BENEFICIOS CAPACITANTES DEL OÍR CON FE; Por: Diego Teh.

BENEFICIOS CAPACITANTES DEL OIR CON FE

Jonás 4:1-11; Gálatas 3:1-5.

Predicado por el Presbítero: Diego Teh Reyes, el domingo 8 de septiembre 2019, a las 11:00 horas, en la iglesia “El Divino Salvador” de Mérida, Yucatán.

Este sermón corresponde al número 7, de la serie: EL VERDADERO EVANGELIO, basado en la epístola de San Pablo a los Gálatas.

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   INTRODUCCIÓN: Una de las frases con la que a los yucatecos nos identifican en otros estados de nuestro país, es la frase: “lo busco pero no lo busco”. Esto se debe a que no distinguimos entre la palabra buscar y la palabra encontrar.  Para nosotros significa lo mismo, aunque en realidad buscar es hacer lo necesario para encontrar o hallar a una persona o una cosa, y entonces podemos decir que le hemos hallado o encontrado. Igualmente ocurre con la palabra oír y escuchar que no significan lo mismo.  Oír es simplemente percibir por el oído algún sonido, o lo que alguien dice; y escuchar es poner atención voluntaria e intencionalmente para oír algo o a alguien[1].  Sin embargo, en algunos lugares, quizá como aquí en Yucatán se usan de manera indistinta, y no es problema mientras se puedan entender quienes así se comunican.  Por eso, no se preocupe tanto.  En el español de nuestras biblias, especialmente la versión Reina-Valera 1960, muchas veces se usa indistintamente estas dos palabras: oír y escuchar.  Como ustedes pueden observar en nuestra lectura bíblica de Gálatas 3:1-5, en dos ocasiones el apóstol Pablo utiliza la palabra “oír”, y la complementa con la frase: “con fe” (primero en el versículo 2) cuando les pregunta a los Gálatas: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe?” (Gálatas 3:2b); (y segundo en el versículo 5) cuando les afirma junto con una pregunta, diciendo: “Aquel, pues, que os suministra el Espíritu, y hace maravillas entre vosotros, ¿lo hace por las obras de la ley, o por el oír con fe?” (Gálatas 3:5).  En los dos casos, aunque el apóstol utiliza la palabra “OÍR” refiriéndose a la predicación del evangelio, este “OÍR” no significa únicamente percibir las palabras que les dijo el apóstol en sus predicaciones y enseñanzas, sino que implica que aquellas personas según la NTV realmente “escucharon” prestando atención cuando les fue predicada la palabra de Dios que según la NVI esa acción de “oír con fe”, fue el acto “con que aceptaron el mensaje”.  Así que “oír con fe”, también implica el significado de escuchar con atención y con disposición de aceptar el santo evangelio que se predica.  Y la fe que uno aplica en la palabra de Dios cuando la escucha es verdaderamente capacitante.

   En este momento, basado en nuestra lectura de Gálatas 3:1-5, voy a predicarles lo siguiente, que: “Oir con fe” la palabra de Dios que se predica resulta en BENEFICIOS capacitantes. / ¿En qué BENEFICIOS capacitantes resulta el oír con fe la palabra de Dios que se predica? / En el texto bíblico encontramos la mención implícita acerca de los BENEFICIOS capacitantes.

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     El primer beneficio capacitante en el que resulta el “oír con fe” la palabra de Dios que se predica, es:

I.- ENTENDER CON CLARIDAD EL EVANGELIO.

   Lo que ahora quiero que observen es que al principio del versículo 1 después de llamar insensatos a los Gálatas creyentes, inmediatamente les hace una pregunta que, en sus tres primeras palabras les dice: ¿quién os fascinó…?  Fascinar consiste en atraer irresistiblemente.  La pregunta del apóstol indica: ¿quién les atrajo la atención tan irresistiblemente, de modo que desviaron su atención del evangelio de Jesucristo a otra enseñanza que les ha engañádo?  Otras versiones de la biblia en español, como La Nueva Versión Internacional traducen esta palabra diciendo: “¿Quién los ha hechizado a ustedes, …” (NVI). La version Dios Habla Hoy, la traduce diciendo: “¿Quién los embrujó?” (DHH); la Traducción en Lenguaje Actual la traduce diciendo: “¡Hasta parece que estuvieran embrujados!” (TLA).  Todas estas palabras indican la astucia con la que los falsos maestros buscan confundir a los creyentes para apartarlos de la verdadera fe.  Tiene el sentido como cuando las serpientes hipnotizan con la mirada a sus presas quienes se quedan estáticas y emocionadas en mirar a la serpiente, que cuando son atacadas por ella, ni cuenta se dan de ello.  Así se les había sucedido a los Gálatas que fueron atraídos y engañados por los falsos maestros, que primeramente les fascinaron atractivamente con sus palabras y malas interpretaciones de la ley de Dios que a ellos les pareció que era la verdad, pero no eran más que mentiras que les estaba apartando del verdadero evangelio de la gracia de Dios.

  El complemento de esta pregunta del versìculo 1, dice: “¿quién os fascinó … (omitimos por el momento la frase: “para obedecer a la verdad”, y leemos:) a vosotros ante cuyos ojos Jesucristo fue ya presentado claramente entre vosotros como crucificado?” (Gálatas 3:1).  El apóstol Pablo les recalca que desde el principio cuando él les predicó el mensaje del evangelio de Jesucristo fue presentado a ellos “claramente”; y como en ese entonces, desde la primera vez ellos oyeron “con fe” la predicación del evangelio, entonces entendieron muy bien la buena noticia de salvación que les fue predicado.  Dios les capacitó PARA PODER ENTENDER CON CLARIDAD EL EVANGELIO.  Cuando la fe se aplica en la palabra de Dios hay verdadero entendimiento del evangelio, pero cuando la fe se pone en una persona o falsa doctrina no hay más que confusion y condenación.  Por eso, por haber puesto su fe en los fascinadores, hechizadores, y embrujadores que con un falso envangelio les enseñaban que Cristo no era suficiente para salvación, se estaban confundiendo, dejando de entender el evangelio, y alejándose de ello.

   Amados hermanos, todos los que hemos recibido como nuestro Señor y Salvador a Jesucristo, fue porque antes hemos recibido de Dios el don de la fe, sin la cual no hubiésemos tenido la capacidad de creer en Jesucristo.  Y ahora que somos creyentes quedamos siempre capacitados para poder seguir creyendo las verdades del evangelio que se nos predica y enseña con la palabra de Dios como fundamento, porque Dios no nos retira la fe, sino que nos la deja para siempre.  De esta manera, Dios nos regala el don de poder entender “claramente” todas las veces su evangelio.  Tengamos fe en el evangelio que se nos predica una y otra vez, pues solamente “con fe” podemos entender a Dios y su plan de salvación.

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   El segundo beneficio capacitante en el que resulta el “oír con fe” la palabra de Dios que se predica, es:

II.- PODER OBEDECER A LA VERDAD.

   Lo que ahora quiero que observen es que desde que en el versículo 1 les llama insensatos y mediante una pregunta les hace ver que se habían alejado del evangelio, les dice: ¿quién os fascinó para no obedecer a la verdad, a vosotros ante cuyos ojos Jesucristo fue ya presentado claramente entre vosotros como crucificado?” (Gálatas 3:2b).  Relacionando esta pregunta con el significado de “oír con fe” mencionado en el versículo 2, nos podemos dar cuenta que cuando una persona oye “con fe”, la palabra de Dios, o sea, el evangelio, el resultado es que uno puede: OBEDECER A LA VERDAD.

   Lamentablemente, hay quienes escuchan la palabra de Dios, NO “con fe” porque no quieren obedecer a Dios, sino como los fariseos de los tiempos de Jesús que solamente querían escuchar de él incluso la verdad, pero para usarla en contra de él.  En los evangelios leemos que buscaban a Jesús para preguntarle algo, pero con el fin de “tentarle”, esperando que él les responda algo con el cual pudiesen acusarle y juzgarle (cf. Mateo 16:1; 22:35; Marcos 8:11; 10:2; Lucas 11:16).  Esta no es una buena actitud para OÍR la palabra de Dios.  Aunque los fariseos prestaban cierta atención no era “con fe” sino solamente para cavilar con qué palabra, aunque fuera la verdad, atacarían a Jesús. Fueron como las personas de la actualidad que en vez de estar atentos a encontrar su edificación en la predicación, solamente están calificando tanto la predicación como al predicador, buscando errores de pronunciación, y otros detalles. Y finalmente, por ello, no son capacitados PARA OBEDECER A LA VERDAD, porque ni siquiera tienen esa intención en sus mentes.

   En un caso ocurrido en Antioquía de Pisidia, una ciudad donde el apóstol Pablo tuvo la oportunidad de predicar en una sinagoga, en la que penosamente no los feligreses de la sinagoga sino sus dirigentes, después de haber oído la lectura de las Escrituras, y después de haber oído la predicación del evangelio, dice la historia de los Hechos de los Apóstoles, que: viendo los judíos la muchedumbre (de los que creían la predicación del evangelio), se llenaron de celos, y rebatían lo que Pablo decía, contradiciendo y blasfemando” (Hechos 13:45; cf. v. 15).

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   El tercer beneficio capacitante en el que resulta el “oír con fe” la palabra de Dios que se predica, es:

III.- VIVIR CONFORME AL ESPÍRITU.

   En la segunda pregunta del versículo 3, leemos que el apóstol Pablo les dice a los Gálatas: “¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne?” (Gálatas 3:3b).  Es obvio que como comenzaron “con fe”, recibieron el Espíritu Santo que les conduce a vivir de una manera espiritual apegada a vivir la voluntad de Dios, pero cuando su fe la desviaron de la palabra de Dios y de Jesucristo, entonces, el resultado será que ahora comenzarían a vivir de manera carnal.  La falta de fe en Dios, en su palabra, y en su Hijo Jesucristo, lleva al ser humano, a vivir conforme a sus deseos carnales.  Pero cuando la fe está en Dios, su palabra, y su Hijo, entonces, uno puede ser una persona espiritual.

   Esto es amados hermanos, lo que el apóstol Pablo les dijo también a los romanos, al escribirles: “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu” (Romanos 8:1).

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  CONCLUSIÓN: Amados hermanos, solamente cuando la palabra de Dios es oída con fe, entonces tiene su efecto redentor en una persona.  Así se los explicó también el mismo apóstol Pablo a los Tesalonicenses cuando en su primera epístola que les envió les dijo: “Por lo cual también nosotros sin cesar damos gracias a Dios, de que cuando recibisteis la palabra de Dios que oísteis de nosotros, la recibisteis no como palabra de hombres, sino según es en verdad, la palabra de Dios, la cual actúa en vosotros los creyentes (1 Tesalonicenses 2:13).  Cuán importante es el “Oír con Fe” la Palabra del Evangelio.

   Desafortunadamente hay muchas personas que oyen la palabra de Dios pero no pasa nada en sus vidas, pues, no es porque la palabra de Dios falle en ellos, sino porque su actitud hacia la palabra de Dios no es la correcta por falta de recibir la palabra con fe.  Jesús mismo explicó esta situación después de haber enseñado con la parábola del Sembrador, cuando relacionado con el “oír”, dijo:

   1.- “Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino” (Mateo 13:19).

   2.- “Y el que fue sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra, y al momento la recibe con gozo; / pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza” (Mateo 13:20-21).

   3.- “El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa” (Mateo 13:22).

   4.- “Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno” (Mateo 13:23).

   Amados hermanos, oigamos, o más bien, escuchemos la palabra de Dios “con fe”, y se producirá en nuestra vida grandes resultados edificantes con respecto a nuestra relación espiritual con Dios, nuestra salvación, y nuestra vida agradable delante de Dios.

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[1] http://www.wikilengua.org/index.php/o%C3%ADr/escuchar

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