EL EVANGELIO TRAE GOZO AL PECADOR, Por: Diego Teh.

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EL EVANGELIO TRAE GOZO AL PECADOR

Santo Evangelio Según San Lucas.

 

Predicado por primera vez por el Pbro. Diego Teh Reyes, en la congregación “Siervos de Jesús” de Celestún, Yucatán; el día sábado 09 de Agosto del 2014, a las 19:30 horas.

http://www.diegoteh.com/bosquejos/audiodelossermones/140809elevangeliotraegozoalpecador.mp3

     INTRODUCCIÓN: Me gusta mucho un poema de nuestro poeta mexicano, Don Amado Nervo, acerca de la alegría o el gozo cotidiano que el ser humano debe demostrar sin importar cuál sea su condición en esta vida.

    Si eres pequeño, alégrate, porque tu pequeñez sirve de contraste a otros en el universo; porque esa pequeñez constituye la razón esencial de su grandeza; porque para ellos ser grandes han necesitado que tú seas pequeño, como la montaña para culminar necesita alzarse entre las colinas, lomas y cerros.

   Si eres grande, alégrate, porque lo invisible se manifestó en ti de manera más excelente; porque eres un éxito del Artista eterno.

   Si eres sano, alégrate, porque en ti las fuerzas de la naturaleza han llegado a la ponderación y a la armonía.

   Si eres enfermo, alégrate, porque luchan en tu organismo fuerzas contrarias que acaso buscan una resultante de belleza; porque en ti se ensaya ese divino alquimista que se llama el Dolor.

   Si eres rico, alégrate, por toda la fuerza que el Destino ha puesto en tus manos, para que la derrames…

   Si eres pobre, alégrate, porque tus alas serán más ligeras; porque la vida te sujetará menos; porque el Padre realizará en ti más directamente que en el rico el amable prodigio periódico del pan cotidiano…

   Alégrate si amas, porque eres más semejante a Dios que los otros.

   Alégrate si eres amado, porque hay en esto una predestinación maravillosa.

   Alégrate si eres pequeño; alégrate si eres grande; alégrate si tienes salud; alégrate si la has perdido; alégrate si eres rico, si eres pobre, alégrate; alégrate si te aman; si amas, alégrate; alégrate siempre, siempre, siempre[1].

    Pero a pesar de tan hermosa poesía que literariamente no descuidó tomar en cuenta a Dios y mencionarlo varias veces literal y retóricamente, aun así, solamente resalta la realidad humana como fundamento para gozarse en Dios.  No tiene (la poesía) ni el imperativo de alegrarse, ni la descripción de la alegría o el gozo que el santo evangelio de Jesucristo genera en los pecadores que proceden al arrepentimiento, y que no tiene como fundamento la realidad humana sino la iniciativa o gracia de Dios.

    En este mensaje, mediante un análisis no necesariamente exegético sino solamente de observación del contenido total del libro del Santo evangelio según San Lucas, les compartiré que el evangelio trae gozo al pecador.  /  ¿Cuáles son los motivos mencionados en el contenido del evangelio que traen gozo al pecador?  /  Mediante la observación específica de tres pasajes bíblicos, al principio, relativamente en medio, y al final del Santo evangelio según San Lucas, descubriremos juntos cuáles son algunos motivos por los que el evangelio trae gozo al pecador.

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   El primer motivo relatado al principio del libro del Santo evangelio según San Lucas, es:

I.-  POR EL NACIMIENTO ANUNCIADO DEL SALVADOR.

   Es interesante observar que San Lucas prácticamente justo al inicio del libro que escribió para los gentiles, y precisamente cuando presenta la narración de la historia del nacimiento de Jesús, relata que un ángel del Señor se les presentó a un grupo de pastores que cuidaban sus rebaños allá muy cerca de la aldea de Belén, a quienes el ángel les dijo: “No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor” (Lucas 2:10,11).   Este acontecimiento es causa no de un sencillo gozo sino “de gran gozo”, pues San Lucas indica que no es un gozo por cualquier evento agradable que haya ocurrido en algún lugar del imperio romano, sino específicamente lo relaciona con el nacimiento del Salvador Jesucristo el Señor.   La humanidad absolutamente no tenía alguna posibilidad de salvación, por eso cuando Jesús nace y por el hecho de que es el salvador de Su pueblo, fue indicado por el ángel con toda razón que el corazón del ser humano ya tiene un motivo tan importante para sentirse verdaderamente gozoso porque ya tenemos salvador.

    Permítanme relatarles una historia de lo que ocurrió lejos de nuestro contexto mexicano, pero ilustra adecuadamente esta verdad de que Jesús es motivo de un gozo especial.   Antes de que los comunistas ocuparan el territorio de China, fue llevada a un hospital cristiano en Cantón una mujer muy enferma. Allí la mujer oyó hablar de Cristo y le entregó su vida. Un día la mujer le preguntó al doctor: -Doctor, ¿cuánto tiempo más puedo vivir si permanezco en el hospital? -Más o menos cuatro meses -fue la respuesta.   -¿Y cuánto viviré si me voy a mi casa?   -No más de dos meses.   -Entonces, me voy a mi casa -dijo la mujer.   -Pero, usted perderá la mitad de la vida que le queda -añadió el doctor.    Una luz de gozo iluminó el rostro de aquella mujer y dijo con gran ánimo:   -¿Cree usted que no tendré gusto de dar la mitad de mi vida para decir a mis parientes y amigos la historia del amor de Cristo?   De acuerdo con su voluntad, la mujer salió del hospital y se fue a su casa para pasar el corto tiempo de vida que le quedaba y emplearlo compartiendo las buenas nuevas que había sido una fuente de consuelo y gozo para ella[2].   La experiencia de haber aceptado el evangelio y la obra de Jesucristo para su vida, le trajo un gran gozo a su vida, al grado de que no quiso desperdiciar cuatro meses en el hospital, sino aprovechar solamente sus últimos dos meses de vida compartiendo gozosamente el amor salvador de Jesucristo a sus parientes y amigos.

    Amado hermano, ese es el gozo que usted debe sentir y disfrutar, el que Jesús haya venido a este mundo para ser el salvador de su vida que de otra manera no tenía esperanza de salvación.   Primero se siente el gozo de haber conocido y aceptado ese divino evangelio, y luego se siente con el mismo gozo un fuerte deseo de compartirlo a otras personas cuyas vidas todavía están con tristeza, depresión, sin salvación, y sin esperanza.     El evangelio es por su naturaleza el más excelente proveedor de gozo salvífico mediante Jesucristo, que existe procedente del mismísimo corazón amoroso de Dios quien envió a su propio Hijo a nacer en este mundo, finalmente no solo para nacer sino para que en su momento pagara con su vida el precio de nuestro salvación.   Pero gracias a que Jesús vino a nacer en nuestro mundo para ser nuestro salvador, hoy podemos afirmar como dice el villancico “Gozo del mundo es el Señor, que viene a rescatar; […].  /  Que el gozo cunda en derredor por tan precioso don que Dios nos da con grande amor; el don de nuestro Dios, el don de nuestro Dios, el don, el don de nuestro Dios”.

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    El segundo motivo relatado relativamente en medio del libro del Santo evangelio según San Lucas, es:

II.-  POR EL REGOCIJO COMPARTIDO POR EL PADRE.

   Después de haber observado que el santo evangelio relatado según San Lucas se introduce esperando que en verdad produzca gozo en el corazón del pecador que sería salvado por Jesucristo, luego a poco más de la mitad de ese mismo libro, cuando Jesús ya no era un niño sino un mensajero del evangelio, por medio de la conocida parábola del hijo pródigo que relató a sus oyentes, describió que luego del regreso de aquel hijo que había vivido perdidamente, el padre ordenó que se le diera el mejor vestido, el mejor anillo, y que se matara no cualquier becerro, y ni siquiera cualquier becerro gordo, sino el becerro más gordo, e inmediatamente Jesús indica que tanto padre como hijo e invitados “comenzaron a regocijarse” (Lucas 15:24b).   Es importante observar que en esta parábola, el padre del hijo pródigo es la representación de Dios el Padre quien es el primero en sentirse gozoso por el arrepentimiento de su hijo que se había dedicado a vivir perdidamente, y que en otras palabras estaba muerto y perdido, pero que ahora ha revivido y ha sido hallado por la gracia salvadora; por eso el padre es quien tiene la iniciativa de proveer por su gozo propio, todo lo que hará que el hijo arrepentido disfrute el mismo gozo de su padre.   Es por eso que Jesús explicó antes de relatar aquella parábola, que “así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente” (Lucas 15:7), y que “hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente” (Lucas 12:10).

    Se los voy a ilustrar con otra experiencia terrenal solamente que en este caso ocurrió aunque no a un padre sino a una madre, pero enfatiza el gozo y la manera de expresar ese gozo que se siente cuando un hijo es rescatado de un problema grave en el que se había metido.   Una madre de familia que vivía en una granja cercana a un terreno pantanoso, se dio cuenta, al anochecer, de que su hijo se había perdido. Inquieta y temblando al pensar que su hijo podía hallarse sin ayuda, atrapado en el fango del terreno y sin poder salir de él, y comprendiendo que ella sola era incapaz de ir en rescate de su hijo, corrió al pueblo y llamó en cada casa rogando a cada hombre del pueblo, en los términos más patéticos, que fueran en busca de su hijo. No se contentó con movilizar a unos pocos, conociendo la inmensa extensión del terreno donde su hijo podía hallarse retenido, quizá perdidas las fuerzas y sin sentido; y no cesó de ir de casa en casa hasta que hubo obtenido que una compañía de más de trescientos hombres, llevando sus linternas y consiguiente aparejo de rescate, se desparramaran en todas direcciones buscando a su hijo. Toda la noche estuvieron andando con precaución por entre el barro, y al amanecer la madre tuvo el gozo de abrazar otra vez a su hijo perdido[3].   ¿Se imagina usted el gozo de esta mujer?  No sé si luego hizo fiesta, pero lo que si fue verdad es que se sintió gozosa tras poder volver a abrazar a su hijo, gozo que jamás dejará de sentir durante toda su vida.   Es algo así pero divinamente, que Dios siente gozo por los pecadores que se arrepienten, y desea que los pecadores sintamos su abrazo, su regocijo, que para ello hace que su Espíritu Santo produzca en nuestras vidas el gozo que necesitamos (Gálatas 5:22).

    Amados hermanos, la única manera de hacer efectivo en nuestra vida el gozo que trae el evangelio es arrepintiéndonos de nuestros pecados, es regresando a la casa del padre, es aceptando la fiesta del padre que consiste en darnos aceptación, perdón, salvación, y en consecuencia gran gozo.   Y a todos aquellos que ya estamos experimentando ese gran gozo divino, debemos compartirlo con los que no tienen ni idea de cómo podría funcionar en sus vidas.

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    El tercer motivo relatado exactamente al final del libro del Santo evangelio según San Lucas, es:

III.-  POR LA NATURALEZA COMPROBADA DE JESÚS.

   Ahora que ya hemos analizado el principio del evangelio, y la centralidad no solo del libro escrito por San Lucas sino la centralidad del mismo evangelio, hemos observado que la finalidad del evangelio es que el ser humano salga de su vida infeliz a cambio de una vida llena del gozo divino que la gracia de Dios nos comunica por medio del evangelio de Jesucristo.   Pero finalmente observemos que este libro concluye con la historia del regreso de Jesús al cielo, historia conocida como La Asención de nuestro Señor, y el relato nos dice que: “…aconteció que bendiciéndolos, se separó de ellos, y fue llevado arriba al cielo.  /  Ellos, después de haberle adorado, volvieron a Jerusalén con gran gozo;  /  y estaban siempre en el templo, alabando y bendiciendo a Dios.  Amén” (Lucas 24:51-53).   Mi observación es que aunque deberían estar emocionados por haber observado un evento extraño al ver que el cuerpo de Jesús fue alzado y llevado al cielo, también deberían sentirse tristes, e intrigados, porque solamente habían pasado 40 días después de su resurrección y de  haber estado con él en algunos momentos, y de nuevo físicamente los deja yéndose él al cielo definitivamente, pues entonces, deberían haber sentido que ahora todo acabó, sin embargo es interesante y significativo que según San Lucas “volvieron a Jerusalén con gran gozo”.    Los discípulos regresaron con gran gozo después de haber recibido una bendición de parte de Jesús mismo, y después de haber adorado a Jesús quien una vez más estaba siendo exaltado por su Padre, ahora para ocupar de nuevo su lugar en su glorioso origen.   Y por otra parte estaban con gran gozo porque una vez más estaban confirmando que Jesús no era cualquier descendiente ordinario de la raza humana, sino que era el verdadero Hijo de Dios, que como Dios regresaba de donde vino, y que llevaba en él la naturaleza humana en representación de los que por él podrían un día llegar a su morada celestial, y eso les daba a los discípulos motivo suficiente para gozarse grandemente.

   Amados hermanos, desde el principio hasta el final de su ministerio terrenal Jesús se caracterizó en dejar grande gozo en los corazones de las personas que tomaban en cuenta para sus vidas el glorioso evangelio del reino de Dios que él enseñaba.  Desde el anuncio de los ángeles a los pastores acerca de su nacimiento hasta su regreso al cielo a la vista de sus discípulos, el tema general que San Lucas desarrolla como tema general en todo su libro es que el evangelio trae gozo al pecador cuando este pone su confianza en Jesús el Autor de la salvación.  Vivamos nuestra fe en Jesucristo, llenos de gozo porque él es el Hijo de Dios que nos trajo perdón, salvación, gozo, y vida eterna.

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   CONCLUSIÓN: Para terminar, permítanme contarles la experiencia de Anne Hobbs Purdy, una joven maestra que se trasladó a Alaska para enseñar en una escuela situada en un área remota, quien tenía muchos deseos de adaptarse y ser aceptada por los nativos.  Le preguntó a uno de ellos cuándo dejaría de ser considerada una cheechako, o sea, una recién llegada, y en cambio pertenecer a su pueblo.  El nativo le dijo que algunas personas nunca lo logran.  Nunca aprenden a disfrutar de la vida en el severo clima de Alaska.  Sólo la toleran[4].  Mis amados oyentes, de la misma manera, para sentir el gozo del evangelio, no debe uno solo adaptarse o tolerar las enseñanzas del evangelio, sino que hay que disfrutar de la vida según las enseñanzas del evangelio.   Usted debe gozarse en que Jesús es no solamente un salvador sino que es su propio salvador; usted debe regocijarse del mismo gozo de Dios quien desea que usted se sienta gozoso luego de haberse arrepentido y regresado a la casa de su divino amor; usted debe gozarse en la adoración a un Jesucristo quien luego de morir venció la muerte y que tras su regreso al cielo no dejó al mismo tiempo de estar espiritualmente presente en nuestros corazones.

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[1] Martínez, José Luis; 502 Ilustraciones; Casa Bautista de Publicaciones; 7ma edición; 2005.  Ilustración # 84 GÓZATE EN LO QUE ERES, pág. 63.

[2] Lerín, Alfredo; 500 Ilustraciones; Casa Bautista de Publicaciones; EUA.  (Ilustración 388.  UN SACRIFICIO PARA ESPARCIR LAS BUENAS NUEVAS).

[3] Lerín, Alfredo; 500 Ilustraciones; Casa Bautista de Publicaciones; EUA.  (Ilustración 325.  EL PODER PERSUASIVO DE UNA MADRE).

[4] Tomado del sexto párrafo del artículo Gozo: El secreto del contentamiento, de la página web: http://dialogue.adventist.org/articles/17_2_walker_s.htm

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