO SOY EL QUE SOY, es mucho más que el ser humano más longevo de la historia humana, pues ni siquiera Matusalén se aproxima a Él con todos sus 969 años que vivió; pues la declaración de Dios indica eternidad, más allá de lo que los números pueden expresar. Pero, esta afirmación de Dios era un mensaje que debería conocer el Faraón.
Comparando a YO SOY EL QUE SOY con los faraones egipcios, es notorio que los Faraones no eran más que humanos sujetos al error, al pecado, y a la mortalidad. No pueden ser verdaderos dioses, ni siquiera semi dioses, mucho menos llegarían a ser deidades eternas. Es más, su imperio y reinado como cualquier cosa terrenal por más que hubo tardado varios miles de años, por fin llegó a su fin. Desde Narmer (3050 a.C) hasta el fin de Nectanebo II (343 a.C) fueron 2,707 años de duración. No fueron eternos los faraones. Aun sumando a los faraones griegos o helenísticos como también se les conoce, hasta el fin de Cleopatra VII en el 30 a.C., solamente sumarían 3,020 años en total. Eso no es gran cosa al lado de Dios que se presentó a Moisés encomendándole que le comunicara al Faraón que Él es YO SOY EL QUE SOY. El Faraón no era nada más que un simple mortal que no vivía mucho tiempo, cuando mucho entre 20 a 70 años, casi nada comparado con la eternidad de YO SOY.
Ahora, déjeme explicarle que Jesús es el YO SOY EL QUE SOY, es el Dios eterno que en el Apocalipsis se describe como “el Alfa y la Omega, principio y fin”, y que también dice de sí mismo: “Yo soy […] el que es y que era y que ha de venir” (Apocalipsis 1:8). Él es el eterno. No hay duda de ello. Por eso, dijo a los apóstoles hace casi dos mil años: “he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:20b).
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CONCLUSIÓN: Amados hermanos, es importante profundizar en el conocimiento acerca de Jesús quien, sin ser distinto a Dios el Padre, es el (????????? ??????? ????????? = ehyeh asher ehyeh, = YO SOY EL QUE SOY) Dios de toda la eternidad, de todos los tiempos, por tanto él mismo es el YO SOY EL QUE SOY en la actualidad. Debemos interesarnos en conocer más de lo infinito que representa tan solo su Nombre, pero también lo que representa su persona y su obra. Durante todo este mes, en todos los cultos dominicales tanto por las mañanas como por las tardes, así como durante toda la semana santa, se estará predicando en esta iglesia todas las declaraciones personales de Jesús en los que él siempre proclamó ser YO SOY EL QUE SOY. Está usted invitado a organizar su tiempo y su agenda de compromisos, para no perderse cada uno de estos temas importantes centrados en Jesucristo, que edificarán nuestra fe en él como el Dios del cual procede y depende todo cuanto existe, incluyendo nuestra dependencia en él para nuestra salvación; que edificarán nuestra confianza en él como el Dios que no desiste de sus compromisos y propósitos redentores para con el ser humano, sino que por nosotros lo soportó todo y nos sigue soportando; que edificarán nuestra esperanza en él como el Dios que desde la eternidad está pendiente de todo lo que ocurre en el tiempo “todos los días hasta el fin del mundo” (Mateo 28:20). Tengamos más interés de conocer el significado y las aplicaciones de cada una de las declaraciones “YO SOY…”, de Jesús. Dios bendiga el interés de usted por conocer más de Jesús.
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[1] Filón de Alejandría. https://es.wikipedia.org/wiki/Fil%C3%B3n_de_Alejandr%C3%ADa
[2] YO SOY EL QUE SOY. https://es.wikipedia.org/wiki/Yo_Soy_el_que_Soy (Sección de Judaísmo intertestamentario).
[3] https://es.wikipedia.org/wiki/Fara%C3%B3n
[4] https://es.wikipedia.org/wiki/Nectanebo_II
[5] https://es.wikipedia.org/wiki/Fara%C3%B3n
[6] Hamilton, Victor P. (2011). «If God Knows Your Name, Do You Need to Know His? (3:13-22)». Exodus: An Exegetical Commentary. Baker Books. p. 64.
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