HERMANOS, ORAD POR NOSOTROS
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2 Tesalonicenses 3:1-2.
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Predicado por el Pbro. Diego Teh, el viernes 28 de septiembre 2018, a las 21:00 horas, en la reunión conjunta de oración del ministerio de oración y el ministerio de congregaciones de la iglesia “El Divino Salvador” de Mérida, Yucatán.
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INTRODUCCIÓN: Entre las últimas palabras de su primera epístola a los Tesalonicenses, el apóstol Pablo como si fuese un clamor a gritos, dice: “Hermanos, orad por nosotros” (1 Tesalonicenses 5:25). Tiempo después cuando el apóstol les escribe a los Tesalonicenses una segunda epístola, les volvió a hacer la misma petición: “Hermanos, orad por nosotros” (2 Tesalonicenses 3:1), que ya hemos leído hace un momento. Pablo, junto con su equipo misionero, habían entendido lo importante que es orar unos por otros, y él en lo personal así lo hacía. Casi todas las introducciones de sus epístolas comienzan con una indicación de que por lo menos él, oraba por sus destinatarios. A veces oraba por otros no estando solo, sino acompañado de otros como es el caso de sus epístolas a los Tesalonicenses, que en sus introducciones, no dice en singular: “Doy gracias”, sino que en el caso de su primera epístola, en plural dice: “Damos siempre gracias a Dios por todos vosotros” (1 Tesalonicenses 1:2), y en el caso de su segunda epístola, dice también en plural: “asimismo oramos siempre por vosotros” (2 Tesalonicenses 1:11). Eso es también lo que el ministerio de oración de esta iglesia hace “por nosotros” para beneficio de la obra de Dios, y para el respaldo y efectividad de “nosotros” por quienes hoy se hace oración. El apóstol Pablo, sabía que orar por otros vale la pena, porque beneficia, y por eso no podía descuidar el pedir que otros oraran por él.
Lo que les voy a predicar basado en estas palabras del apóstol Pablo, es que la oración que hacemos por otros o que otros hacen por nosotros, tiene efecto sobre las circunstancias de todo ministerio cristiano. / ¿Sobre qué circunstancias de todo ministerio cristiano tiene efecto la oración que hacemos por otros o que otros hacen por nosotros? / Siguiendo las palabras del apóstol Pablo a los tesalonicenses, les voy a predicar acerca de DOS de estas circunstancias.
La primera circunstancia de todo ministerio cristiano sobre la cual tiene efecto la oración que hacemos por otros o que otros hacen por nosotros, es:
I.- CUANDO LA OBRA DE DIOS ESTÁ ESTANCADA, o AUN EN AVANCE.
Una de las primeras razones con la que el apóstol justifica su petición a los hermanos de Tesalónica es “para que la palabra del Señor corra y sea glorificada” (2 Tesalonicenses 3:1). Creo que en ese momento el apóstol Pablo no estaba lamentando el estancamiento de alguna de las obras que había iniciado. Es más, los tesalonicenses también estaban por su propia iniciativa divulgando la palabra a otras ciudades y regiones (cf. 1 Tesalonicenses 1:8), y se estaba dando una gran explosión de avivamiento con el evangelio. En términos generales, tanto Pablo, su equipo, y las nuevas iglesias que estaban dedicadas a divulgar su nueva fe, estaban contentos en ver cómo el evangelio se estaba expandiendo cada vez a nuevos lugares. Esto es lo que hacía feliz y apasionado al apóstol Pablo cuando al pedir oración, inmediatamente dice que su motivación era “para que la palabra del Señor corra y sea glorificada”, o sea, para que la obra que, aunque no estaba estancada sino avanzando, aun así, siga avanzando más. Esta era su buena motivación para pedir oración.
Amados hermanos, en nuestra experiencia local como iglesia tenemos en este momento ambas experiencias. Tenemos lugares donde la obra del evangelio está estancada, pero tenemos también un lugar donde está avanzando. Donde está estancado se tiene que destrabar con la oración por esta obra. ¿Recuerdan qué fue lo que hizo Nehemías estando en Susa, Persía (ahora de Irán), cuando se enteró que hacía mucho tiempo que nadie hacía nada para reconstruir los muros y puertas de los muros de la ciudad de Jerusalén? Lo que hizo fue orar a Dios para exponerle la situación, y desde entonces Dios comenzó a mover su cielo, mar y tierra para destrabar y recuperar el tiempo perdido.
Donde la obra de Dios está avanzando, no por ello no se necesita oración, sino que igualmente también se necesita oración desde luego para un mayor avance, pues el mismo apóstol Pablo en su ministerio floreciente y siempre progresivo, a pesar de todos los logros que iban conquistando durante su ministerio, pide oración argumentando “para que la palabra del Señor corra y sea glorificada”. La oración sirve para este fin. Dios conceda después de esta reunión de oración, más avance en todos los lugares donde esta iglesia somos responsables de llevar a cabo la obra de Dios.
La segunda circunstancia de todo ministerio cristiano sobre la cual tiene efecto la oración que hacemos por otros o que otros hacen por nosotros, es:
II.- CUANDO LA OBRA DE DIOS ES OBSTACULIZADA POR PERSONAS.
La segunda razón con la que justifica Pablo, la petición de oración por él y su equipo de trabajo es: “… para que seamos librados de hombres perversos y malos; porque no es de todos la fe” (2 Tesalonicenses 3:2). Cómo nos gustaría eliminar a estos hombres perversos y malos, que se infiltran en la obra de Dios solamente para estorbar a los hermanos, y en consecuencia para obstaculizar la obra que se debe realizar, pero no tenemos que hacerlo a menos que hayamos antes orado por ellos para que la misericordia de Dios les asista. Cuando Jesús ilustró con la presencia de la cizaña dentro del cultivo del trigo, lo que se debe hacer con las personas perjudiciales, explicó que los siervos del dueño del trigal preguntaron: “¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos?” (Mateo 13:28), pero el dueño les dijo: “No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo. / Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero” (Mateo 13:29,30). Es por eso, que nosotros también no podemos hacer nada en contra de los que a veces o permanentemente estorban la obra de Dios. Llegan a haber de estas personas.
Pero, nuestra manera de desarmarlos de sus perversidades y maldades es orando nosotros mismos, y que otros nos ayuden a orar “por nosotros”, para que estos no nos dañen a nosotros ni a otros. Es por eso que la segunda razón con la que justifica Pablo, la petición de oración por él y su equipo de trabajo es: “… para que seamos librados de hombres perversos y malos; porque no es de todos la fe” (2 Tesalonicenses 3:2). ¿Saben cómo le hacían los hermanos de las comunidades donde a partir de esta iglesia se les llevó el evangelio, cuando los líderes eran hasta apedreados? Ellos nunca respondieron con agresión, sino solamente oraban y oraban a Dios. Poco a poco los que no eran de la fe, se fueron calmando. ¿Se acuerdan qué hicieron los primeros creyentes en Jerusalén cuando Juan y Jacobo fueron encarcelados y amenazados con mayores consecuencias si seguían predicando a Jesús resucitado? Hicieron lo mismo, oraron, y por ello recibieron poder del Espíritu Santo, y siguieron trabajando en la obra de Dios de hablar del evangelio.
Amados hermanos, si oramos, o si alguien ora por los que trabajan en la expansión del evangelio, el final es que será Dios quien librará de estas personas, a sus siervos, iglesias y congregaciones. Debemos pedir primeramente la misericordia de Dios para estas personas para que entiendan el evangelio.
CONCLUSIÓN: Amados hermanos, hay más circunstancias que surgen en nuestro trabajo en la obra de Dios. Por todas esas circunstancias tenemos la responsabilidad de orar a Dios para que Él sea quien produzca los efectos necesarios para que Su obra se desarrolle sanamente. Hoy ha sido y será una bendición el habernos reunido a orar tanto por otros como “por nosotros”. Nuestras oraciones no quedarán sin efecto favorable, porque Dios no desampara su propia obra redentora; por eso encargamos a este ministerio de oración, que OREN POR NOSOTROS. Los pastores pedimos OREN POR NOSOTROS. Los demás ministerios de la iglesia nos piden a todos: OREN POR NOSOTROS. Los hermanos de esta iglesia con grito de auxilio nos piden a todos: OREN POR NOSOTROS.
Amados hermanos, no será una pérdida de tiempo reunirnos una y otra vez para orar por otros y “por nosotros”. Dios, en su momento hará como le dijo a Jeremías: “yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces” (Jeremías 33:3).
Dios bendiga nuestros ministerios.
Pregunta:
Por qué pedimos oración y no oramos directamente? Creemos que entre mas personas oran por lo mismo Dios escucha mejor? Creemos qué tal vez a nosotros Dios no nos oye?
Por qué Pablo hombre tan cerca al corazón de Dios, pedía oración? Acaso sentía que sus propias oraciones no eran contestadas?