EL PLAN DE DIOS PARA EL HOMBRE ACTUAL, Por: Diego Teh.

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EL PLAN DE DIOS PARA EL HOMBRE ACTUAL

Varios textos.

Predicado por primera vez por el Pbro. Diego Teh Reyes, en la iglesia “El Divino Salvador” de Mérida, Yuc; el domingo 06 de Abril del 2014, a las 18:00 horas.

 

    INTRODUCCIÓN:   Existe una antigua leyenda griega conocida como la paradoja de Teseo o como el barco de Teseo.  La leyenda consiste en presentar el caso de un antiguo barco conservado desde la época de Demetrio de Falero (350 – 282 a.C), un político y filósofo ateniense expatriado que parece ser el hombre quien en Egipto aconsejó a Ptolomeo I  que se tradujeran las Escrituras hebreas al griego en la versión conocida como La Septuaginta[1].  Pero la leyenda en cuestión fue escrita por un tal Plutarco (no el político y filósofo ateniense contemporáneo de Demetrio, sino otro Plutarco historiador, biógrafo, y ensayista también griego que vivió entre el 46 – 120 d. C.)[2], es decir aproximadamente 450 años después del legendario barco de Teseo.   Plutarco dice que: “El barco en el cual volvieron (desde Creta) Teseo y los jovenes de Atenas tenía treinta remos, y los atenienses lo conservaban desde la época de Demetrio de Falero, ya que retiraban las tablas estropeadas y las reemplazaban por unas nuevas y más resistentes, de modo que este barco se había convertido en un ejemplo entre los filósofos sobre la identidad de las cosas que crecen; un grupo defendía que el barco continuaba siendo el mismo, mientras el otro aseguraba que no lo era”3].  Ustedes ¿qué piensan? 450 años después de haber sido eventualmente reemplazadas todas sus tablas y remos ¿sigue siendo el mismo barco u otro?   Y si con las mismas tablas retiradas aunque dañadas hubieran construido un nuevo barco ¿cuál sería el barco de Teseo? ¿El que ha sido reparado poco a poco y de tiempo en tiempo con piezas completamente nuevas, o el que después fue construido también poco a poco y de tiempo en tiempo con las mismas tablas originales que se fueron retirando del antiguo barco?.   Es difícil de responderlo ¿verdad?.

   En el mensaje que hoy me asignaron presentarles a ustedes, cuyo título es: EL PLAN DE DIOS PARA EL HOMBRE ACTUAL, tengo que dejar claro primeramente que Dios no ha tenido dos planes distintos, uno para el hombre antiguo y otro para el hombre actual, sino que siempre ha tenido un solo plan tanto para el hombre antiguo como para el hombre actual; y lo segundo que tengo que dejar claro es que no hay diferencia esencial en la naturaleza del hombre antiguo y del actual.  Esencialmente, como el barco de Teseo, en su naturaleza el hombre actual es el mismo creado por Dios desde el principio a pesar de su progreso en los siglos transcurridos; es el mismo a pesar del desarrollo tecnológico actual tan acelerado más que en otros tiempo; es el mismo aunque en su actualidad o modernidad y postmodernidad ha mejorado en cuestiones científicas, académicas, etc…; es el mismo porque en su espiritualidad sigue siendo el mismo ser humano pecador de todos los tiempos, necesitado de la sublime gracia de Dios.

   Así que aun cuando yo hable del hombre actual muy desarrollado en los aspectos industrial y académico, y en otras áreas; me referiré a él solamente en cuanto al único y antiguo plan de Dios que tiene para la vida de este hombre actual en cuanto al área espiritual que por lo general tiene muy descuidado.  //   ¿Cuál entonces es el plan único y tan antiguo de Dios que sigue siendo su plan para el hombre actual?   //  A través de varios textos bíblicos desarrollaré la siguiente exposición, explicando en qué consiste el plan de Dios para el hombre actual quien esencialmente no difiere en naturaleza al primer ser humano y de todos los siglos pasados.

   En primer lugar, el plan de Dios para el hombre actual consiste en que:

I.- QUIERE QUE DISFRUTEMOS DE SU AMOR ETERNO.

   Vamos a reflexionar de la siguiente manera: Si Dios desde antes de crear al ser humano sabía que seríamos pecadores y que le costaría la muerte de su propio Hijo ¿por qué decidió Dios crear a la humanidad?   ¿No mejor se hubiera evitado Dios la molestia de observar que muchas veces preferimos lo malo y no lo bueno?.  Bueno, si usted y yo fuéramos los creadores de algo que sabemos nos va a causar problemas serios, pues mejor allí lo dejamos ¿no?, pero en el caso de Dios, NO fue así, sino que puso en acción la solución correspondiente no hace un mil novecientos ochenta y un años[4], sino desde la eternidad misma.   Por eso leemos acerca de Cristo, en el Apocalipsis de Juan, que Cristo es el Cordero, que “fue inmolado (no en la Jerusalén del siglo I, sino) desde el principio del mundo” (Apocalipsis 13.8) para solución a la ya prevista condición de vida que el ser humano adoptaría.  Con estas palabras del Apocalipsis, descubrimos que el único motivo de Dios para crear a la humanidad sabiendo que no seremos nada santos ni obedientes, fue solamente por amor.   Su amor se ve reflejado en que su Hijo (el Cordero) desde el principio del mundo ya se veía comprometido como precio del rescate del humano pecador.  Así vemos que el plan de Dios para el hombre MÁS ANTIGUO es hacerle sentir su amor a pesar de que el primer hombre decidió desobedecer.    Igualmente cuando Dios durante los dos mil años anteriores a Cristo, elige a toda una nación, la de Israel, le comunicó en una de tantas ocasiones: “… Con amor eterno te he amado; por tanto te prolongué mi misericordia” (Jeremías 31:3).  Ese amor eterno que había sido su plan desde un principio para la humanidad, lo ofrece de manera muy especial a aquellos a quienes elige para ser su Dios y Salvador.   Después de la vida, muerte, y resurrección de Jesús, el apóstol Juan, previa analogía de un antiguo acontecimiento, escribe: “Porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su Hijo unigénito para que todo aquel que en él cree no se pierda más tenga vida eterna” (Juan 3:16).   Así entendemos que el único plan de Dios para el hombre de todos los tiempos, como el actual, es que este disfrute el amor eterno de Dios.

   Amados hermanos, en medio de los avances de nuestro siglo XXI, Dios no ha cambiado su plan para con los seres humanos de nuestra época.  Es claro que creó a nuestra raza humana por amor, y a pesar de nuestra naturaleza pecaminosa que amerita que seamos fulminados y exterminados por la santísima justicia de Dios, no lo ha hecho ni lo hará por amor a nosotros.

   En segundo lugar, el plan de Dios para el hombre actual consiste en que:

II.- QUIERE QUE DISFRUTEMOS DE SU AMOR POR MEDIO DE JESÚS.

   Cuando Jesús estuvo aquí en esta tierra, hablando de su comprometida misión, dijo acerca de sus discípulos y de la gente que creyó en él en aquel entonces: “Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos” (Juan 15:13).  Cuando él menciona “amigos”, se refería con esta palabra a toda la gente a partir de su nacimiento hasta con el hombre actual; y cuando habla de poner “su vida” está describiendo el “mayor amor” que nadie más puede brindar por el hombre actual dando su vida como costo de la decisión de habernos creado.  Él pudo evitar crearnos y allí se acabaron los ‘dolores de cabeza’ para Dios, pero como su plan siempre fue demostrar que nos creó por amor a pesar de lo que seríamos, pue esto incluyó no solamente a Adán sino a todas las generaciones hasta el hombre actual y del futuro.   Jesucristo es el amigo que por amor a nosotros los humanos, dio su vida para ser rescatados del pecado y sus consecuencias.   Él es el ejecutor del amor de Dios, para que en él vivamos su plan eterno.  Es eso que dice el apóstol Pablo a los Romanos Mas Dios muestra su amor para con nosotros en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8).   Así podemos entender que el plan de Dios para el hombre actual y de todos los tiempos es disfrutar del amor redentor de Dios solamente por medio de Jesús.

   El amor de Dios por medio de Cristo quiero explicarlo de la siguiente manera:  La justicia de Dios exigía que el ser humano que pecó solamente él debe pagar su culpa con su propia vida derramando su propia sangre hasta morir, pero que para dar su propia vida como el pago de su culpa, el hombre tenía que ser totalmente santo, sino no puede ser aceptado su pago.   Era una exigencia imposible para el ser humano, pero en el plan de Dios estaba que su amor haría que él se encarnara como uno de nosotros.  Así que Jesús se hace hombre, y como dicen Isaías y Pedro acerca de él: “nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca” (Isaías 53:9), y “no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca” (1 Pedro 2:22).   En otras palabras, Jesús fue el hombre santo que representándonos podía y pudo pagar nuestra culpa de una manera aceptable para la justicia de Dios.  Por eso dice el apóstol Pablo a los Corintios: “Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos.  Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados” (1 Corintios 15:21,22).  Es por eso que Dios quiere que disfrutemos su amor no solamente sintiéndonos apapachados con muchas bendiciones de su gracia común sino por medio de su Hijo Jesucristo quien nos sacó de nuestra condición de donde nunca podríamos salir.

   Amados hermanos, dice la Escritura que “…en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:12).   Se refiere al nombre de Jesús.   Es decir, solamente por medio de Jesús hay salvación.  El que no acude a él no puede gozar del amor eterno de Dios.   Podrá gozar de los amores temporales Dios como el poder respirar mientras vivamos, como el ser sustentado por el amor de Dios, como el ser sanado de nuestras enfermedades en muchas ocasiones, pero el plan de Dios es que en Jesucristo disfrutemos de su amor eterno que nos lleva a la vida celestial.  Este amor así como lo fue para las generaciones humanas más antiguas, lo es también para el hombre actual.

   En tercer lugar, el plan de Dios para el hombre actual consiste en que:

III.- QUIERE QUE ANUNCIEMOS EL AMOR DE JESÚS.

   Desde un principio fuimos creados “a imagen y semejanza de Dios”.   Por amor puso en nuestra humanidad, características que son propias de la naturaleza divina, como el amor, la sabiduría, la voluntad, la inmortalidad del alma, etc… obviamente no en la misma plenitud cómo Él las posee.   Sin embargo, esa semejanza que compartimos con Él es la expresión de su amor por nosotros.

   El apóstol Pedro en su primera epístola universal escribe diciendo a todo creyente: “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable” (1 Pedro 2:9).   Aquí encontramos manifestada la voluntad de Dios para nosotros los hombres de esta época que hemos sido alcanzados por el amor eterno de Dios al ser escogidos inmerecidamente dentro de los que se pierden, al ser hechos sacerdotes de Dios, al ser hechos pueblo consagrado de Dios, y al ser adquiridos por Dios a precio de la vida de su propio Hijo.  La voluntad de Dios es que anunciemos las virtudes de Jesús el que nos “llamó de las tinieblas a su luz admirable”.

   Amados hermanos, el maligno, nuestra desobediencia, y el pecado, solamente lograron que la imagen de Dios en nosotros sea opacada; sin embargo, “la luz del evangelio de la gloria de Cristo” (2 Corintios 4:4) nos ha restaurado para que nos demos cuenta que el amor de Dios está presente en nuestras vidas, y para que una vez que experimentemos esa gracia divina la anunciemos a otros.  Les invito a que cada uno de ustedes unan sus esfuerzos al programa de proclamación del evangelio que tenemos como iglesia, pues a través de ello estaremos anunciando las virtudes de Cristo, y así estaremos cumpliendo su plan eterno por medio de Jesucristo.

   CONCLUSIÓN: Amado hermano, a manera de resumen, comprenda usted que el plan de Dios para usted como ser humano postmoderno es que a pesar de los errores que Dios previó que usted cometería, Él quiso que usted existiera para que usted comprenda Su amor; luego Él desde la eternidad planeó inmolar a su propio Hijo por amor a usted, y lo cumplió aquí en la tierra en época de Poncio Pilatos, para que usted siga sintiendo el gran amor que le tiene; pero ahora Él quiere que usted proclame su amor a otros que todavía no se dan cuenta de que Él los ama.  Que Dios bendiga esta palabra y que produzca en usted una respuesta de obediencia y amor a Dios.  Su plan de amor manifestado en la creación y en la salvación, quiere que usted lo manifieste a la gente mediante la proclamación.


[4] 2014 años de la Era Cristiana, menos los 33 años de Jesús cuando fue crucificado, da un resultado de 1981 años de su muerte expiatoria.

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