FORTALEZAS QUE CONSUELAN EL CORAZÓN, Por: Diego Teh.

FORTALEZAS QUE CONSUELAN EL CORAZÓN

Juan 14:27-28.

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Predicado por el Presbítero: Diego Teh Reyes, el martes 31 de diciembre 2019, a las 15:30 horas, en la funeraria Quevedo (66 x 65 y 67, Mérida), durante la velación de la hna. Nelly Delta Castillo Ortega, miembro de la iglesia “El Divino Salvador”, ante sus familiares que le sobreviven.

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   INTRODUCCIÓN:  Hace 1 año mi hija se atrevió a tomar la decisión de casarse, lo cual se llevó a cabo hace 10 días en la iglesia “El Divino Salvador”.  Hoy ya no vive con nosotros, sino no nos hubiésemos perdido el privilegio de estar acompañada por ella en este lugar, pero en este momento ya se encuentra viviendo en otra ciudad.  Así es la vida de los hijos que se van, y de los padres que se quedan. Desde el día que se formalizó la fecha de boda, su madre y yo sabiendo que el tiempo establecido pronto iba a transcurrir, que pronto nuestra hija se iría de nuestro lado como ha ocurrido desde el día de su boda, en diversas ocasiones tuvimos su madre y yo que sentarnos a platicar con ella para orientarla acerca de temas que tenían que ver con su relación de noviazgo, su preparación para la boda, y su futura vida de casada, porque no queríamos que se vaya sin haberle dado las instrucciones necesarias que le puedan servir durante toda su vida.

   También nuestro Señor Jesucristo, sabiendo que prácticamente, en este caso es él quien ya estaba a punto de físicamente dejar a sus discípulos a cargo de la obra proclamadora de su evangelio, no descuidó darles las instrucciones necesarias para llevar a cabo la misión para la cual les estuvo preparando durante más o menos 3 años y medio.  Durante su última cena de Pascua con ellos, aquella noche, Jesús les dirigió el discurso más largo registrado que les haya dado durante el tiempo que les estuvo formado para ser sus apóstoles.  Aquel discurso es conocido como El Discurso de Despedida de Jesús, y se encuentra registrado en San Juan capítulos 14, 15, y 16.  De este discurso, estimados familiares de nuestra hermana Nelly, aunque igualmente válido para todos quienes les acompañamos, he escogido para predicarles en este momento los versículos 27 y 28 del santo evangelio según san Juan capítulo 14, que todos los presentes en esta sala tienen a la vista en los boletines que se les entregó.  Según estos versículos, Jesús dijo: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo. / Habéis oído que yo os he dicho: Voy, y vengo a vosotros. Si me amarais, os habríais regocijado, porque he dicho que voy al Padre; porque el Padre mayor es que yo” (Juan 14:27-28).

   Pero, antes de predicar acerca de estas palabras de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, recordemos que todavía estamos en Navidad que litúrgicamente es una estación de 12 días a partir del 25 de diciembre de cada año y que concluye el domingo 5 de enero de cada año.  Pero, antes de Navidad, hubo una estación preparatoria de 4 domingos que forman una estación litúrgica conocida como Adviento, cada uno de estos domingos tienen un nombre: El primero es domingo de esperanza, el segundo es domingo de paz, el tercero domingo de gozo, y el cuarto es domingo de amor.  Los nombres de estos domingos de adviento indican el tema con el cual debemos estar preparados para celebrar la navidad, y al mismo tiempo para esperar el regreso de Jesucristo, pero también para fortalecer nuestro corazón en momentos como este cuando un ser querido ha partido de nuestro lado.

   Pero, lo que quiero que observemos es que en estas palabras de Jesús en Juan 14:27-28 preparando a sus discípulos para enfrentar la ausencia que ellos iban a sufrir de que su Maestro ya no esté con ellos, incluye estas 4 fortalezas preparatorias del adviento, y que considero también pueden ser instructivos el día de hoy para nuestra hermana Ivette, su esposo Manolo, y sus hijos Mauricio y Marivette, y para toda la familia que ama a nuestra hermana Nelly Castillo que ha partido para encontrarse con su y nuestro Señor y Salvador Jesucristo.  Y de estas palabras de Jesús, lo que les voy a predicar es que: Para enfrentar la ausencia de un ser querido que ha partido para estar con Jesucristo en la eternidad, requiere conocer las FORTALEZAS preparatorias de adviento. / ¿Cuáles son estas FORTALEZAS preparatorias de adviento? / Basado en Juan 14:27-28, les voy a compartir acerca de las 4 FORTALEZAS preparatorias de adviento que ya les he mencionado, que según percibo en el testimonio de nuestra hermana Nelly, de su hija, de su yerno, y de sus nietos, cada una de estas FORTALEZAS fueron parte de su experiencia de vida en su relación de fe en Jesucristo.

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   La primera FORTALEZA preparatoria para enfrentar la ausencia de un ser querido que ha partido para estar con Jesucristo en la eternidad, es:

I.- LA ESPERANZA.

   Para desarrollar este mensaje conforme al orden de los domingos de adviento, comenzando con la esperanza, usaré primeramente la primera parte del versículo 28 en el que Jesús dice a sus discípulos: “Habéis oído que yo os he dicho: Voy, y vengo a vosotros” (Juan 14:28a). Con estas palabras, Jesús resalta que sus mismos discípulos habían escuchado por lo menos una vez antes de esta ocasión, pero probablemente más de una vez, que él se iría, pero que luego regresaría.  Al parecer, no les emocionó saber que, Jesús se iba al cielo de donde vino, y que luego volvería para llevar a sus discípulos al mismo cielo.  Jesús intencionalmente les insiste que deberían valorar no solamente el anuncio de que se iba a ir de ellos hacia los cielos, sino por el anuncio de que regresaría con ellos.  Esto debería ser para ellos palabras de esperanza que, si en verdad amaban a su Maestro, deberían sentirse regocijados por ello.  Jesús se estaba cerciorando que ellos entendieran la importante que era que el volviera al cielo, y lo importante que también regresara.

   Doña Nelly, comprendió que su esperanza era esperar el regreso de Jesucristo o encontrarse con él aun antes de su regreso a la tierra.  Esa fue la razón por la que desde el día que ella creyó el evangelio de Jesucristo no se retractó de ello, sino que hasta el día de ayer permaneció en la esperanza de conocer a su Señor y Salvador Jesucristo.  Ahora mismo se encuentra donde él está.  No hay mayor esperanza que estar con Cristo en la eternidad.  Esto fue lo que enseñó a sus hijas, y han seguido su ejemplo don Manuel Medina, y sus nietos Marivette, Mauricio, Alejandro, y Daniel que le sobreviven.

   Así que, recuerden la esperanza de ella, que también ya es la esperanza de cada uno de ustedes, y enfrentarán esta experiencia de ausencia física, con la fuerza divina que ya está en ustedes.

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   La segunda FORTALEZA preparatoria para enfrentar la ausencia de un ser querido que ha partido para estar con Jesucristo en la eternidad, es:

II.- LA PAZ.

   Retomando nuestro texto inicial, y recordando que el segundo domingo de adviento se llama domingo de paz, observamos que en el versículo 27 san Juan nos comparte que Jesús dijo: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo” (Juan 14:27).  Doña Nelly, conoció, recibió, vivió, experimentó, y disfrutó la paz que Jesucristo dejó para el corazón de sus creyentes.  Con su paz no hay circunstancia que no se pueda enfrentar con el alma llena de calma.

   Quizá la mayoría de los que aquí estamos sabemos cómo la vida no fue siempre color de rosa para ella.  En su camino siempre hubo espinos de adversidad.  Si uno no fuese creyente en Jesucristo, si uno no conoce las doctrinas de la fe cristiana y divina como la soberanía de Dios, la gracia de Dios en Jesucristo, etc… que traen paz a la vida, uno llevaría una vida llena de turbaciones por cualquiera de las circunstancias que a ella le tocó enfrentar.  Nuestra hermana Ivette, don Manuel, Marivette, Mauricio, Alejandro, y Daniel nos pueden compartir cómo ella, siendo creyente, no vivió quejándose de lo que la vida le trajo. Estoy seguro de ello, porque no se puede esperar menos de una verdadera creyente en Jesucristo.

   Así que, recuerden también la paz que ella tuvo de Cristo, que también es la paz de cada uno de ustedes, y con ello el dolor de la ausencia física de su ser querido, lo enfrentarán de manera tranquila, destacándose en ustedes la bendita paz de Dios en sus almas.

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   La tercera FORTALEZA preparatoria para enfrentar la ausencia de un ser querido que ha partido para estar con Jesucristo en la eternidad, es:

III.- EL GOZO.

   En la segunda parte del versículo 28, se mezclan dos de los temas de adviento: El amor, y el regocijo o gozo.  Pero, en honor al tema del tercer domingo de adviento que es conocido como domingo de gozo, rescataré de estas palabras de Jesús lo que corresponde al gozo.  Él dijo: “Si me amarais, os habríais regocijado, porque he dicho que voy al Padre; porque el Padre mayor es que yo” (Juan 14:28b).  Como puede observarse, Jesús usó la palabra “regocijado”, de “regocijo”, o sea, del gozo en su máxima expresión.  Esto es lo que debieron demostrar sus discípulos cuando supieron que Jesús pronto entraría al cielo como primicia de los que creen en él que también tendrían el privilegio por su gracia de entrar sin impedimento por la realidad de que él es el mediador de sus creyentes y discípulos, pero no parecían gozarse de su ida y regreso que él anunciaba.  Más bien estaban como que turbados y con miedo de enfrentar la circunstancia.

   Doña Nelly, vivió al máximo el gozo de Jesucristo en su corazón, es decir, se regocijó desde el momento que también descubrió por la palabra de Dios y entendió que Jesús por su muerte la salvó de la condenación eterna.  Por ello, toda su vida estuvo llena del gozo de Dios, y a pesar de todas las circunstancias inesperadas que le tocó vivir, su gozo siempre fue en aumento.  Su razón para regocijarse fue el conocimiento de que cuando su Señor y Salvador Jesucristo regrese ella podrá experimentar el gozo absolutamente perfecto que ahora no se puede disfrutar al 100% por causa de la presencia del pecado en la vida humana.  Pero cuando Jesús haya regresado, dice el apóstol Juan que en su visión del Apocalipsis escuchó de una voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. / Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron” (Apocalipsis 21:3-4). A partir de ese momento allí no habrá nada, absolutamente nada que nos robe el gozo perfecto de Dios. Jesús no ha venido, pero ella, ya está con él, y ahora mismo está disfrutando con gozo la bendición de su presencia.

   Así que, también recuerden el gozo de Cristo que ella experimentó, gozo que también por Cristo es una realidad en cada uno de ustedes. Eso les ayudará a enfrentar de manera consoladora la ausencia de quien ahora ya no sufre como le ocurrió antes, sino que ya está en el único lugar del excelente y perfecto gozo celestial y divino.

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   La cuarta FORTALEZA preparatoria para enfrentar la ausencia de un ser querido que ha partido para estar con Jesucristo en la eternidad, es:

IV.- EL AMOR.

     Y, por último, siempre en la segunda parte del versículo 28, y considerando el tema del cuarto domingo de adviento, domingo de amor, observemos que Jesús amonestó a sus discípulos a trabajar en sus corazones el tema del amor.  Al respecto les dijo: “Si me amarais, os habríais regocijado, porque he dicho que voy al Padre; porque el Padre mayor es que yo” (Juan 14:28b).  El fundamento para percibir, recibir, y disfrutar el gozo de Jesús, es el amor hacia él.  Ese mismo amor a Jesús, es el fundamento para esperar con santo anhelo su regreso, aunque no nos toque en nuestra generación ver ese momento glorioso.  Jesús se dio cuenta que sus propios discípulos, a pesar del tiempo que él había estado con ellos no le tenían el amor necesario, y por eso les amonesta para que le tengan amor.

   Todos trabajamos esta virtud en nuestros corazones.  Luchamos para amar a nuestros padres, a nuestro cónyuge, a nuestros suegros, a nuestros hijos, a nuestros hermanos en la fe, y hasta a nuestros amigos, pero también a Dios el Padre y a su Hijo Jesucristo.  Doña Nelly, auxiliada por el poder de Dios en su vida, aprendió a amar a Jesucristo.  Ese amor lo demostró en su servicio que le dedicó a él tanto en la iglesia como fuera de la iglesia.  A pesar de su edad y su enfermedad, mientras eso no fue impedimento para acudir al culto de la iglesia, allí estaba presente para entrar al santuario para adorar al autor de su salvación.  ¿Eso no es amor a Jesús? Ese amor que ella le tuvo a su salvador, también lo propagó en su familia.

   Así que, también recuerden el amor que ella le tuvo a Jesucristo y a su Padre celestial, amor que también es evidente en ustedes para con Dios y su Hijo, y dejen que ese amor siga colocando a Dios en primer lugar en sus vidas.  Saber que juntos caminaron en el mismo amor es fortalecedor porque tiene garantía de que sus destinos no serán diferentes sino el mismo que doña Nelly llevó en su vida, y que le llevó al encuentro de su amor: Jesucristo.

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   CONCLUSIÓN: Amados familiares de nuestra hermana Nelly, qué bueno que ustedes son de Jesucristo por la fe que todos tienen en él.  Eso ha traído en ustedes los dones de Dios que hacen siempre fuertes a los creyentes para enfrentar cualquier problema o dolencia emocional.  Es verdad que sus sentimientos y emociones han sido tocados nuevamente por la partida eterna de doña Nelly, pero como dijera el apóstol Pablo: “no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza” (1 Tesalonicenses 4:13b), porque ustedes están “… llenos de toda la plenitud de Dios” (Efesios 3:19c).   Así como Jesucristo les ha sostenido hasta ahora, lo seguirá haciendo también ahora y siempre.  Él es fiel.  Que él sea el consuelo de sus corazones.

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