UNA VIDA DE MILAGROS, Por: Diego Teh.

UNA VIDA DE MILAGROS

 Romanos 8:12-17.

Bosquejo elaborado por el Pbro. Diego Teh, para la predicación del domingo 08 de abril 2018, en diversas congregaciones de la iglesia “El Divino Salvador” de la col. Centro, de Mérida, Yucatán.

Este bosquejo corresponde al sermón # 04 de la serie: UNA VIDA CENTRADA EN EL EVANGELIO.

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   INTRODUCCIÓN: ¿Sabe usted qué es un milagro? Por cierto, ¿le han ocurrido milagros a usted?  Y de manera más precisa, ¿el día de hoy está ocurriendo algún o muchos milagros en su vida? Yo quiero pensar que sí están ocurriendo milagros en la vida de usted, aunque usted no se dé cuenta, porque los milagros no son solamente aquellos eventos extraordinarios y visibles que a veces ocurren a otros o a nosotros no habiendo ni explicación científica para saber cómo es que llegaron a ocurrir.  Pero, hay otros milagros que no son visibles, aunque siempre extraordinarios, sin embargo son más cotidianos, pues todos los días nos podrían ocurrir, o más bien, nos deberían ocurrir.  Son este tipo de milagros que quiero pensar que sí están ocurriendo en sus vidas, porque si en nuestra vida no ocurrieran estos milagros, entonces, en vez de superar por medio de Cristo nuestra condición pecaminosa, nos estaríamos hundiendo más y más en la miserable condición de depravación. Pero, Dios en su gracia, ha querido que en nuestra vida ocurran estos milagros inicialmente invisibles porque comienzan en el corazón, pero que luego también se hacen visibles por el cambio de vida que estos milagros producen en nosotros.  Son milagros, no solamente porque no tienen explicación científica, sino porque Dios mismo es quien los produce en quienes dejan que su corazón sea tocado por el poder de Dios.  Según nuestro texto bíblico, quien produce estos milagros, es el Espíritu Santo.

   En el mensaje de este momento, les voy a predicar según los versículos que leímos en Romanos 8, que: El Espíritu Santo de Dios lleva a cabo milagros en la vida de los creyentes en Jesucristo. / ¿Cuáles son los milagros que el Espíritu Santo de Dios lleva a cabo en la vida de los creyentes en Jesucristo? / Basado en los versículos 12 al 17 les voy a presentar alguno de los milagros que el Espíritu Santo de Dios lleva a cabo en la vida de los creyentes en Jesucristo.

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   El primer milagro que el Espíritu Santo de Dios lleva a cabo en la vida de los creyentes en Jesucristo, es que:

I.- HACE MORIR EN EL CREYENTE LAS OBRAS DE LA CARNE.

   Lo primero que observamos que el apóstol Pablo dice en el versículo 13, es que hay un peligro para quienes viven conforme a la carne, pues dice: “porque si vivís conforme a la carne, moriréis” (Romanos 8:13a).  Vivir conforme a la carne, como lo es la embriaguez, la promiscuidad, la adicción a las drogas, y otras muchas cosas más, la única garantía que ofrecen es una vida corta para quienes la practican, porque es verdad que la sentencia de la carnalidad es la muerte, tal como Pablo dice que por la carne “moriréis”.  Pero, la carnalidad no solo causa la muerte prematura del cuerpo, sino también es causa de muerte espiritual que separa de Dios para siempre.

   Sin embargo, cuando uno cree en Jesucristo, y por ello tanto Cristo como el Espíritu de Dios comienzan a vivir dentro de nuestro corazón, el Espíritu Santo lleva a cabo una función muy especial en nuestro ser que consiste en destruir las obras de nuestra carnalidad.  Es por eso que en el mismo versículo 13, el apóstol enfatiza lo siguiente: “mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis” (Romanos 8:13b).  Pasar de muerte a vida, ya sea en lo físico, o ya sea también en lo espiritual y en lo eterno, ¿no es esto un milagro que no tiene explicación científica, y que solo Dios por medio de su Espíritu es quien lo lleva a cabo en nosotros?

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   El segundo milagro que el Espíritu Santo de Dios lleva a cabo en la vida de los creyentes en Jesucristo, es que:

II.- GUÍA DE LO MALO AL BIEN A LOS HIJOS DE DIOS.

   El apóstol Pablo continúa diciendo en los versículos 14 y 15: “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. / Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: !!Abba, Padre!” (Romanos 8:14, 15).  ¿Quiénes son los hijos de Dios? La respuesta es clara: “Todos los que son guiados por el Espíritu de Dios” (v. 14).  ¿Guiados? Esta idea de ser guiados, es usado por San Pablo, recordando la antigua experiencia de los israelitas cuando Dios los libertó de los egipcios, y Él mismo estuvo guiándolos en el desierto por medio de una columna de nube durante el día, y por medio de una columna de fuego durante la noche.  Estas columnas fueron usadas por Dios para manifestar que Él era quien lo estaba guiando durante las 24 horas del día.  De igual manera, aunque no por medio de nube o fuego como en aquellos tiempos antiguos, sino por medio de su Espíritu Santo invisible, siempre guía a los que ahora somos hijos de Él.

   ¿De dónde o de qué, y hacia dónde o hacia qué somos guiados?  Otra vez dice que “no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor” (v. 15a).  Con el término esclavitud, el apóstol también estaba recordando cómo los israelitas cuando fueron libertados de Egipto, se encontraban en “esclavitud” pero aquellos fueron librados de la esclavitud de trabajo; pero ahora, los que creen en Jesucristo, al tener el Espíritu Santo en sus vidas, también son librados de “esclavitud”, pero de la esclavitud del pecado que solo hunde a toda persona a lo más vil, pero en este caso somos librados no para llevarnos a la tierra prometida como la de Canaán que recibieron en su momento aquellos israelitas, sino para llevarnos al cielo prometido que es muchísimo mejor que aquella antigua tierra prometida.  Al ser libres desde ahora, no hay nada que temer pues el Espíritu Santo nos libra de la “esclavitud” del pecado “no […] para estar otra vez en temor”. Es así como el Espíritu Santo nos libra de lo malo al bien.

   Además, el apóstol añade que ahora: “habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: !!Abba, Padre!” (Romanos 8:15b).  Aquí hay una liberación muy importantísima que se puede observar en que si por el Espíritu de Dios nuestro espíritu es adoptado ¿entonces debe haber una paternidad de la que hemos sido desprendidos?  Esto es una realidad cuando uno comienza en la fe en Jesucristo, pues cuando uno no tiene en fe en Jesucristo, la realidad es que uno no tiene como Padre a Dios, sino que el padre espiritual de un no creyente realmente es el diablo, no Dios.  Pero, cuando san Pablo habla de adopción es que por gestión del Espíritu Santo somos adoptados por Dios, ocurriendo así en nuestra experiencia un cambio de padre para que ahora tengamos a Dios como nuestro Padre celestial, a quien hemos comenzado a llamarle Padre, porque ahora reconocemos su autoridad sobre nosotros y nos sometemos a Él para obedecer. ¿No es esto también un milagro que, siendo antes desobedientes a Dios, ahora ya queremos y podemos obedecerle?

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   El tercer milagro que el Espíritu Santo de Dios lleva a cabo en la vida de los creyentes en Jesucristo, es que:

III.- REVELA A NUESTRA VIDA LO QUE SOMOS Y SEREMOS.

   Finalmente, en los versículos 16 y 17, leemos que: “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. / Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados” (Romanos 8:16, 17). ¿Qué es esto de que “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios”?  Nadie puede saber lo que gracias a Dios somos, si el Espíritu Santo no nos lo hiciera entender.  Pero, no solo sabemos que somos hijos sino también herederos, un privilegio que antes no podía tener cualquier hijo sino el primero, pero ahora con Dios todo hijo es heredero.  Pero, no solamente podemos saber lo que ahora somos sino también lo que ahora debemos experimentar “juntamente con él”, y lo que pronto seremos “juntamente con él”.

   Si alguien que habiendo creído en Jesús entiende que es un hijo de Dios, o entiende que es un heredero de Dios que está en espera de su herencia, o que entiende que está en espera de tiempos eternos mejores que los tiempos presentes, no es una irrealidad ni una simple presunción, sino que es un sentimiento real, verdadero, y genuino, producido nada menos que por el Espíritu Santo de Dios.  Este entendimiento ocurre en una persona mediante una intervención divina especial, como fue el caso cuando Pedro el apóstol, quien después de haber comprendido y confesado que Jesús era “el Cristo, el Hijo del Dios viviente” (Mateo 16:16b), Jesús le indicó acerca de este entendimiento de Pedro, que: no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos” (Mateo 16:17b).

  Amados hermanos, el Espíritu Santo está haciendo el milagro de comunicarle a usted que usted es un hijo de Dios, un heredero, etc…  Este entendimiento también es un milagro, porque nunca se genera del conocimiento o entendimiento humano, sino de la revelación especial que el Espíritu de Dios opera en la vida del creyente.

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   CONCLUSIÓN: Amados hermanos, todos los días están ocurriendo milagros de Dios en la vida de todos aquellos que hemos creído en Jesucristo como nuestro Señor y Salvador.  Todo cambio que ocurre en nuestro corazón es obra no de los pastores y otros predicadores del evangelio, sino obra de Dios mismo por medio de su Espíritu Santo.  Dejemos que el Espíritu Santo de Dios haga milagros en nosotros, aunque estos milagros no sean espectaculares a los ojos de los demás.  Lo que importa es que el Espíritu Santo haga en nosotros todo milagro necesario para cambiar nuestra vida a una vida plena de su obra.

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