EL DESAFÍO DE CREER EN CRISTO RESUCITADO.
Job 19:25-27; y 1 Corintios 15:1-20.
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Predicado por el Presbítero: Diego Teh Reyes, el domingo de resurrección 21 de abril 2019, a las 06:00 horas, en la iglesia “El Divino Salvador” de Mérida, Yucatán.
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Fue más breve que lo habitual por la presentación de la cantata: ¡Aleluya! ¡Cristo Vive!, de John W. Peterson, por el coro “Galaad”, cuya duración es de 45 minutos aproximadamente.
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Este sermón corresponde al número 16 de la serie: DESAFÍOS PARA LA IGLESIA, basado en la Primera epístola de San Pablo a los Corintios.
INTRODUCCIÓN: En 1 Corintios 15, especialmente en los versículos 3 y 4, el apóstol les recuerda a los Corintios que sus primeras enseñanzas a ellos, fue acerca de la muerte, sepultura, pero más ampliamente acerca de la resurrección de Jesús. Pablo les dice: “Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; / y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras” (1 Corintios 15:3.4). E inmediatamente les presenta una lista de 6 apariciones que Jesús hizo a diversas personas, incluyendo al apóstol quien escribe esta historia (cf. vv.5-8). El capítulo 15, por cierto, es el más extenso de sus dos epístolas a los Corintios, pues contiene 58 versículos en los que San Pablo presenta bastantes detalles no solamente de la realidad de la resurrección de Jesús, sino de los EFECTOS que ocurren en la vida de los que creen que él resucitó.
Por eso en este mensaje les voy a predicar que: La realidad de la resurrección de Cristo tiene EFECTOS para la vida espiritual de los que creen en su resurrección. / ¿Cuáles son los EFECTOS de la realidad de la resurrección de Cristo para la vida espiritual de los que creen en su resurrección? / En 1 Corintios 15:1-20, podemos encontrar alguno de los mencionados EFECTOS para los que creen en la resurrección de Jesucristo.
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El primer EFECTO de la realidad de la resurrección de Cristo para la vida espiritual de los que creen en su resurrección, es:
I.- EL EFECTO DE PERDÓN.
Después de responder a los que dicen que la resurrección no es posible en ninguna persona, San Pablo les añade lo siguiente: “Y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados” (1 Corintios 15:17). Pero como la realidad que el apóstol proclama y argumenta es que Jesús SÍ resucitó, entonces su resurrección tiene EFECTO sobre “nuestros pecados”.
Si Jesús solamente hubiese muerto, ningún valor ni bien hubiese tenido su muerte, pero al no ser retenido por el poder la muerte, ello garantiza que “nuestros pecados” son perdonados. Es por eso que ahora se puede decir que todo creyente no nos encontramos esclavizados al pecado ni condenados por ello, sino que gracias a que Cristo resucitó, su muerte nos hizo verdaderamente libres de toda culpa de pecado.
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El segundo EFECTO de la realidad de la resurrección de Cristo para la vida espiritual de los que creen en su resurrección, es:
II.- EL EFECTO DE SALVACIÓN.
El apóstol Pablo sigue explicando que si fuese verdad que Cristo no resucitó como muchos decían, según el versículo 18: “Entonces también los que durmieron en Cristo perecieron” (1 Corintios 15:18), es decir, que no fueron salvos, lo cual no es así. Como en realidad, Cristo SÍ resucitó, el EFECTO que ello tiene es que cuando llega el fin terrenal de la vida de una persona que cree que Jesús es su Salvador, ningún creyente perece en la condenación eterna, sino que son salvados de la condenación.
Perecer, en el vocabulario de la Biblia significa que tras la muerte de una persona por su condición de pecador no tiene esperanza de salvación, uno queda automáticamente condenado para ir directamente al infierno del eterno perecimiento; pero gracias a que Cristo resucitó, se hace efectivo en todo creyente el EFECTO de ser salvado del perecimiento eterno.
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El tercer EFECTO de la realidad de la resurrección de Cristo para la vida espiritual de los que creen en su resurrección, es:
III.- EL EFECTO DE RESURRECCIÓN.
El apóstol Pablo continuando con su exposición de que la realidad es que Jesucristo SÍ resucitó, explica en los versículos 20 y 21: “Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho. / Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos” (1 Corintios 15:20-21). Es decir, a partir de que Jesucristo resucitó, comenzó la realidad de la segura resurrección gloriosa de los creyentes, porque será único en su tipo, perfeccionando totalmente el cuerpo humano, eliminando todo vestigio de pecado e imperfección que antes hubo en él, porque solamente así podrá entrar al reino eterno de los cielos de Dios.
Aunque Dios, en el pasado resucitó a otras personas, todas fueron para que vivan solamente por un tiempo más, pero en el caso de Jesús fue el primero para no morir nunca más; por eso le llama: “primicias de los que durmieron es hecho”, pero el día que él vuelva a este mundo y se lleve a cabo la resurrección de los muertos, los creyentes en Jesucristo TODOS resucitarán para recibir el eterno estado perfecto que nunca antes un ser humano ha podido tener en cuerpo y alma. Amados hermanos, gracias a que Jesús resucitó, nosotros también seremos resucitados.
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CONCLUSIÓN: Hay más EFECTOS que se producen o producirán en todas las personas que creen en la resurrección de Jesucristo y que le reciben a él como su único y suficiente Señor y Salvador; pero en este momento solamente les compartiré estos 3 EFECTOS que les he compartido brevemente, para que tengamos oportunidad de edificarnos con la primera de dos, y larga cantata “Aleluya, Cristo Vive”, por John Peterson, que se está presentando en este culto de las 6:00 horas. Mientras tanto, fortalezcamos nuestra fe en que Jesucristo resucitó, y vive para siempre. Al haber resucitado se hace seguro nuestro perdón, nuestra salvación eterna, y nuestra resurrección gloriosa, motivos por los cuales él dio su vida por nosotros.
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