QUE CRISTO SEA FORMADO EN VOSOTROS
Éxodo 34:27-31; Gálatas 4:12-20.
Elaborado por el Presbítero: Diego Teh Reyes, para ser predicado el domingo 20 de octubre 2019, a las 18:00 horas, en la iglesia “El Divino Salvador” de Mérida, Yucatán.
Este sermón corresponde al número 12, de la serie: EL VERDADERO EVANGELIO, basado en la epístola de San Pablo a los Gálatas.
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INTRODUCCIÓN: Voy a comenzar con los versículos 19 y 20 de nuestra lectura de Gálatas 4, citando las palabras del apóstol Pablo a los Gálatas a quienes les dice: “Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros, / quisiera estar con vosotros ahora mismo y cambiar de tono, pues estoy perplejo en cuanto a vosotros” (Gálatas 4:19-20). Quiero que primero observen las últimas palabras que el apóstol escribió a los Gálatas al final del versículo 20, diciéndoles: “… estoy perplejo en cuanto a vosotros”. Perplejo, en el contexto de su expresión, es un sinónimo de lo que les escribió al principio de su epístola cuando les dijo: “Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente” (Gálatas 1:6). Es también un sinónimo de lo que les había escrito antes diciéndoles: “¡Oh, gálatas insensatos! ¿quién os fascinó para no obedecer a la verdad, a vosotros ante cuyos ojos Jesucristo fue ya presentado claramente entre vosotros como crucificado?” (Gálatas 3:1). Habiendo creído en Cristo, ahora han decidido alejarse de su gracia. Al parecer ya habían nacido a la verdad, y comenzaron a “obedecer a la verdad”, pero ahora, decidieron “no obedecer a la verdad”. Por eso comparado con el proceso de nacimiento de un bebé, parece que todavía no habían nacido. Como si todavía estuviesen en proceso de nacimiento, estaban causando otra vez dolores de parto al apóstol, como ocurre con una madre cuando da a luz a un hijo. Tenían que ser enseñados de nuevo como la primera vez para sacarlos del error. Es a esto que San San Pablo llama simbólicamente como un “vuelvo a sufrir dolores de parto”.
Las personas que hacen esfuerzos por guiar a otras a convertirse a Cristo, y luego a discipularlas para que perseveren y sirvan a Dios, sabemos que no es nada fácil. Es a esto que el apóstol Pablo le llama “sufrir dolores de parto”. Pero, entre los Gálatas se dieron muchos casos de aparentes y probablemente hasta de verdaderos creyentes que parecieran ya haber crecido en su fe y vivencia del evangelio, sin embargo, dejaron de aceptar la gracia de Dios queriendo acercarse a Dios bajo sus propios esfuerzos. Es acerca de estos casos a quienes San Pablo se dirige diciéndoles: “Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto”. Volver a “sufrir dolores de parto” por una persona que ha manifestado su deseo de querer ser de Cristo, es una expresión que indica que las personas tienen dificultad para que Cristo sea el modelador de sus vidas. Aunque no es normal que un parto tarde meses ni años, sino que habría algo anormal en un caso así, San Pablo les indica que él sigue sufriendo “dolores de parto” por ellos aun después de mucho tiempo de haber ellos creído en Cristo. Pero, se ve en la necesidad de orientarlos de nuevo en la verdadera fe, “HASTA QUE CRISTO SEA FORMADO EN VOSOTROS”. Esto es lo que se tiene que lograr en cada creyente: Que Cristo sea formado en la vida del creyente.
Es por esto que hoy, con el fin de que analicemos si Cristo ya está formado en nosotros, les voy a predicar que: La evidencia de que Cristo está formado en la vida de una persona se observa en sus ACCIONES de buen testimonio. / ¿Qué ACCIONES de buen testimonio se pueden observar en la vida de una persona como evidencia de que Cristo está formado en él? / En el texto apostólico de Pablo a los Gálatas 4:12-20, podemos saber acerca de tales ACCIONES de buen testimonio que se pueden observar como evidencia de que Cristo está formado en la vida de una persona.
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La primera ACCIÓN de buen testimonio que se puede observar en una persona como evidencia de que Cristo está formado en él, es:
I.- QUE AMA CON SATISFACCIÓN A LOS QUE ANUNCIAN EL EVANGELIO.
Ahora, retomamos los versículos 12 al 15, en el que San Pablo les escribe a los Gálatas reconociendo que por haber ellos creído el evangelio de Jesucristo que él les anunció tiempo atrás, ellos tuvieron un apego de amor cristiano hacia él, sin que en ese tiempo le hayan hecho algún mal sino solo bien. Por eso les dice: “Os ruego, hermanos, que os hagáis como yo, porque yo también me hice como vosotros. Ningún agravio me habéis hecho. / Pues vosotros sabéis que a causa de una enfermedad del cuerpo os anuncié el evangelio al principio; / y no me despreciasteis ni desechasteis por la prueba que tenía en mi cuerpo, antes bien me recibisteis como a un ángel de Dios, como a Cristo Jesús. / ¿Dónde, pues, está esa satisfacción que experimentabais? Porque os doy testimonio de que si hubieseis podido, os hubierais sacado vuestros propios ojos para dármelos” (Gálatas 4:12-15). Cuando Pablo llegó a la ciudad de ellos a predicar el evangelio, no era sino un hombre enfermo que necesitó del apoyo de otras personas, y con verdadero amor no se lo negaron, porque era evidente que Cristo se estaba formando en ellos.
Él les reconoce que: “no me despreciasteis ni desechasteis por la prueba que tenía en mi cuerpo, antes bien me recibisteis como a un ángel de Dios, como a Cristo Jesús” (v. 14). Ellos amaron a Pablo de manera extraordinaria no con intención de idolatrarle, pues el apóstol Pablo no hubiese aceptado tal actitud a su favor porque usurparía la función de Cristo. San Pablo solamente reconoce el amor de ellos con estos términos diciéndoles que lo han tratado “como a un ángel de Dios, como a Cristo Jesús”, pero, no es que se esté igualando a un ángel y mucho menos a Cristo, sino que la expresión indica que nunca se sintió digno de ser tratado con tanto amor.
Pero, algo negativo ha sucedido que ahora los gálatas dejaron de amarle, por lo que les hace la pregunta: “¿Dónde, pues, está esa satisfacción que experimentabais? …” (v. 15a). Lo que Pablo resalta con estas palabras es que el amor que ellos le tenían era una evidencia de que Cristo se estaba formando en sus vidas, y estaban satisfechos en demostrar su amor hacia él. Pero, ahora que dejaron de demostrarle amor, solamente se estaba haciendo evidente que ya no estaban dejando que Cristo se siga formando en sus vidas; y esto era preocupante para el apóstol quien en sentido figurado les dice que por esta situación está volviendo como a “sufrir dolores de parto”, pues hay necesidad de volver a evangelizarlos, y volver a discipularlos, lo cual no es nada fácil como tampoco lo fue cuando tiempo atrás comenzó a anunciarles el evangelio.
Amados hermanos, una persona en la que Cristo se está formado en su vida, ama a los que anuncian el evangelio de Jesucristo. Esta es una acción de buen testimonio que se puede observar en un creyente en Jesucristo, porque por naturaleza ya comienza a reflejar la vida y carácter de Cristo en su propia vida.
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La segunda ACCIÓN de buen testimonio que se puede observar en una persona como evidencia de que Cristo está formado en él, es:
II.- QUE NO SE HACE ENEMIGO DE QUIEN LE ENSEÑA LA VERDAD.
Siguiendo los versículos 16 al 17, leemos que San Pablo les escribió a los Gálatas: “¿Me he hecho, pues, vuestro enemigo, por deciros la verdad? / Tienen celo por vosotros, pero no para bien, sino que quieren apartaros de nosotros para que vosotros tengáis celo por ellos” (Gálatas 4:16-17). Con estas palabras San Pablo les estaba diciendo que él estaba observando que ellos le miraban no como apóstol, ni como siervo de Dios, sino como enemigo. Y todo ello, porque él, sí les estaba enseñando “la verdad” que ahora ellos estaban pensando que no era la verdad sino un engaño.
Pero, les hace la observación que la causa de la enemistad que ellos estaba teniendo hacia él, realmente no era porque habían descubierto en él una falta a la verdad, sino porque gente mal intencionada, los judaizantes de lo que les he hablado en otras ocasiones, estaban haciendo la labor de apartar a los gálatas de la verdad y de su amistad y amor al apóstol. Es solamente porque aquellos mal intencionados querían que a ellos también los amaran como a Pablo o más que a Pablo, que entonces les enseñaban cosas fantasiosas y fascinantes fuera de la verdad, como si fuese la verdad.
Esta actitud que ahora estaban teniendo los gálatas contra él, era solamente una necesaria evidencia de que Cristo no estaba todavía formado en sus vidas, porque no estaban dejando que esto ocurriera en ellos Quizá comenzaron a dejar que Cristo se forme en ellos, pero cuando le hicieron caso a los mal intencionados que procuraban alejarlos de la verdad de Dios, comenzaron a perder toda la formación de Cristo en sus vidas; entonces, la consecuencia es que ahora veían a los que les enseñaban la verdad, como sus enemigos, y no como siervos al servicio de Dios y de ellos. Esto y más cosas terribles ocurren en un creyente que hace un lado a Cristo de su vida.
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La tercera ACCIÓN de buen testimonio que se puede observar en una persona como evidencia de que Cristo está formado en él, es:
III.- QUE HACE LO QUE ES BUENO SIN IMPORTAR QUIÉN ES SU PASTOR.
Con respecto a esta acción, el apóstol Pablo les dice a los Gálatas: “Bueno es mostrar celo en lo bueno siempre, y no solamente cuando estoy presente con vosotros” (Gálatas 4:18). Durante el tiempo que el apóstol estuvo con ellos desde que los evangelizó, y les enseñó las doctrinas básicas de evangelio, ellos mostraron celo por hacer lo que es bueno por causa de la verdad del evangelio, pero solamente porque él estaba con ellos. Pero, ahora que él ya no estaba con ellos, no le tuvieron la misma obediencia en el Señor a los pastores y ancianos de iglesia calificados que quedaron a cargo de enseñarles más acerca del ser discípulo de Jesucristo, y en consecuencia, por ello dejaron de hacer lo que es bueno según el evangelio. Debió haber quedado con estos hermanos por lo menos un buen pastor calificado para esta labor, pero como Galacia era una región que en ese momento debió contar con más de una iglesia, es probable que por ello contaban con más de un pastor, y sin duda, también tuvieron ancianos de iglesia igualmente calificados para continuar instruyéndoles; pero aun con todos estos, prefirieron hacerle caso a los extraños que llegaron a engañarles con otras doctrinas que les alejaban de la gracia de Dios, y mejor decidieron hacer lo que no es bueno ante la verdad del evangelio.
Es por eso que el apóstol Pablo les tiene que recalcar que: “Bueno es mostrar celo en lo bueno siempre”. El énfasis aquí es que el bien testimonial que uno debe practicar, no debe hacerse solamente en ocasiones, sino según el versículo 19 ¿con qué frecuencia? La respuesta es “SIEMPRE”. Por otra parte, también sin importar quién sea el que en el nombre del Señor sea el pastor o los ancianos que tengan a su cargo la administración de la obra. Por eso les dice: “no solamente cuando estoy presente con vosotros”. Este fue uno de los problemas que tuvieron los Gálatas, porque habituaron su obediencia al Señor solamente si el misionero Pablo estaba con ellos. El apóstol lamentaba que tenía que volver a “sufrir dolores de parto” por ellos, teniéndoles que enseñar nuevamente lo que se supone ya deberían de saber y creer, que no deberían centrar ni su fe ni su obediencia a Dios en ninguna persona que no sea Cristo. Por eso, antes también les había dicho: “Me temo de vosotros, que haya trabajado en vano con vosotros” (Gálatas 4:11). El haber actuado centrados más en una persona que en Cristo, fue para el apóstol, una evidencia de que los Gálatas no estaban dejando que Cristo se forme completamente en ellos, pues quien está dejando que Cristo se forme en él, no sirve a Dios solamente si alguien en particular es su ministro preferido, y tampoco sirve a Dios solamente en ocasiones, sino que le sirve “SIEMPRE”.
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CONCLUSIÓN: Amados hermanos, en conclusión: Dejemos que Cristo se forme en nosotros, porque de su formación en nosotros depende que desarrollemos un carácter de amor para con toda persona en general. De su formación en nosotros depende también que sigamos aceptando el evangelio para nuestra vida, y no reaccionaremos negativamente contra quienes en el nombre del Señor nos dicen la verdad que debemos practicar, y el error que deberíamos evitar. De la formación de Cristo en nosotros depende que dejemos de centrarnos en personas antes que en Dios, pues solamente por Cristo podremos centrar nuestro servicio a Dios no ocasionalmente, sino SIEMPRE, porque las personas aunque representen una dignidad en nombre de Cristo, ellos no son más que meramente humanos como nosotros. Cristo es quien siempre es necesario para nosotros.
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